La Otan (Organización del Tratado del Atlántico Norte), alianza militar liderada por Estados Unidos, incorporará este martes 4 a Finlandia como nuevo socio, tras un proceso de adhesión iniciado en mayo pasado.

El parlamento finés aprobó el ingreso con el voto de la socialdemocracia, la centroderecha, la extrema derecha e incluso una parte de la Alianza de Izquierda. El resto de los parlamentos de países enrolados en la alianza atlántica también dieron el visto bueno a la integración. En el caso de Turquía, el gobierno de Recep Tayiip Erdogan bloqueó la membresía durante algunos meses, reclamando a Helsinki garantías de que no dará protección a militantes del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Finalmente, a fines de marzo dio luz verde.

La asociación de Helsinki a la Otan recalienta la tensión entre Occidente y el Kremlin. Finlandia comparte cerca de 1.300 kilómetros de frontera con Rusia y ya empezó a construir una valla divisoria, aduciendo razones de seguridad.

Resta ver la respuesta de Moscú, que al conocerse el año pasado las candidaturas finlandesa y sueca (actualmente en proceso) amenazó con reforzar su arsenal nuclear en Kaliningrado, un enclave situado en la frontera con Polonia y Lituania, próximo a Alemania.

Quien ha encabezado el giro proimperialista en Finlandia, abandonando toda pretensión de “neutralidad”, es un gobierno liderado por la socialdemocracia (SDP). La afiliación de Helsinki a la Otan coincide con el desarrollo de las elecciones parlamentarias, que arrojaron este domingo 2 una derrota de ese partido. Si bien la formación de la primera ministra Sanna Marin tuvo un pequeño crecimiento en votos y bancas (ver anexo), quedó relegada al tercer lugar. El primer puesto lo logró la centroderechista Coalición Nacional y el segundo, la extrema derecha del Partido de los Finlandeses (PF), ambos por encima del 20% de los sufragios.

Además, tres de los aliados del SDP (el Partido del Centro, la Liga Verde y la Alianza de Izquierda) sufrieron un fuerte retroceso en la cantidad de escaños, por lo que la suma de los socios del gobierno actual (que se completa con el Partido Popular Sueco de Finlandia, que mantuvo su caudal electoral) ya no es capaz de recrear una mayoría parlamentaria.

Después de dar el puntapié militarista, los socialdemócratas le dejan el mando a la derecha. Coalición Nacional queda ahora a cargo de explorar la formación de un nuevo gobierno. Una de las variantes en danza, dentro de la gran cantidad de combinaciones posibles, es que busque sumar al Partido de los Finlandeses, con el que compartió una experiencia de gobierno entre 2015 y 2017, rompiendo el llamado “cordón sanitario” con la extrema derecha del que presumían los partidos democráticos. Como la suma de CN y el PF no congrega la mitad más uno de los legisladores, tendría que añadir, en tal caso, un tercer socio.

El líder de Coalición Nacional, Petteri Orpo, viene planteando la necesidad de proceder a un fuerte recorte del gasto público para reducir el endeudamiento, lo que anticipa un ataque contra numerosas conquistas sociales, en un cuadro marcado por la aceleración inflacionaria.

Al militarismo y la guerra, Finlandia le suma también el ajuste.

 

Resultados *

Coalición Nacional: 20,8% (48 legisladores; + 10 con respecto a 2019)

Partido de los Finlandeses: 20,1% (46 legisladores; + 7 con respecto a 2019)

Partido Socialdemócrata (SDP): 19,9% (43 legisladores; + 3 con respecto a 2019)

Partido del Centro: 11,3%  (23 legisladores; – 8 con respecto a 2019)

Liga Verde: 7%  (13 legisladores; – 7 con respecto a 2019)

Alianza de la Izquierda: 7% (11 legisladores; – 5 con respecto a 2019)

Partido Popular Sueco: 4,3% (9 legisladores; sin variación con respecto a 2019)

Demócrata Cristianos: 4,2% (5 legisladores; sin variación con respecto a 2019)

Movimiento Ahora: 2,4% (1 legislador; sin variación con respecto a 2019)

 

* El parlamento está integrado por 200 diputados.

https://revistaedm.com/especiales/un-ano-de-guerra-imperialista/