Internacionales

26/11/2025

El significado del plan de Trump para Ucrania y su viabilidad

Entre la capitulación o el colapso ucraniano y la profundización de la guerra imperialista

Zelensky y Trump discuten en uno de sus encuentros en la Casa Blanca

El gobierno de Donald Trump presentó la semana pasada un plan de 28 puntos sobre la mesa que pone como salida, para finalizar la guerra en Ucrania, gran parte de las condiciones de Rusia, y lanzó un operativo de presión sobre Kiev para que lo acepte.

Si bien el mandatario estadounidense volvió a decir que el fin de la guerra está “muy cerca”, los principales puntos del plan generan fuertes diferencias con la Unión Europea (UE), y Moscú tampoco considera a la propuesta como la última palabra. No hay que olvidar, tampoco, que el magnate se jactaba en campaña electoral de que iba a terminar con el conflicto en 24 horas, y aún los muertos se siguen amontonando en los campos de batalla. En agosto de este año, sin ir más lejos, la Casa Blanca promocionó con bombos y platillos la cumbre Trump-Putin en Alaska, en la que finalmente no se logró un entendimiento. En resumen, no hay que dar por hecho el éxito de la propuesta.

Plan de capitulación

En lo esencial, el plan de Trump, que fue informado originalmente por el portal Axios, concede a Rusia que Ucrania no ingresará a la Otan; que las tropas de Kiev se retirarán de Donetzk y que todo el Donbas, además de Crimea, quedará en manos del Kremlin; el levantamiento de las sanciones a Rusia y que se reconocerá a la Iglesia ortodoxa rusa, cesando así las persecuciones en su contra.

También, Ucrania debería convocar a elecciones presidenciales 100 días después de la entrada en vigencia del acuerdo y su ejército debería reducirse sensiblemente. Rusia cedería algunas cuestiones territoriales, en otros Oblast (distritos), donde está registrando avances.

Al comentar el plan, Putin dijo que las conversaciones de paz luego de Alaska se detuvieron debido al rechazo de Ucrania. "Creo que es por eso que ha aparecido una nueva versión —en esencia—, un plan actualizado que ya consta de 28 puntos. Tenemos este texto: lo hemos recibido a través de los canales de comunicación disponibles con la Administración estadounidense. Supongo que puede servir de base para un acuerdo de paz definitivo", sostuvo Putin. Es decir, el jefe del Kremlin tendría un acuerdo general con la propuesta estadounidense, pero discutirá cada palabra del acuerdo, mientras su ejército sigue conquistando territorio y colapsando al ejército ucraniano. El plan Trump, favorable en grandes rasgos a Rusia, es un reflejo de la realidad en el terreno.

Sin embargo, en los detalles está el diablo, y así como Trump hoy está imponiendo un ultimátum hacia el lado ucraniano, desfavorable para Zelensky, mañana podría intentar asestar una puñalada a Rusia, como ya lo hizo en el pasado. Por lo pronto, las acciones de Trump para presionar a los aliados de Moscú para que dejen de comprar cualquier producto ruso, fundamentalmente hidrocarburos, no han cesado.

La UE, alarmada ante el anuncio de Trump, presentó un contra-plan que difiere de aquél en todos los puntos fundamentales: no exige la retirada ucraniana del Donetsk, deja abierta la posibilidad de Ucrania de integrarse a la Otan y la UE, plantea una reducción del ejército ucraniano inferior a la prevista por Trump, aplaza indefinidamente la fecha de elecciones en Ucrania y el levantamiento de las sanciones a Rusia, y busca cargar casi todo el peso de la reconstrucción sobre Moscú (usando los activos rusos congelados en el viejo continente). Además, la UE y la Casa Blanca se endilgan recíprocamente la responsabilidad de emplazar tropas en la región para darle “garantías de seguridad” a Kiev.   

Trump ya salió a criticar la posición europea y ucraniana de rechazo a su plan de “paz”, afirmando que, de cambiarse las propuestas de Estados Unidos, Rusia podría rechazar las condiciones. Lo mismo hizo el vicepresidente J D. Vance, indicando que quienes critican a la propuesta norteamericana no se mueven por el realismo.

