Internacionales
27/9/2023|1677
Estados Unidos: se extiende la huelga automotriz
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Obreros automotrices en huelga
La huelga automotriz iniciada el viernes 15 en Estados Unidos en tres plantas de montaje de General Motors, Stellantis y Ford se extendió a los 38 centros de distribución de repuestos de esas dos primeras compañías, ante la falta de avances en las negociaciones. Quedaron exentos los centros de Ford porque, según la dirección del sindicato (la United Auto Workers, UAW), han hecho progresos en las tratativas con esa firma.
El pliego de reclamos de la UAW incluye un aumento salarial próximo al 40% para los próximos cuatro años y la reintroducción de una cláusula de indexación por inflación; el fin del sistema de dos niveles salariales, por el cual los nuevos empleados perciben menores ingresos; y la reducción de la jornada laboral de 40 a 32 horas semanales, sin afectar el salario, entre otros puntos.
Por el momento, las medidas de fuerza abarcan a casi 20 mil trabajadores, sobre un total de casi 150 mil afiliados. Los organizadores no descartan una paralización general.
Los sondeos de opinión indican que la huelga automotriz cuenta con un respaldo popular cercano al 60%. Forma parte de un ascenso huelguístico en los últimos años que tiene otra de sus expresiones notables en el conflicto de los actores y los guionistas (cuyo sindicato acaba de llegar a un principio de acuerdo). Atento a este clima, el presidente Joe Biden se hizo presente en uno de los piquetes de huelga en Michigan y su rival Donald Trump se aprestaba a hacer lo propio el miércoles 27. Son poses de campaña electoral, dado que los gobiernos demócratas y republicanos han sido cómplices del cierre de 65 plantas por parte de los gigantes del sector automotriz en los últimos veinte años. El llamado de Biden, desde la red social X, a un acuerdo “win-win” entre las automotrices y los obreros, es un intento velado por limitar los reclamos y evitar una radicalización de los huelguistas.
La UAW cuenta con una nueva conducción desde marzo, cuando en unas elecciones reñidas se impuso como secretario general Shawn Fain, de la UAWD (United Auto Workers Democracy), explotando el desprestigio de la dirección burocrática anterior, debido a los lazos con las patronales y los escándalos de corrupción. La nueva conducción defiende una modalidad de lucha que llama “Stand-up strike”, que consiste en ir sumando instalaciones a la huelga, en lugar de partir de una medida de carácter general, una táctica que algunas corrientes de la izquierda norteamericana cuestionan como conservadora.
Ir a fondo en las medidas de lucha
Aunque, según la UAW, General Motors y Stellantis serían las más duras en las negociaciones en curso, Ford no se queda atrás: acaba de anunciar la paralización de la construcción de una planta de baterías para vehículos eléctricos en Michigan, como parte de su pulso con los huelguistas.
La cuestión de la transición a los coches eléctricos forma parte de los debates en curso. Los trabajadores reclaman que esa transición no se haga a expensas de los puestos de trabajo y derechos laborales. En las plantas de Tesla, la firma de autos eléctricos del hombre más rico del mundo, Elon Musk, se pagan sueldos más bajos que en las tres gigantes y no hay organización sindical.
La huelga automotriz puede triunfar en sus demandas si va a fondo en las medidas de lucha y cuenta con el protagonismo de la masa de los obreros automotrices. Al mismo tiempo, es clave que se oriente con independencia política, tanto de Biden como de Trump, que fingen simpatía por las demandas obreras pero son, en verdad, representantes políticos de la clase capitalista.
https://prensaobrera.com/internacionales/el-capitalismo-subsidiado