ALEMANIA

Die Linke, el voto del presupuesto militar y “los principios del oportunismo”

Die Linke (La Izquierda) es una fuerza política alemana

El título en comillas hace alusión a una frase de Rosa Luxemburgo que la juventud de Die Linke recoge en una carta publicada en Instagram el domingo pasado, donde exigen la renuncia de los representantes parlamentarios del partido que votaron el presupuesto de guerra en la cámara alta del Parlamento Alemán (Bundesrat) la semana pasada.

Esta votación bochornosa se dio en el marco de una importante movilización, realizada el 18 de marzo, que repudiaba el aumento del presupuesto y rearme militar. Citar aquella ruptura histórica entre reformistas y revolucionarios en el marxismo alemán da cuenta de la gravedad de la crisis que ha golpeado a Die Linke luego de este nuevo alineamiento con la clase dominante de su país, incluida su política militar.

Los efectos de la crisis capitalista y el rearme militar

El rearme militar europeo está en la agenda de todos los gobiernos de los países del viejo continente. Las sirenas de alarma sonaron cuando Trump vociferó que Estados Unidos no tiene por qué financiar la protección de los países europeos (cuestión que esta semana adquirió un nuevo impulso con la filtración de mensajes de altos funcionarios de la administración de Trump contra Europa) y se acerca a Putin para negociar bilateralmente los términos de una paz en Ucrania que aún está lejos de hacerse realidad. Lo cierto es que los primeros cimbronazos aparecen cuando la administración de Biden hace estallar el Nordstream para obligar a Europa a comprar gas yanqui, dejando al desnudo la situación de enorme debilidad y dependencia de la Unión Europea frente a EEUU.    

Una debilidad en la que la crisis de 2008 jugó un punto de inflexión porque gran parte de los países de Europa quedaron atrapados en una depresión económica de la que nunca se pudieron recuperar. Este elemento se suma a los choques que trae el proceso de restauración capitalista en la ex URSS y el lugar que adquirió China en la economía mundial.

La escalada guerrerista y la necesidad del rearme militar está a la base de la imposibilidad del capitalismo de salir de su crisis económica. Lo estamos viendo con todos los gobiernos europeos, desde el laborista Keir Starmer que en Gran Bretaña quiere llevar el aporte al gasto militar al 3% del PBI, vía recorte del gasto social, hasta el canciller electo derechista Friedrich Merz en Alemania que logró habilitar un endeudamiento mayor para aumentar el gasto militar. La vía del rearme militar implica un mayor endeudamiento para estos países y una brusca reducción del gasto público. Es el curso de la crisis de la economía capitalista mundial que hoy adopta un lenguaje de guerra.

Por eso, el proceso de militarización es común a todos los países. Viene acompañado, en algunos casos, por gobiernos autoritarios y, en otros casos, por la negociación colectiva de los distintos partidos del régimen en los parlamentos. 

Alemania particularmente ingresó a su segundo año consecutivo de recesión económica. El canciller electo en el nuevo gobierno de coalición, Friedrich Merz, impulsó votar una ley para poner fin al llamado "freno fiscal" que hacía ilegal que los gobiernos alemanes pidieran prestado más allá de un límite estricto. Esta ley incluye que el gasto por déficit militar tiene prioridad sobre todo lo demás, el único presupuesto sin límite. Es evidente para todo el mundo que el gasto militar reducirá a la nada el gasto deficitario disponible para el control climático y para infraestructura. Esto es lo que los representantes parlamentarios de Die Linke apoyaron. Lo hicieron a sabiendas de la extrema debilidad institucional con la que contará el gobierno derechista de Merz y la gran coalición negro-rojo que compartirá con la socialdemocracia alemana. Frente a una burguesía alemana y europea que aumenta sus divisiones, los parlamentarios y la dirección de Die Linke son defensores claros del sector de su burguesía que defiende la continuidad de la Unión Europea y la Otan, ambas instituciones imperialistas y opresoras.

