El máximo tribunal anuló el fallo Roe Vs. Wade que legalizó el aborto a nivel federal en 1973. Esto implica que queda en mano de las legislaturas estatales y los gobernadores la potestad de decidir si mantiene, limita o, incluso, prohíbe y pena el derecho. Se estima que en casi la mitad de ellos se aplicarían normas restrictivas. El fallo Roe Vs. Wade fue conquistado por el poderoso movimiento de mujeres en 1973, valiéndose de la movilización callejera. Ese es el camino que debe retomar hoy.

La alerta máxima para el movimiento de mujeres y diversidades lleva varios meses. El mes pasado, una ley votada en el estado de Mississippi limitó el derecho al aborto a las primeras quince semanas del embarazo (el fallo de 1973 lo autoriza hasta la semana 23). Pero no es el único caso: numerosos territorios han votado leyes restrictivas en los últimos años. Oklahoma aprobó a comienzos de abril una norma que lo prohíbe -excepto en casos de peligro de vida para las mujeres- después de las seis semanas e impone penas de prisión a quienes colaboren con la práctica. Este Estado se había transformado en un lugar visitado por las mujeres para ejercer su derecho tras la aprobación de una norma reaccionaria similar en Texas que entró en vigor en septiembre de 2021 (y que la mayoría conservadora de la Corte se negó a bloquear). Florida aprobó recientemente una ley que lo prohíbe después de la semana 15, incluso en casos de violación e incesto.

Aunque el presidente Joe Biden planteó “su respaldo” al derecho al aborto, durante muchos años tuvo mayoría parlamentaria y jamás avanzó para que el fallo se convirtiera en ley a través del Congreso. Actúa pensando en las elecciones legislativas de este año, dado que según un estudio del Pew Research Center casi el 70% de los encuestados está en contra de la derogación del fallo de 1973, que se produjo en medio de la segunda ola del feminismo en Estados Unidos como fruto de una gran pelea del movimiento de mujeres. El gobierno estadounidense mantiene una política de cooptación respecto del movimiento de lucha; esto supone un obstáculo para derrotar la ofensiva reaccionaria contra sus derechos y reclamos.

El avance reaccionario colocó en las calles al poderoso movimiento de mujeres: hubo movilizaciones en todos los Estados donde quiso aplicarse y en todo el país y fue el reclamo central de la Marcha de las Mujeres.

Para derrotar estos ataques el movimiento de mujeres y diversidades debe estar movilizado en las calles, y para ello es clave que se dote de una independencia política de los gobiernos de turno.

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