“El internacionalismo es clave para la clase trabajadora norteamericana”

Steve Zelter, del Comité de Frente Unico por un Partido Laborista (UFCLP).

Steve Zelter, en el acto internacional (foto: Fede Imas @ojoobrerofotografia)

Steve Zelter es dirigente del Comité de Frente Único por un Partido Laborista (UFCLP) de Estados Unidos. Estuvo en Buenos Aires, donde participó de una reunión internacional con delegaciones de diez países y fue orador del acto realizado en el auditorio de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires (UBA). En esta entrevista, nos brindó un pormenorizado panorama acerca de la situación del movimiento obrero norteamericano. Sobre el final, nos contó las actividades del LaborFest 2024, conmemoración de la huelga de San Francisco en 1934 que tendrá lugar a lo largo de todo el mes de julio (más información aquí).

En Estados Unidos se aprecia un reanimamiento huelguístico desde hace algunas años…

Sí, hubo una ola de huelgas crecientes en Estados Unidos, en particular después de la pandemia. Un tema que fue un disparador fue la falta de protección frente al Covid, por ejemplo entre los trabajadores de UPS (correo privado), trabajadores públicos y de la salud. Esto se extendió a Starbucks, sectores de la logística, de servicios de alimentación y las automotrices. Hubo varias “huelgas salvajes” para reaccionar frente a hechos gravísimos como muertes en los lugares de trabajo. Amazon, UPS y otras firmas, mientras tanto, tenían niveles de ganancias altísimas porque la gente no podía salir de sus casas y debía recurrir a esos servicios para poder alimentarse. Y hubo también millones de personas que dejaron de trabajar (los que pudieron adelantar una jubilación lo hicieron, hubo también distintos subsidios al desempleo o asistencias sociales) y eso generó temporalmente un faltante de trabajadores. También el proceso de la pandemia demoró el ingreso de inmigrantes, así que ese faltante no fue cubierto. Esto llevó a una situación en que los capitalistas debieron conceder ciertos aumentos salariales.

Lo que está pasando ahora es que hay inflación: mientras los millonarios tienen ganancias récord, los trabajadores ven que los aumentos salariales no llegan a compensar la inflación y que están perdiendo los salarios reales. Y hubo una serie de huelgas, como en Kellogg’s, de procesamiento de alimentos, donde los patrones estaban shockeados porque hacía mucho que no se producía una medida de fuerza.

En la UAW (sindicato automotriz) hubo un movimiento por “un hombre, un voto” y se logró un fallo legal de una Corte de justicia que ordenó hacer una elección directa del sindicato (la mayoría de los sindicatos no permiten una elección directa de su dirección nacional, lo votan delegados en una convención). En este sindicato por primera vez hubo cinco o seis candidatos compitiendo. Ganó Shawn Fain, que representa un ala socialdemócrata de la burocracia, porque hubo una división de la burocracia sindical. Como consecuencia de esto, hubo una huelga, no plena, sino escalonada, parcial, que tuvo la estrategia de enfrentar a una empresa contra la otra, y las empresas no estaban preparadas para este tipo de huelgas, este tipo de tácticas. La UAW, luego del cierre de una cantidad de plantas, hace ocho-diez años, había girado a hacer un trabajo de afiliación de trabajadores académicos de las universidades como reemplazo, y un 20 por ciento de sus afiliados son ahora trabajadores académicos. Antes de esto los trabajadores de las universidades no tenían permitido sindicalizarse. Así que esto dio lugar a un comienzo de huelgas en la Universidad de Columbia y otras (no solo de los sindicalizados en UAW, sino también en otros sindicatos). La más grande fue una huelga reciente en la Universidad de California donde participaron 48 mil trabajadores, la mayoría de los cuales nunca habían estado sindicalizados ni en una huelga. Fue una gran novedad política. Estos trabajadores reclamaban una cláusula de que el salario cubra la canasta familiar, pero la huelga fue entregada. La dirección del DSA, demócratas socialistas, aceptó un acuerdo que no cumplía esta demanda, sin el voto de los afiliados. También abandonaron un reclamo por los estudiantes internacionales, para que no tuvieran que pagar el costo enorme de los posgrados.

