Promisorio lanzamiento de Juventud Obrera de Costa Rica

En vísperas de la Conferencia Latinoamericana y de los EE.UU. Con la participación de Rafael Santos, dirigente del Partido Obrero

La organización costarricense Juventud Obrera, constituida hace pocos meses, realizó su primera charla-debate el martes 21. Enmarcada en las actividades preparatorias hacia la Conferencia Latinoamericana y de los EE.UU., sirvió como presentación de la agrupación y de su plataforma-manifiesto de posicionamiento político y plan de acción. Bajo modalidad virtual debido a la pandemia, contó con la presencia de 30 compañeros. Rafael Santos, del Partido Obrero, presentó las tareas y desafíos de la Conferencia.

Un dato distintito de la actividad fue su concurrencia marcadamente juvenil. No es casual: la juventud trabajadora y estudiantil de Costa Rica fue protagonista indiscutida de numerosas luchas durante el 2019, secundando las rebeliones en Chile, Ecuador o Puerto Rico. Producto de su participación en aquellas batallas, una nueva camada de activistas se puso en marcha. Pero con una particularidad: el sector más avanzado tomó en sus manos la bandera de la independencia de clase, rompieron las ataduras de colaboración con la burguesía. Varios referentes de estos procesos, al arribar a nuevas conclusiones políticas, decidieron conformar Juventud Obrera.

Entre los asistentes a la charla se destaca la presencia de un grupo de compañeros que, aun manteniendo su adhesión al Frente Amplio (Costa Rica), ven con simpatías la constitución de una organización que se reclama revolucionaria. También, se conectaron integrantes de un grupo de lectura marxista y activistas universitarios. Juventud Obrera tendrá la tarea de rescatar las importantes gestas obreras y populares de Centroamérica, pero aportando una perspectiva crítica, que colabore en superar las expectativas de quienes –incluso con posturas combativas- aún abogan por la posibilidad de transformaciones sociales dentro de los marcos del régimen capitalista.

Los compañeros de Juventud Obrera que hicieron uso de la palabra se abocaron a presentar, explicar y comentar su propuesta programática.

El documento analiza la crisis del armado político encabezado por Carlos Alvarado y la tendencia a recurrir cada vez más a medidas de arbitraje personal, especialmente ante el severo peso de la deuda y el déficit fiscal –que se extiende a todos los cantones y provincias. También, toca el lugar de Costa Rica en la actual bancarrota mundial, dejando en claro su papel como peón del capital estadounidense, lo cual se ha visto reforzado con su reciente ingreso a la OCDE. Además, traza una clara línea de delimitación con las variantes de la izquierda que, ya sea por su integración al régimen o por su desdén hacia la intervención práctica, ameritan un balance.

Más adelante, detallaron una serie de consignas transicionales y planteos de intervención práctica en frentes gremiales y de luchas democráticas, dando cuenta de importantes definiciones políticas de fondo: la perspectiva de construir un partido -de combate y de acción directa- basado en la independencia de clase y en el centralismo democrático, la lucha por gobiernos de trabajadores y el derrocamiento de la burguesía, por una federación socialista en Centroamérica y la unidad socialista de América Latina.

Rafael Santos, al llegar el turno de su informe, destacó que estas definiciones entroncan con la convocatoria a la Conferencia. Más aún, son especialmente necesarias cuando lo que prima en el continente es la construcción de izquierdas laxas, concebidas como aparatos electorales. Esto quedó patente en los últimos meses, cuando sectores mayoritarios que se reclaman de izquierdas jugaron un rol de contención ante los levantamientos populares, bloqueando su evolución hacia instancias de mayor confrontación con el régimen. Pero también ante las vacilaciones para enfrentar el golpe de estado en Bolivia y, previamente, al de Brasil contra Dilma Rousseff.

La crisis de dirección coloca sobre la mesa la importancia de un polo independiente y clasista, explicó Rafael Santos. Sin embargo, declaró que no es correcto fetichizar la unidad de la izquierda, por la unidad misma. En el pasado, el Foro de San Pablo, pero también algunos armados nacionales actuales, constituyen bloqueos, variantes dentro del régimen. El apoyo a la unidad de la izquierda tiene que partir de caracterizar la posibilidad de un avance concreto, y revestir el método del frente único y la claridad de las diferencias. La Conferencia será una oportunidad que no puede ser desaprovechada, y un renovado impulso para la construcción de partidos revolucionarios.

Luego, una ronda de preguntas inquirió sobre la pertinencia de levantar planteos políticos que permitan fijar posición en la crisis nacional. Así, hubo una coincidencia entre los oradores en oponerle al ajuste fiscal, al rescate a los empresarios y a los nuevos tratados de sumisión al imperialismo, una salida de golpe al capital, de desconocimiento de la deuda externa y para que la crisis la paguen los capitalistas. Otras preguntas pusieron el acento en la experiencia de Cuba. Nuevamente, los oradores levantaron un planteo común de condena a la injerencia imperialista, sosteniendo al mismo tiempo una mirada crítica sobre el régimen cubano.

Al finalizar la actividad, varios asistentes enviaron mensajes pidiendo ser admitidos como miembros de Juventud Obrera. Grandes desafíos se avecinan para los luchadores centroamericanos.