La situación en el frente militar

En una reciente entrevista, Trump dijo a Fox News que Ucrania “perderá (la guerra) en un corto período de tiempo”. Y, agregó, los ucranianos "están perdiendo territorio" ¿Es tan grave la situación del frente para Ucrania? Veamos:

Al momento de escribir estas líneas, el ejército ruso ha logrado ocupar prácticamente la totalidad de la ciudad de Pokrovsk. Además, los avances de importancia de Ucrania en el norte de Pokrovsk ya fueron absorbidos por las tropas rusas y la línea no solo se estabilizó, sino que los rusos comenzaron nuevamente a empujar. Naturalmente, el mando ruso respondió a esa situación intensificando los ataques aéreos con bombas FAB de 3000kg, lo cual les recuerda a las tropas ucranianas que la salida es la rendición o la eliminación.

En Kupiansk, la situación se aclaró: cayó a manos del ejército ruso. Miles de tropas ucranianas fueron cercadas, destruidas y rendidas. Sin embargo, lo más importante, como advertimos que podía ocurrir en artículos anteriores, es que, como Kupiansk es una ciudad divida por el río Oskil, los miles de tropas de la orilla oriental del río emplazadas en enormes fortificaciones, ahora no tienen salida, porque Rusia ocupó los pocos puentes operativos disponibles y porque destruye a repetición los puentes que crean los ingenieros del ejército ucraniano.

Las consecuencias tácticas y operacionales de las caídas de Pokrovsk y Kupiansk, ya las hemos analizado en profundidad en En Defensa del Marxismo y en Prensa Obrera. Sin embargo, lo que importa destacar aquí es que, nuevamente, el mando ucraniano ordenó evitar todo tipo de retirada y, como consecuencia, miles de tropas fueron cercadas, eliminadas y capturadas.

Así, se repite lo ocurrido en Mariupol, Bakhmut, Advivka, Kursk y otras ciudades, pero fundamentalmente la fallida contraofensiva de 2023 donde enviaron a la picadora de carne a más de 100 mil tropas.

La razón para que el mando ucraniano actúe de esta forma, es una lógica de relaciones públicas, en lugar de una militar. Como Ucrania depende enteramente del suministro militar y del auxilio financiero de la Otan, la dinámica que subsiste es que, si Ucrania retrocede en el terreno, se retrae el apoyo internacional al esfuerzo bélico de Kiev.

La operación de asalto aéreo de la inteligencia militar solo para colocar una bandera ucraniana en el letrero de la entrada de Pokrovsk, que se montó cinematográficamente con helicópteros estadounidenses Blackhawk, y que terminó con la eliminación de la casi totalidad de las tropas y el resto capturados, es un botón de muestra muy indicativo de cómo el mando ucraniano manda al matadero a sus soldados.   

Así, en este contexto, asistimos a un momento de la guerra donde toda esta trayectoria le empieza a pasar factura al ejército ucraniano.

Además de estos sectores críticos para Ucrania (podríamos agregar otros), hay que hablar de Zaporiyia, donde el flanco este está colapsando. "(…) Habrá un avance ruso de kilómetros, y luego de decenas de kilómetros por día", escribió en su cuenta de Telegram el jefe del fondo de ayuda a las Fuerzas Armadas de Ucrania, Sternenko. Añadió que la "destrucción gradual del mando de las tropas, el agotamiento de las fuerzas y la mentira total combinados con una gran presión enemiga conducen a avances inevitables del ejército ruso".

Y el cuadro se completa con avances importantes de Rusia en el norte de Jarkov, lo cual los coloca a tiro de lanzar drones contra la ciudad del oblast de igual nombre, que es la segunda en importancia de Ucrania luego de Kiev.

Seguramente, así como hablamos hoy de Pokrovsk y Kupiansk, en lo próximo hablaremos de Zaporiyia. También, tras las caídas de Pokrovsk, Siversk y Konstantinivka (los rusos ya están peleando dentro de estas dos últimas), se reportará sobre Kramatorsk y Sloviansk, las dos ciudades fortaleza que a Ucrania le quedan al norte de Donetzk.

Apagones, deserciones y crisis política por corrupción

Pero esos no son los únicos problemas que enfrenta Kiev. "Ahora Ucrania puede enfrentarse a una elección muy difícil. O la pérdida de dignidad o el riesgo de perder a un socio clave" dijo Zelensky en su mensaje vespertino del 21 de noviembre, tras conocerse el plan Trump. Para darle más dramatismo, agregó que, la situación se resumía a "28 puntos complicados o un invierno extremadamente duro". ¿Es tan grave la situación en el frente interno ucraniano? Probablemente, sea peor que lo que Zelensky dice.

