Las movilizaciones en Irán continúan a siete semanas de la muerte de la joven Mahsa Amini. El movimiento estudiantil aparece ahora a la cabeza de las medidas de lucha, organizando el boicot de cursadas en las facultades y protagonizando manifestaciones nocturnas. Además, tuvo una gran difusión el video en que los alumnos de la Universidad de Hormozgan demuelen una pared de la casa de estudios que separaba a hombres y mujeres.

A fines de octubre, las movilizaciones conocieron un nuevo pico al cumplirse 40 días del fallecimiento de Mahsa. Llegada esa fecha, es costumbre en Irán reunirse para conmemorar a los muertos. Por eso mismo, en estos días se multiplican las concentraciones callejeras que recuerdan a los manifestantes caídos en el curso de la rebelión. La represión del régimen ha dejado más de 200 víctimas fatales, según la ONG Iran Human Rights.

La juventud y las mujeres iraníes exigen justicia para Mahsa y la disolución de la Policía de la Moral, el organismo que la detuvo por llevar mal puesto el velo islámico y bajo cuya custodia murió. Las protestas en el Rojihilat, la región kurda (de la que era oriunda Mahsa), evidencian también el malestar ante la opresión de Teherán. Asimismo, la presencia de sectores populares en las calles es el resultado de una inflación y empobrecimiento crecientes. Uno de los hechos más interesantes de estas semanas fue el estallido de huelgas obreras por el salario y contra la precarización laboral.

El gobierno iraní alega que todo se trata de una conspiración extranjera, promovida desde Estados Unidos e Israel, pero esto es un burdo intento de desacreditar la revuelta y justificar la represión.

Viva la lucha de las mujeres, la juventud y los trabajadores iraníes.

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