Luego de que la Comisión de Mujer y Equidad de Género de la Cámara de diputados rechazara el proyecto que busca despenalizar el aborto hasta las catorce semanas, fue tratado y votado por la sala de dicha cámara, resultando aprobado por 75 votos a favor, 68 en contra y dos abstenciones. La iniciativa volverá a la Comisión de Mujer para su discusión en particular y revisar las modificaciones introducidas. La discusión en la cámara baja se dio en medio de importantes movilizaciones en las principales ciudades del país.

El avance en el tratamiento legislativo de la despenalización es, sin dudas, una importante conquista en relación al estado actual del acceso a la práctica ya que solo se encuentra despenalizada (no garantizada) por 3 causales- inviabilidad fetal, riesgo grave en la vida o salud de la gestante y violación. Sin embargo, la mera despenalización no responde a la demanda del movimiento de mujeres chileno que ha salido masivamente a las calles en los últimos años exigiendo la legalización, es decir, su reconocimiento como un derecho.

Los ojos estaban puestos en el bloque de diputadxs de la Democracia Cristiana, partido al que pertenece Yasna Provoste, candidata a la presidencia del conglomerado “Nuevo Pacto Social”- ex Concertación- que si bien se pronunció a favor de la despenalización y se comprometió a convencer a sus diputadxs, éstos finalmente votaron en forma dividida. Claramente el compromiso de Provoste se trató de mera demagogia electoral ya que su partido es un espacio antiderechos por esencia.

La discusión en la Cámara de diputadxs estuvo enmarcada por enormes movilizaciones que tuvieron lugar en Santiago, pero también en las distintas regiones del país. En Chile, el acceso a la salud no está garantizado para las mayorías populares, menos aún la salud reproductiva. Ni educación sexual integral, ni acceso a la anticoncepción, ni acceso a la interrupción del embarazo aún en aquellos casos en que se encuentra despenalizado. La lucha para la conquista de éstas demandas fundamentales plantea también la lucha por la separación de las iglesias del estado, ya que esta alianza criminal contra las mujeres, las disidencias y la clase trabajadora es la responsable de la negación sistemática de nuestros derechos. Porque el aborto clandestino al que nos condenan es, antes que nada, una herramienta de disciplinamiento al servicio del régimen de explotación

Las opciones que los partidos de los 30 años han dejado para las mujeres trabajadoras son una maternidad forzada y sin derechos, las mutilaciones, la muerte o la cárcel, por eso es fundamental la independencia política del vigoroso movimiento de mujeres que ayer dio una importante muestra de que sus reservas de lucha están intactas pese al terrorismo de estado que se vive en Chile. A las calles, por el aborto legal, por la separación de las iglesias del estado, porque se vaya Piñera, por una verdadera constituyente, libre y soberana.

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