Elecciones en Portugal: el fin de la “geringonça”

Triunfo del PS y retroceso del PC y el Bloco de Esquerda

El Partido Socialista alcanzó la mayoría absoluta por segunda vez en la historia en las elecciones parlamentarias del domingo pasado, lo que le permitiría la reelección de Antonio Costa como primer ministro y gobernar en solitario. Logró el 41,68% de los votos y 177 diputados, sobre 230. Los comicios habían sido convocados tras la caída de la “geringonça” (gobierno socialista con la colaboración del Partido Comunista y el Bloque de Izquierda), el año pasado, en el curso de la discusión del presupuesto. Hubo una caída de la abstención electoral, que alcanzó al 42%, la más baja en las últimas cinco votaciones.

Las razones del “suceso” electoral del PS

Influyó en el triunfo del oficialismo el crecimiento de la economía del 4,9%, el mayor desde 1990, y la caída del desempleo al 5,9%, el menor desde 2002. Si bien la mayoría de los países europeos, y del mundo, tuvieron ese rebote y en no todos alcanzó para ganar elecciones (¡Argentina!), el crecimiento del empleo (precario) y la promesa de estabilidad hicieron que Costa consiga un nuevo mandato.

El PS planteó una campaña de (falsa) polarización contra “la derecha” encarnada en el PSD, partido al que pertenece el presidente de la república Marcelo Rebelo de Souza, con quien Costa combinó el llamado a elecciones anticipadas. La razón del adelantamiento electoral era simplemente mantener el ajuste en curso (el déficit del 4,3% de PBI fue menor al acordado) y aprobar el presupuesto ordenado por Bruselas y la Troika (Comisión Europea, Banco Central Europeo, FMI) que lo profundizaba. A esto se oponían el Partido Comunista y el Bloque de Izquierda (Bloco de Esquerda en portugués, donde el control pertenece a quienes representan a los autodenominados trotskistas del Secretariado Unificado). Claramente, para la CGT (controlada por la burocracia que responde al PC) y para el Bloque de Izquierda (con influencia en la juventud y los movimientos sociales, de mujeres y ambientalistas), apoyar esos presupuestos luego de 10 años de ajuste de la Troika era de difícil aceptación.

Pero luego de acompañar por 2 años desde el parlamento las políticas de Costa y la Troika y de mantener maniatados a los trabajadores y los movimientos populares, el PCP y el Bloco sufrieron igualmente un costo político y electoral. La negativa de la CGT a llamar a una huelga general en defensa de la sanidad pública (que era recortada), por la defensa de los convenios colectivos y el incremento del salario mínimo y medio (el más bajo de Europa Occidental), así como el aislamiento de las lucha parciales en portuarios o estatales, son las razones por las cuales los trabajadores castigaron al PCP que hizo su peor elección desde 1974, cuando la revolución de los claveles. Obtuvo solo el 4,39% y 6 diputados.

Exactamente lo mismo sucedió con el Bloque de Izquierda que en apenas 2 años perdió más del 50% de los votos pasando del 9,67% al 4,46% y cayó del tercer lugar al sexto en cantidad de representantes en la Asamblea de la República, con sólo 5 diputados, perdiendo 14 representantes.

De conjunto, se produjo un trasvasamiento de votos del PCP y el Bloco hacia el PS, casi sin crecimiento electoral de las izquierdas (apenas 35.000 votos). La reflexión de la mayoría social fue: para qué votar a la copia si tenemos el original como herramienta para frenar a “la derecha”.Esta es una lección para toda la izquierda mundial. Si para “frenar a la derecha” apoyamos lo “positivo” del gobierno y criticamos lo negativo, perdiendo la perspectiva de la independencia política de clase; si no rechazamos en los parlamentos y en las calles las políticas de ajuste; si no nos damos una estrategia de recuperar los sindicatos, las masas desmovilizadas optarán por el “mal menor” como en este caso, o se abstendrán.

La derecha

La derecha fue la que creció en votos (más de 500.000), o sea que fue ella la que movilizó el electorado que estaba en la abstención, si bien el PSD, defensor a ultranza de Bruselas, perdió votos y parlamentarios, dado que sólo obtuvo el 27,80% y 76 diputados. En cambio, creció Chega (un partido fascista y pro-vida similar a Vox en España), que pasó de uno a doce parlamentarios, convirtiéndose en la tercera fuerza electoral -por lejos la mejor elección de la ultraderecha desde el derrocamiento de la dictadura. También crecieron los supuestos libertarios de 1 a 8 diputados, siendo la cuarta fuerza electoral. Esto no sólo es parte del crecimiento de la ultraderecha en Europa sino que en el caso portugués muestra un hastío de sectores de la pequeña burguesía y la burguesía con Bruselas, o sea con el corset que imponen el capital financiero y Berlín a la economía en el país.

El llamado de Costa fue al diálogo con todos los partidos del régimen (excluyendo por ahora a Chega); se propone un gobierno sumiso a la UE imperialista y a la Otan.

Los trabajadores y la mayoría social del país han transitado una experiencia que debe ser capitalizada. Sin recuperar los sindicatos, sin ganar las calles, será imposible satisfacer las reivindicaciones. El camino para construir un partido revolucionario, que como perspectiva lleve en su programa el gobierno de trabajadores y los Estados Unidos Socialistas de Europa, está abierto luego de años de “geringonça”.

https://prensaobrera.com/internacionales/trabajadores-espanoles-se-oponen-a-la-derogacion-trucha-de-la-reforma-laboral/