Internacionales
2/12/2025
Jornada de debate "¿A dónde va China?" en Córdoba
Presentación de la nueva edición de En Defensa del Marxismo, será un disparador para los debates trascendentales en la etapa de guerras y rebeliones que se abren paso.
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¿A dónde va China?
Este jueves 4 de diciembre, a las 18 horas, en la sede del Círculo Sindical de la Prensa y Comunicación (Cispren) tendrá lugar la presentación de la 62 edición de la revista En Defensa del Marxismo, titulada ¿A dónde va China?, con exposiciones de las compañeras dirigentes del Partido Obrero, Soledad Díaz y Cintia Frencia.
La jornada pretende caracterizar el avance del gigante oriental y su intervención en la esfera internacional, tanto en choque con hegemonías tradicionales, como la estadounidense, las propias características del país asiático, así como su efecto sobre Argentina, el análisis político y tareas que corresponden a la izquierda al respecto.
La cuestión China
Lo que impulsa esta charla debate es una serie de preguntas para comprender las posturas de la izquierda internacional sobre el carácter del Estado chino, la restauración del capitalismo en su fase imperialista, el surgimiento de una burguesía nacional y el rol del Partido Comunista Chino.
Estas cuestiones denotan el carácter complejo de China, atravesado por su desarrollo prodigioso según los resultados que las estadísticas muestran. El país asiático es la principal potencia manufacturera, la segunda economía del mundo en el PBI, líder del comercio mundial y empresas locales destacan en el top 100 global como Tencent y Alibaba. Destaca su veloz intervención en Asia y África en aproximación también hacia América Latina, por lo que se consideraría a China como un país del primer mundo junto con la esfera anglo y europea.
Pero hay otras similitudes que lo niegan: el PBI per cápita del gigante asiático se sitúa en 13.445, muy por debajo de los 86.600 de Estados Unidos, así como la productividad del trabajo, que es un sexto de la vigente en este último, frente a los 780 millones aproximados de China. Esto separa al país del resto de la concepción tradicional de países desarrollados.
Gran parte de la población china tiene una situación laboral precaria; un porcentaje del 25% trabaja en agricultura y la órbita urbana es abundante en comercios pequeños, labores informales, empresas sin incentivos de profesionalización atravesadas por la baja mecanización y tecnología. El Estado se sustentó en el trabajo barato para imponer su rol en el mundo.
¿Cuál es la clase dominante en China? ¿Qué lugar ocupa el PC chino? Son interrogantes que contrastan con un triunfo la retórica de una restauración capitalista completada.
¿China se dirige a convertirse en una potencia imperialista?
Para caracterizar esta fase hay que analizar de dónde viene China. El lugar que ocupa el PC chino, que nunca fue desplazado del poder, aunque tuvo sus propias pugnas y cambios de gestión adentro de la cúpula, como fueron las reformas de Deng Xiaoping que introdujeron al país en el mercado mundial.
Por aproximación, con todas sus contradicciones, China podría calificarse como un capitalismo de Estado original en su tipo, sin referencia en el desarrollo de las potencias tradicionales. Tampoco podría calificarse como un país exclusivamente atrasado.
Históricamente, el Estado chino fue un factor de estímulo para el progreso, partiendo del desmantelamiento de un régimen feudal agotado hacia una economía estatizada en el marco de una decadencia (sin ninguna semejanza con las potencias tradicionales), pero hoy en día es una traba a redireccionar para las ambiciones de la burguesía y la hegemonía internacional, poniendo la primera en riesgo su existencia física al no quedar clara la frontera entre capital privado y estatal.
La burguesía china es peculiar: se encuentra dentro del Partido Comunista, pero no como clase dirigente a través de este, sino subordinada a este. A pesar de que la burguesía no obre como poder plenamente gobernante, sino como auxiliar del gobierno, queda por analizar si el proceso de instauración capitalista se ha completado y, en tal medida, si efectivamente podría avanzar al orden de una potencia imperialista.
Importancia del debate a instancias de una guerra mundial
Resulta clara la situación de avance bélico que el imperialismo empuja en su etapa de declinación histórica. El proceso de restauración capitalista no solo no ha servido para darle un respiro a la decrepitud del capitalismo, sino que lo ha envuelto en nuevas y más profundas crisis. China es un ejemplo de eso; por eso está en el ojo de interés una caracterización revolucionaria en función de los intereses del proletariado mundial. Esta charla sin duda será un disparador para esos debates en la etapa de guerras y rebeliones que se abren paso.



