En un marco de absoluta improvisación por parte del Ministerio de Educación de Adriana Cantero, el gobierno de Omar Perotti a través del decreto 1446 definió la vuelta a la presencialidad a partir del primero de diciembre y hasta el 11, para la primaria y secundaria. Lxs alumnxs de todos los cursos deberán asistir a los establecimientos en grupos de hasta ocho estudiantes. De acuerdo a declaraciones de la ministra, “tal vez el mismo alumno asistirá a la
institución dos veces en lo que queda del año”. Esto, en una provincia que continúa siendo el epicentro de la pandemia, y sin dar una sola respuesta a los reclamos de la docencia.

El derrotero de la política antieducativa de Cantero y Perotti

Desde que se suspendieron las clases a nivel nacional, se encuentra en vigencia el decreto provincial nº 270/20, donde se expresa claramente que los docentes NO deben concurrir a las escuelas. Una conquista de la lucha docente, a partir de la cual sólo en las escuelas con comedor debe asistir el personal para garantizar la distribución de bolsones de alimentos. Los directivos debían buscar un proveedor para comprar los alimentos y armar los bolsones para repartirlo, al igual que debían hacerlo con la copa de leche.

Muchxs compañerxs se han ofrecido de manera voluntaria, para acompañar esta tarea que recaía en equipos directivos agobiados por la sobrecarga de tareas impulsada por el Ministerio. Durante nueve meses, para poder garantizar la continuidad pedagógica, sin invertir en conectividad y soporte gratuitos para docentes y alumnos, el gobierno emitió cuadernillos, que primero fueron distribuidos en los supermercados de la firma Coto, en un intento fracasado y luego retirados por los directivos en las sedes del Ministerio de Educación.

A la compra de alimentos para el bolsón o copa de leche y el armado de los mismos, se le agregó la distribución de los cuadernillos. Sumado a esto, las circulares a altas horas de la noche, donde borraban con el codo lo que habían dicho la mañana anterior. Muchxs docentes concurrieron de manera voluntaria a colaborar con sus compañerxs. En este cuadro, el ministerio emitió la circular conocida como Providencia, un marco legal que trató de utilizar como un elemento de presión para forzar el regreso a la presencialidad, pero del cual tuvo que retroceder ante la respuesta de las seccionales opositoras como Amsafe Rosario.

Ya casi finalizando el año, el gobierno dejó deslizar la posibilidad de implementar dobles jornadas de trabajo, donde lo presencial y lo virtual irían de la mano. Una posibilidad que se guarda debajo de la manga.

En este cuadro, la docencia se organizó y dio respuestas a las familias de lxs alumnxs mucho tiempo antes que el ministerio. Garantizó la educación de miles de pibas y pibes en la provincia de Santa Fe, mientras el gobierno, en nombre de la pandemia, llevaba adelante un terrible ajuste educativo que se sigue profundizando.

Ni un peso para educación, todo la plata para pagar la deuda externa

En este largo tiempo de pandemia, no se ha invertido ni un solo peso en las escuelas públicas de Santa Fe, donde más del 60 por ciento de los establecimientos presenta problemas de infraestructura, por su deterioro o porque no hay aulas. Los gobiernos han atado con alambre los problemas edilicios de las instituciones y han plantado aulas móviles para solucionar el problema de la superpoblación. Estas aulas móviles fueron retiradas de los establecimientos, para
“ahorrarse el pago de las mismas”. El ministerio, en el mes de octubre, comenzó a otorgar un fondo de miseria para construir lavaderos de manos, en escuelas donde no hay agua, o no hay, por ejemplo, cargos de asistentes escolares. Hablan de la presencialidad, a partir de las presiones que tienen de los distintos sectores de la burguesía, que necesitan liberar a los adultos que estén al cuidado de menores para poder aumentar la producción. Pero destinan más del 8% del presupuesto nacional 2021, para pagar la deuda externa.

El presupuesto nacional para educación en el 2021 es de 1,3% del PBI, un ajuste bochornoso y vergonzante. Es un monto que profundiza el presupuesto de ajuste de Macri, que es el mismo con el que vienen gobernando los Fernández.

Plan de lucha contra la apertura forzada de escuelas y el vaciamiento educativo

Ahora, y después de nueve meses de no haber hecho nada por resolver el problema de la conectividad y los soportes tecnológicos, el gobierno de Perotti pretende hacer que se acuerda de lxs niñxs que quedaron desconectadxs.
La apertura forzada de escuelas que plantean para la primera semana de diciembre pretende ser un taparrabos de la profunda política antieducativa que viene llevando adelante este gobierno, y sobre todo una importante concesión a la presión de los capitalistas y de las escuelas privadas.

La burocracia de Sonia Alesso que dirige la Ctera y Amsafe Provincial, ha acompañado en todo el país esta política de apertura forzada de escuelas, saludando las iniciativas del ministro Nicolás Trotta y el Consejo Federal de Educación. En nuestra provincia, quienes no movieron un dedo para enfrentar a este gobierno, ahora plantean tan sólo un rechazo testimonial.

Desde Tribuna Docente decimos que no podemos volver a las aulas en estas condiciones epidemiológicas, sin el presupuesto, los cargos y los recursos necesarios. Ante la inacción del comité mixto de seguridad e higiene integrado por el gobierno y la burocracia, impulsemos comités integrados por delegadxs de prevención en cada escuela, con poder de veto, para que sean lxs docentes, padres y alumnxs, quienes decidan cuando se puede volver a la presencialidad.

Necesitamos poner en pie de inmediato un plan de lucha contra esta política del gobierno, por la reapertura de las paritarias y por todos nuestros reclamos. Llamamos al conjunto de la oposición de la provincia a impulsar un plenario provincial de delegadxs para desenvolver estas tareas.

La apertura de escuelas durante la pandemia es un gran experimento sin control (prensaobrera.com)