Brasil: rechazamos la compra de armamento israelí

Lula habla contra el genocidio palestino, pero financia a los genocidas.

El presidente brasileño.

Lula acaba de avalar la compra, por parte del Ejército brasileño, de 36 vehículos blindados de combate armados con obuses a la empresa israelí Elbit Systems… ¡por un valor de 1.000 millones de reales!                                         

Se levantaron muchas voces de protesta contra esta decisión, pero Lula insistió solamente en que surgió de una “licitación transparente” que habría ganado la empresa sionista en detrimento de otras (francesas, etc.).

La empresa sionista, fabricante de las armas que usa el sionismo para asesinar al pueblo palestino, ha buscado socios en la burguesía brasileña. Ha declarado que buscará “la colaboración con algunos potenciales socios nacionales, los que serán definidos en conjunto con el Ejército brasileño”. Pero esto no es nuevo. Elbyt Systems anunció que entre los posibles socios a reclutar entre la burguesía nacional brasileña están “Atech (Embraer), Agrale, RF COM Sistemas, Imbel, CSD Defense Components & Systems”. Para la empresa fabricante de armas sionista, la selección del sistema Atmos representa un “marco significativo en la asociación con Brasil”, construido “hace décadas por medio de las empresas AEL Sistemas e Ares Aeroespacial e Defesa”. En los últimos 23 años, el grupo sionista fabricante de armas invirtió más de 50 millones de dólares y tiene empleados alrededor de 600 personas. Con esta nueva compra por mil millones de reales se introducirá tecnología específica que hará más dependiente la industria de defensa brasileña.

Numerosas organizaciones brasileñas han salido a repudiar esta compra al gobierno genocida. Se viene desarrollando una creciente movilización “por la suspensión definitiva de los acuerdos militares con Israel”. El colectivo Voces Judías para la Liberación plantea: “Ha llegado el día de presionar, con toda la fuerza, para que el Estado brasileño cumpla sus palabras y las obligaciones del Derecho Internacional, rompiendo todos los acuerdos y transacciones militares con Israel”. “Ya no podemos ser un país que condene el genocidio del pueblo palestino con palabras, mientras que, en la práctica, financia y mantiene contratos de cooperación con el régimen israelí “, afirman.

Entretanto, movilizaciones vienen reclamando la ruptura de relaciones con el gobierno genocida.

Hace unos meses, cuando la Corte Internacional denunció el genocidio sionista contra el pueblo palestino, Lula sumó declaraciones en el mismo sentido. Eso motivó que el gobierno de Netanyahu declarara a Lula “persona non grata”. Más allá de fuegos de artificios verbales, la presión sionista-imperialista sobre el gobierno de Lula parece haber tenido sus resultados. Lula es, objetiva y prácticamente, un colaborador de la política genocida sionista.

Uno de los jefes del grupo Brics evidencia así, prácticamente, los límites de este pretendido ensamble “progresista” (no podemos llamarlo antiimperialista).

El gobierno de Milei en Argentina está, por supuesto, en la misma ruta. En el reciente desfile militar del Día de la Independencia (9 de julio), el presidente Milei y su vicepresidenta, la progenocidas Victoria Villarruel, se “lucieron” arriba de un blindado, que -se anunció- había sido reformado con nuevos dispositivos de disparo, basados en la tecnología nacional, cuando en realidad fueron “modernizados” con tecnología sionista aportada por acuerdos con socios nativos ligados a la ministra Bullrich.

Tras esto, en forma cínica, el gobierno de Brasil ha anunciado “un acuerdo de libre comercio con el Estado Palestino”.

En realidad, lo que ha hecho, es anunciar la ratificación de un acuerdo consensuado hace una década para establecer un acuerdo de libre comercio del Mercosur con el Estado Palestino. Brasil acaba, ahora, de ratificarlo. Pero los demás integrantes del Mercosur no se han pronunciado. Es difícil que Milei, por ejemplo, lo haga. Esto quiere decir que el “acuerdo” no se puede poner en práctica.

Pero, ¿qué significaría en la actual circunstancia un acuerdo de este tipo con una Palestina bloqueada por tierra, aire y mar por el Ejército sionista con el apoyo de los imperialismos del mundo, que lleva adelante una guerra genocida contra el pueblo palestino en Gaza, y, crecientemente también, en Cisjordania? Un formal saludo a la bandera.

El gobierno de Lula es consciente de esto. “El acuerdo es una contribución concreta a un Estado palestino económicamente viable, que pueda vivir en paz y armonía con sus vecinos”, dice un comunicado del ministerio de Relaciones Exteriores brasileño. Es solo una antipalestina expresión de deseos, para el futuro. Esto, porque afirma que el acuerdo solo será implementado si el Estado Palestino “puede vivir en paz y armonía con sus vecinos”. Se hace eco de la propaganda sionista-imperialista, que acusa a los palestinos de “terroristas”. Sobre esta base se presenta el gobierno de Netanyahu como el que quiere acabar con el “terrorismo”, masacrando a los palestinos de Gaza para instaurar “la paz y la armonía”.

El gobierno de la llamada Autoridad Palestina existente en la actualidad es un títere del sionismo-imperialismo y colabora en el control, y con la represión incluso, de los sectores palestinos que protestan en Cisjordania.

Otra cosa sería si el gobierno de Lula, al declarar un tratado de libre comercio con Palestina, se propusiera enviar un convoy marítimo para ejecutar ese derecho pasando por encima del bloqueo de los genocidas sionistas. Esto fue, en otras circunstancias, lo que hicieron los yanquis cuando mantuvieron el comercio marítimo con Gran Bretaña en la Segunda Guerra Mundial, pese al bloqueo de los submarinos alemanes. El hundimiento de barcos norteamericanos fue un factor determinante para que Estados Unidos declarara la guerra a Alemania.

Pero Lula ni lo piensa. Por el contrario, las organizaciones de derechos humanos han salido a denunciar que fue detenido el intelectual palestino musulmán Abuumar Rajaa, que vive en Malasia y es Director del Centro Asiático de Investigación y Diálogo, cuando aterrizo en el aeropuerto de San Pablo. Este viajó con su esposa embarazada y su hijo a visitar a su grupo familiar. ¿La causa? La “inteligencia norteamericana” (léase el Departamento de Estado y la embajada yanqui) lo catalogó como “terrorista” y planteó su expulsión. Abogados brasileños de los derechos humanos apelaron y pareció que iban a lograr la posibilidad de defensa, pero… la policía lo terminó subiendo a un avión y lo reenvió a Kuala Lampur con el visto bueno del gobierno. Violentaron los derechos a la defensa existentes en la Constitución brasileña y la legislación pertinente. Los abogados han calificado este accionar como “ilegal y xenófobo”. Debiéramos agregar: prosionista y antipalestino.

Se afirma que dentro del partido de Lula (el Partido de los Trabajadores, PT) y de la Central Obrera (CUT) hay desacuerdos con esta orientación de colaboración con el gobierno sionista genocida. Hay que manifestarla claramente y movilizarse –como crecientemente sucede en el mundo- por la ruptura de relaciones con el Estado sionista, por el retiro de las tropas sionistas de Gaza, el levantamiento del bloqueo y el envío de ayuda al pueblo palestino que sufre el genocidio en marcha. Hay que ir hacia asambleas, pronunciamientos y movilizaciones de las organizaciones de masas del Brasil por estos reclamos.

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