Trabajadores de la principal tienda minorista de Apple en Nueva York empezaron a reunir firmas con el propósito de formar un sindicato. Es el primer intento en la compañía electrónica, que cuenta con más de 150 mil empleados en el mundo y 270 tiendas en Estados Unidos, y que alcanzó ventas por 365 mil millones de dólares a nivel global el año pasado.

El Comité Organizador formado por los empleados necesita el aval de al menos el 30% del personal para poder presentar una petición ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales. Este organismo procesa las solicitudes y convoca las votaciones en los lugares de trabajo para definir la agremiación.

En su página web, el Comité -cuyos miembros se mantienen en el anonimato para evitar represalias patronales- señala que su objetivo es defender el salario y las condiciones laborales en un cuadro inédito, marcado por la pandemia y la inflación más alta en 40 años. Puntualmente, plantea un aumento salarial de 20 a 30 dólares la hora y mayores vacaciones.

El Comité se encuentra adherido a Workers United, una organización que impulsa también la sindicalización en las cafeterías Starbucks, y que está adscripta a su vez a la Unión Internacional de Empleados de Servicios (SEIU, por sus iniciales en inglés), que congrega, asimismo, a empleados del sector salud y estatales. Es un sindicato fuertemente ligado al Partido Demócrata.

En Estados Unidos hay un proceso de reanimamiento sindical. La Junta ha recibido en lo que va del año 641 peticiones para la formación de sindicatos, el ritmo más alto desde 2008 (Washington Post, 8/4).

Este proceso tiene un capítulo notable en las grandes corporaciones. Tras una larga batalla, los trabajadores de Amazon de Staten Island (Nueva York) pusieron en pie el primer sindicato, tras el triunfo en una consulta. En otros almacenes del país también hay tentativas organizativas. La compañía gastó más de 4 millones de dólares en asesoramiento antisindical en 2021, para enfrentarlas.

En las cafeterías Starbucks, ya son 16 las sucursales organizadas sindicalmente y hay varias decenas de peticiones presentadas ante la Junta. Recientemente, los promotores han denunciado despidos y represalias. A la vez, viendo el progreso de la sindicalización, la empresa prometió un aumento salarial de 10 a 15 dólares la hora para el verano.

El gobierno de Joe Biden viene reforzando sus lazos con la burocracia sindical, como una respuesta preventiva frente a este proceso, protagonizado por una joven camada de trabajadores que desconfía de las organizaciones tradicionales.

La independencia política del gobierno y los capitalistas será clave para llevar a buen puerto la lucha.