Otro sindicato, el SEIU (sector servicios), ha financiado una campaña de afiliación de los empleados de Starbucks y ha sumado los empleados de 330 locales a un plebiscito de que quieren un sindicato. Es el primer sindicato de muchos de estos trabajadores, y aunque gran parte de ellos han votado que quieren tener un sindicato, la empresa se ha negado a discutir un contrato laboral porque los capitalistas violan sistemáticamente las leyes laborales.

El otro proceso importante es el de los trabajadores en el sur del país donde grandes empresas (como Mercedes Benz, Toyota, etc) habían establecido plantas para evitar la sindicalización y está habiendo un proceso de organización en ese sentido. En el sur hasta ahora los capitalistas vienen logrando ganar las elecciones contra la sindicalización. En un proceso reciente pudieron explotar los asuntos de corrupción en la UAW que terminó con una dirección zonal presa (Shawn Fain pudo explotar esta situación y ascendió al control del gremio con el apoyo del grupo laborista de izquierda que es Labor Notes). Estas plantas sureñas no son nuevas, ya están hace diez o quince años, los obreros vienen de una experiencia de cuál es el trato de las enpresas, no se hacen ilusiones, y hay un clima más combativo.

Y hubo una victoria por la sindicalización en una planta de Amazon en Nueva York (JFK 8), donde por primera vez en una planta ganó el plebiscito por la sindicalización. Hubo algunos problemas y se afiliaron al sindicato camionero (Teamsters). En UPS (correo privado), que está en Camioneros, habían elegido también a un dirigente nuevo, Sean O’Brien, que había dicho que iban a una campaña por 25 dólares la hora de salario y fueron a la huelga, pero esta nueva dirección también traicionó el reclamo. El les aseguró a los trabajadores que había frenado la introducción de robotizacion e inteligencia artificial a las plantas y era una mentira completa. Y luego de la firma del acuerdo laboral, 20 mil trabajadores fueron despedidos y sus tareas reemplazadas por plantas automatizadas. Dos de las huelgas más importantes del periodo estuvieron relacionadas con la introducción de Inteligencia Artifical (IA), que fueron las de actores y actrices, y la de escritores, que estaban relacionadas con la introducción de estas tecnologías y la pérdida de puestos de trabajo que genera. Este es un tema de vida o muerte para los trabajadores: Goldman Sachs ha analizado que 350 millones de puestos de trabajo pueden perderse por las aplicaciones de IA.

En el pico de la huelga automotriz, tanto Biden como Trump coincidieron en los piquetes de huelga…

Trump, en verdad, fue a sacarse fotos a una planta no sindicalizada y se opuso a la huelga, dijo que los trabajadores no tendrían que estar parando. Fain llamó a Trump, por esto, un “rompehuelgas”. También tuvo una polémica con Trump por el ataque a los migrantes. Ahora bien, durante su administración, Trump había lanzado muchísimos ataques a las comunidades negra y de migrantes y ninguna de las direcciones sindicales nacionales respondió a estos ataques y no hay ninguna campaña de los sindicatos contra el ascenso del fascismo y la amenaza del movimiento fascista en Estados Unidos.

Lo otro que está pasando en el movimiento de masas es el movimiento estudiantil por Palestina. Y la AFL-CIO (central sindical nacional) es prosiosnista y procapitalista. Hace negocios de bonos y financieros con la Histadrut. Y nuestros compañeros han estado trabajando en una serie de sindicatos para mocionar que se rompa relaciones con la Histadrut y para realizar medidas de bloqueo obrero contra Israel, contra el envío de armas y el apoyo económico a Israel. En algunos casos los sindicatos han apoyado los acampes estudiantiles. Los sionistas han atacado los campamentos, el ataque más duro fue en la UCLA (Los Ángeles) donde organizaron la acción junto a milicias de derecha, con la connivencia de las autoridades. Al día siguiente, la respuesta del Partido Demócrata fue coordinar a tres fuerzas policiales para barrer el acampe.

