El pulso entre India y China detrás de las elecciones en Maldivas

Ballotage en Maldivas

El segundo turno electoral en las paradisíacas islas Maldivas consagró como nuevo presidente a Mohamed Muizzu, del Partido Progresista, quien venció con el 54% de los votos al actual mandatario Mohamed Solih, del Partido Democrático. Estos comicios gozaron de cierta atención en la prensa internacional ya que, por detrás de los dos candidatos, se libraba un pulso entre China e India.

Durante el gobierno saliente de Solih, quien asumió en 2018, se instauró en el archipiélago la política de “India primero”, por la cual se priorizó a Nueva Delhi como principal sostén externo. No solo se transformó en un prestamista financiero, sino que apostó 75 efectivos militares en el territorio. Como parte de los realineamientos exteriores, Solih se acercó también a Estados Unidos, firmando un acuerdo de defensa en 2020 (The Interpreter, 7/6).

Muizzu, actual alcalde de la capital, Malé, exige el retiro de las tropas indias y promete llevar de vuelta al país al redil chino, en línea con la gestión de Abdullah Yameen (2013-2018), de la que formó parte como ministro de vivienda. Bajo el mando de Yameen, las islas se sumaron a la “ruta de la seda” del gigante asiático, se construyó un faraónico puente entre la capital y el aeropuerto de Hulhumalé por 150 millones de dólares, y se incrementó la deuda con Beijing.

Detrás de las acusaciones recíprocas de sometimiento a India y China, ambos bandos tienen razón: las gestiones respectivas han profundizado la dependencia foránea, empujando la deuda externa por encima del 100% del PBI (BBC, 18/7/22). Se señala a Maldivas como un firme candidato al default.

Si bien es una pequeña nación insular de medio millón de habitantes, Maldivas está emplazada en una ruta marina estratégica. La principal actividad económica es el turismo, aunque también sigue jugando un papel de primer orden la pesca.

Una de las principales amenazas, si no la mayor, es el calentamiento global: con el 80% de sus tierras a apenas un metro sobre el nivel del mar, la suba de las aguas oceánicas podría devorar el archipiélago en algunas décadas, por lo que se han iniciado tareas de relocalización poblacional hacia las áreas más altas, como Hulhumalé.

Las Maldivas  juegan también su propio pulso contra la depredación ambiental capitalista.

https://prensaobrera.com/internacionales/el-brote-del-virus-nipah-en-india