Internacionales

27/11/2020

Contundente paro general en la India

Cerca de 250 millones de huelguistas contra el gobierno derechista de Modi.

Los trabajadores de la India protagonizaron un masivo paro general este jueves 26 contra las reformas laborales y la política de privatizaciones del gobierno del ultraderechista Narendra Modi (del partido hinduista BJP). Se estima que participaron cerca de 250 millones de personas.

La convocatoria partió de casi la totalidad de las centrales sindicales. Hubo una destacada participación de mineros del carbón, ferroviarios y bancarios. En varias ciudades se produjeron movilizaciones, que en muchos casos fueron reprimidas por las fuerzas policiales. Además, hubo piquetes en las rutas y en algunas vías ferroviarias.

Lo que los trabajadores rechazan especialmente son los nuevos códigos laborales, con los que el gobierno pretende simplificar la legislación laboral actual en beneficio de las grandes patronales. Los cambios le dan un mayor impulso a los contratos temporales y restringen el derecho de huelga, entre otros puntos.

Entre las centrales que convocaron la medida de fuerza, figuran el Congreso de Sindicatos de toda la India (AITUC por sus siglas en inglés, ligada al Congreso Nacional Indio); la Federación Progresista de Trabajadores (LPF por sus iniciales en inglés, próxima al partido regional DMK de Tamil Nadu); y dos centrales sindicales ligadas a partidos de izquierda (el PC y el PC Marxista). También adhirieron otras centrales que no están tan directamente asociadas a un partido político. La federación ausente fue Bharatiya Mazadoor Sangh, cercana al partido de gobierno.

Este paro es el cuarto paro nacional contra el gobierno de Modi y uno de los más importantes. Sin embargo, estos paros se han dado de forma muy espaciada. No hay un plan de lucha progresivo, con lo que las medidas se parecen más a un intento de las centrales sindicales por descomprimir la bronca popular que a una firme decisión de revertir la ofensiva del gobierno. Y, seguramente, hay también un intento de ir horadando a Modi con la intención de un regreso al poder del Congreso Nacional Indio en las próximas elecciones. Esta fuerza política, aclaremos, gobernó durante décadas al servicio de la burguesía.

En coincidencia con el paro general, los agricultores realizaron una masiva movilización en Nueva Delhi contra los cambios en las leyes agrarias. Las nuevas normas apuntan a que los agricultores pasen a vender directamente al sector privado (actualmente, el Estado les compra productos básicos a precios garantizados). “El 85% de los agricultores pobres de la India, que poseen menos de 2 hectáreas”, según voceros del sector, “serán vulnerables a ser estafados por compradores privados” (agritotal.com, 25/9). La movida de los agricultores hizo que miles arribaran a la capital india desde regiones próximas de intensa actividad agraria, como Punjab. Pero en las inmediaciones de Delhi, el gobierno montó bloqueos de las fuerzas policiales para tratar de impedir su paso. Y los reprimieron con camiones hidrantes y gas pimienta.

La situación general

En el plano económico, la India, cuya economía venía en desaceleración, podría sufrir una caída estrepitosa de casi el 10% de su PBI este año, como consecuencia de la agudización de la crisis mundial y de la pandemia.

La pandemia ha hecho estragos en el país. Es el segundo más afectado del mundo en términos absolutos, con más de 9 millones de infectados y 135 mil muertos.

El gobierno de Modi añade a sus ataques a los trabajadores una política de discriminación y persecución de la población musulmana. Las bandas de su partido apalean a musulmanes en las calles. Algunos sectores derechistas están promoviendo el fin de los matrimonios mixtos entre hindúes y musulmanes. A su vez, Modi anuló la autonomía de la Cachemira india, de mayoría musulmana, y la militarizó completamente, lo que de paso agudizó las tensiones con la vecina Pakistán, que al igual que la India es una potencia atómica.

La retórica derechista de Modi inflama las tensiones sectarias y regionales para dividir a las masas y para que la atención se no se concentre en una impugnación de su gobierno antiobrero.

Este paro general, uniendo a trabajadores y agricultores sin distinciones confesionales, va en el sentido contrario.