La campaña de ataques rusos contra los centros de generación y distribución de energía en Ucrania, ha pegado un salto de calidad en relación a las campañas de los años anteriores. Se trata de la destrucción de la totalidad de las centrales térmicas, el ataque a centrales hidroeléctricas, subestaciones, etc, que ya representan una destrucción de más de 70% del sistema energético ucraniano.

Los bombardeos rusos, que el Kremlin aprovechó para lanzar tras los importantes ataques ucranianos a las refinerías rusas, pero que ya evidentemente tenía preparados, suceden en la previa del invierno, lo cual será un duro ataque para las condiciones de vida de la población ucraniana, lo que podría generar movilizaciones de masas contra el gobierno de Zelensky.

Pero también, sin electricidad, Rusia obtiene ventajas militares. La producción armamentística ucraniana, se vuelve inviable. Los complejos de guerra electrónica, sobre todo en el noreste del país, como Járkov, Sumy y Chernigov, se ven mermados, y con ellos incrementada la capacidad de ataque de los drones de largo y mediano alcance rusos. La logística militar, centrada en ferrocarriles eléctricos para despliegue de tropas y equipo, se ve completamente entorpecida.

Y si el invierno es gélido, algo que muchos pronostican, la situación en las ciudades puede volverse imposible. Así, éxodos en ciudades como Járkov o Sumy, facilitarían que los rusos puedan intentar rodear estas ciudades para aislarlas y conquistarlas, porque sin población civil se facilita la acción militar del atacante.

Pero el rechazo del pueblo ucraniano a la actual situación bélica no hay que buscarlo en el próximo invierno, sino que ya se encuentra por demás presente. Las deserciones, como ya advertimos en distintos artículos, superan holgadamente las 300.000, tendencia que se incrementa a medida que la tasa de bajas en las filas ucranianas aumenta y cuando la perspectiva de la derrota se profundiza.

Es justamente en este cuadro de agotamiento social y descontento generalizado con la situación bélica, que estallaron escandalosos casos de corrupción de Zelensky, sus funcionarios más cercanos y su régimen de oligarcas.

Básicamente, como ya lo relatamos en un artículo del mes de julio, cuando Zelensky intervino las agencias anti-corrupción y se suscitaron grandes manifestaciones en las ciudades, tras la marcha atrás del gobierno vinieron los resultados de las investigaciones. Así, se pusieron a los ojos de la opinión pública grabaciones entre el principal funcionario de Zelensky, Ramsten Umerov y el oligarca amigo de Zelensky, Mindich, quienes entraron en colusión para una compra millonaria de chalecos anti-balas defectuosos.

También, surgieron datos referidos a un alto esquema de sobornos en la empresa Energotom. En los allanamientos a Timur Mindich, que se fugó de Ucrania hacia Israel -tiene la doble nacionalidad-, se encontraron todo tipo de valores, incluidas joyas robadas del Louvre.

No se deben descartar, naturalmente, nuevas movilizaciones populares con motivo de las corruptelas. Sin embargo, lo importante aquí es la cuestión de quién mueve los hilos detrás de la agencia anticorrupción NABU, porque no es más ni menos que la embajada de EEUU en Kiev.

Conclusiones

En estas condiciones, el tiempo parece jugar a favor de Rusia, que, además, le ha ganado la guerra industrial de desgaste a Kiev (repone más municiones y armamento del que pierde en combate, y viceversa). Para contrarrestar este escenario, la Casa Blanca y Bruselas deberían escalar fuertemente su intervención militar (algo que Trump, con su mente en China y América Latina, prefiere evitar), con el riesgo consiguiente de una tercera guerra mundial.

Pero la variante de un pacto, que daría lugar a una paz imperialista (desmembramiento de Ucrania mediante), también debe ser denunciada ante los trabajadores. No a la guerra imperialista, abajo sus gobiernos.

No existe ningún “plan de paz”. Para detener el genocidio en Palestina, ¡debemos destruir la máquina de muerte sionista-occidental!
Declaración internacional. -
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