Los gobiernos de la Unión Europea buscan incorporar a las masas a la lógica de la guerra

El lenguaje militar de los gobiernos europeos, sean estos derechistas, de centro derecha o centroizquierda, tiene como finalidad buscar incorporar a las masas a la lógica de la guerra, que incluye no solo el patriotismo europeo, sino también el miedo. Utilizando un discurso defensivo que se impone desde la defensa de los principios de la “democracia” contra aquellos gobiernos autoritarios que vienen a atacar.  Der Spiegel ha publicado distintos artículos enfatizando en la idea de que quienes no se rearman ahora, están invitando a Putin a anexar toda Europa del Este.

En un mismo sentido, Merz declaró que “en vista de las amenazas a nuestra libertad y paz en nuestro continente, lo siguiente debe aplicarse ahora también a nuestra defensa: cueste lo que cueste”.

El pasado miércoles, la población europea fue sorprendida por un video de la comisaria de Igualdad y Gestión de crisis de la Unión Europea (UE), Hadja Lahbib, donde indica recomendaciones a los ciudadanos para armar un kit de supervivencia ante eventuales situaciones de catástrofes. Buscan atemorizar a la población con un discurso defensista, “nos van a atacar, hay que defenderse”.

Pero los efectos de la crisis económica que configuran el escenario político, también adquieren un lenguaje de guerra en el ámbito de la producción. Por caso, el fabricante alemán de armas Rheinmetall dice que la inactiva fábrica de Osnabrück de Volkswagen podría ser la principal candidata para su conversión a la producción militar. Recordemos que VW relocalizó su producción a China, lo que abrió un proceso de despidos en Alemania en esa empresa. Entonces, aparece con fuerza la falsa idea de que producir para la guerra, genera trabajo y reactiva la economía. Esto fue enfatizado por Stefan Körzell, miembro de la junta directiva de la DGB y de IG Metall que afirmó que el aumento en defensa iba ayudar a sostener el empleo para los trabajadores de la industria de la tecnología de defensa y seguridad.  

¿El voto favorable al rearme militar por parte de Die Linke fue una responsabilidad personal de los representantes parlamentarios?

Recordemos que Die Linke duplicó sus votos en estas elecciones, respecto de las elecciones pasadas, lo hizo arrastrando el apoyo de una juventud valiente que se opone al rearme militar, que lucha contra el genocidio en Palestina, a pesar de la furiosa represión y persecución política, y a pesar también de la dirección del propio “Partido de Izquierda”.

Die Linke es un partido de distintas tendencias que se rige por “los principios del oportunismo” del que hablaba Rosa Luxemburgo. Principios que tienen su asidero en una estrategia electoral y que, como tal, sostiene una presencia electoral institucional, pero sin una estrategia revolucionaria que se plantee enfrentar verdaderamente las condiciones que llevaron a Alemania a la situación actual. Esta ambigüedad, estos principios volátiles, inevitablemente conducen a Die Linke a tomar decisiones que apuntan, antes que cualquier otra cosa, a sostener la gobernabilidad de un gobierno de coalición que es débil. No fue un error de los representantes parlamentarios; el programa y la trayectoria de Die Linke llaman a mantener un régimen que está conduciendo a Alemania a una nueva tragedia.

La juventud alemana marca el camino. ¡Viva la juventud!

La juventud está marcando un camino de lucha que repudia el rearme militar y a los representantes de su propio partido que lo apoyaron. Se organiza en asambleas, se planta en las calles en favor de los inmigrantes y pone el cuerpo contra la derecha fascista de AfD (Alternativa por Alemania) y el gobierno derechista de la gran coalición que llevará adelante el rearme militar a costa de las necesidades sociales de la población alemana.

Este es el camino por el que puede abrirse paso una salida independiente del Estado por parte de la juventud y la clase obrera, incompatible con la dirección de Die Linke. La juventud ya está jugando un rol importante en estructurar un frente único de lucha, de movilización, contra el gobierno del hambre y la guerra. Es fundamental avanzar también en la estructuración de un partido revolucionario, militante, de combate para abrir la perspectiva radical de la lucha por un gobierno de los trabajadores que presente una alternativa que se proponga organizar a la población sobre la base de las necesidades sociales y no, sobre las necesidades de la ganancia capitalista.

Llamamiento a organizar un Foro Internacional contra la Persecución Política y la Represión
Se realizará el 26 de abril en forma virtual. -
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