La inflación está haciendo aumentar la frustración y bronca de los trabajadores, hay un odio de clase creciente. Al mismo tiempo, está la elección presidencial, el peligro del fascismo y el rol de la burocracia sindical que está atada políticamente al Partido Demócrata. Es un partido corrupto; en la elección anterior realizaron toda una manipulación para evitar que Bernie Sanders fuera candidato. Ahora los sionistas y los capitalistas que controlan al Partido Demócrata querían a Biden y Kamala Harris (esposa de un dirigente sionista). Y Biden fue a los piquetes de huelga (de la UAW) y dijo: “me tendrían que apoyar a mí”. Y ha puesto a algunos funcionarios en la mesa sindical de relaciones laborales que aparecen como más pro-sindicatos; si asume Trump serían expulsados estos funcionarios.

El otro tema es el de los trabajadores ferroviarios. Se han ido reduciendo las dotaciones y esto ha llevado a accidentes crecientes. La nueva ley ferroviaria que se votó en el Congreso hace casi imposible hacer huelgas. Así que Biden y los demócratas (incluyendo a Sanders) votaron una ley que los obligó (a los trabajadores) a volver al trabajo sin tener días pagos por enfermedad. Así que los demócratas sucumbieron ante la presión de los patrones ferroviarios y hay mucha bronca entre los trabajadores. La burocracia sindical está movilizando para apoyar a Biden, diciendo que hay que votar a Biden contra Trump, y un sindicato como el SEIU le dio a Biden muchos millones de dólares para la campaña sin que sus miembros lo voten. Y la mayoría de los dirigentes de la burocracia sindical son parte de la dirección demócrata.

El sindicalismo empresarial domina el movimiento sindical en Estados Unidos y el tema de un partido laborista, de un partido de trabajadores, no es tomado por las centrales sindicales. En general, los partidos trotskistas o de izquierda, que por ahí dicen que son partidarios de un partido laborista, no dan esa pelea en los sindicatos. Nosotros estamos desarrollando un frente único con otros grupos que están por un partido laborista para dar la pelea en los sindicatos por un partido de trabajadores. Y hay una bronca enorme con el Partido Demócrata, particularmente en el movimiento por Palestina, en particular entre los trabajadores árabes y palestinos. Y Trump ha dicho que su propuesta sería arrestar a los que protestan por Palestina, y los que fueran originarios de países árabes o musulmanes deportarlos. Y la Corte Suprema ha montado una resolución de impunidad para evitar que Trump sea investigado por el golpe. Al mismo tiempo, tienes a los “tecnofascistas” (como el multimillonario Elon Musk) que están con Trump. Ellos tienen una ideología fascista, quieren usar la tecnología para generar una población sobrante, apoyan ataques contra los trabajadores, invasiones y golpes de Estado (Musk apoyó el golpe en Bolivia porque quiere el litio). Y organizan un frente fascista internacional para reunir apoyo a derechistas y fascistas, y está bien financiado porque tienes a los capitalistas más ricos del mundo financiándolo.

Musk y otros estaban involucrados en el intento de golpe (de Trump, en enero de 2021), financiándolo. Esto es un hecho que no tiene precedentes en la historia moderna de Estados Unidos: una parte significativa de la clase capitalista quiere terminar con la democracia burguesa. Y los sindicatos no están preparados ni están discutiendo qué hacer frente a este problema del fascismo, aunque Trump dice abiertamente lo que quiere hacer. Y tienes, incluso, un dirigente de Camioneros (O’Brien) que llevó a Trump al sindicato y le dieron 45 mil dólares a la oficina de los republicanos. Y Trump dio una conferencia de prensa en ese sindicato, desde la que atacó a los migrantes. Trump dijo que si gana la presidencia liberará a los detenidos por el intento del golpe, así que va a haber muchos grupos armados, con armas automáticas en Estados Unidos. Es una situación peligrosa y explosiva.

¿En qué consiste el LaborFest?

Es una conmemoración de la huelga de 1934 en San Francisco. La primera vez que lo hicimos fue en 1994. Dura un mes entero, hacemos charlas, proyectamos películas, alquilamos un bote que recorre la bahía de San Francisco, tenemos temas de debate sobre las privatizaciones de los servicios públicos, sobre la IA, vamos a tener también paneles sobre el movimiento obrero y Palestina. Hemos invitado al compañero Guillermo Kane (dirigente del Partido Obrero de Argentina), porque vemos al LaborFest como un festival internacional donde los trabajadores norteamericanos están conectados con los trabajadores de todo el mundo y el internacionalismo es clave para la clase trabajadora norteamericana.