Francia: las manifestaciones más numerosas en 30 años

Movilización contra la reforma jubilatoria

La convocatoria obrera a parar y movilizar el 1 de febrero en toda Francia superó a la ya imponente jornada previa del 19 de enero.

Casi tres millones de manifestantes inundaron las calles contra la reforma previsional del presidente Emmanuel Macron. Al medio millón de trabajadores en París se añadieron los cientos de miles en las principales ciudades. La protesta también se demostró masiva, contrastando con los últimos años, en las pequeñas ciudades del interior del país.

Una fracción importante del paro corresponde al peso de los trabajadores de industrias estratégicas, como los de las refinerías de petróleo o las plantas químicas. También se registra un alto acatamiento, superior a la jornada del 19, en automotrices, educación, salud, trenes, transporte urbano, entre otras.

En cada ciudad y en cada lugar de trabajo se generaliza la avidez política, la participación y el involucramiento de los activistas. En algunos sectores, como el transporte de Lyon, aparecen intentos incipientes de coordinación desde abajo.

El eje del debate pasa por la orientación que la central sindical mayoritaria, la CGT, le imprime a esta lucha. Desde su dirección, han puesto trabas a la continuidad de las medidas, rechazando la idea, por ejemplo, de una huelga escalonada con paros de 48 o 72hs. En general, el resto de las centrales (englobadas en la Intersindical) han tenido una adaptación a esta línea -bien que existen sectores o seccionales que anunciaron medidas de mayor peso, como petroleros y ferroviarios.

Acompañando esto, la CGT circunscribe el reclamo al aumento de la edad jubilatoria de 62 a 64 años, quitando atención a otros puntos nocivos de la reforma, como aquel que estipula una mayor cantidad de años de aportes para acceder a la jubilación.

Se ha instalado un debate en las filas del movimiento de lucha, de la cual se han hecho eco algunas fuerzas combativas y de izquierda, sobre la necesidad de esbozar un plan de lucha y de distintas instancias democráticas-asamblearias o de coordinación, y el planteo de la huelga general. También, de añadir la demanda de aumento salarial y otros reclamos inmediatos.

En este punto, se concentra  la suerte  del movimiento. ¿Cómo lograr el triunfo de la huelga y el retiro de la reforma previsional sin una lucha a fondo? La cúpula de la CGT y de otras centrales sindicales se circunscribe a dilatar en el tiempo las medidas de lucha, una política desgastante que conduce a una frustración de la movilización y a terminar convalidando, como ya ocurrió en el pasado, las  reformas reaccionarias a cambio de alguna modificación menor. La estrategia  de la CGT es funcional a que la disputa se resuelva en el parlamento, no en las calles. En sintonía con Jean-Luc Melenchon, líder del frente de centroizquierda Nupes, quien se involucró personalmente en las protestas contra la reforma, buscó polarizar con Macron y convertir al movimiento de lucha en un apéndice del juego legislativo. La ultraderechista Marine Le Pen, a su turno, desdibujada por las protestas, está intentando no quedar fuera  de este juego y expresó su negativa a la reforma y pronunció un alegato por un referéndum.

Es necesario reclamar que la CGT y las centrales  sindicales rompan con esta política de adaptación al Estado y los partidos patronales y se lance la huelga general hasta que se retire la reforma del parlamento. Bajo esta perspectiva, está a la orden del día impulsar asambleas en los lugares de trabajo, plenarios y mecanismos de coordinación  que apunten a que  la base gremial pase a tener una injerencia directa y determinante en todas las decisiones y medidas de lucha.

El 7 y el 11 de febrero están convocadas nuevas movilizaciones. Se acercan momentos decisivos.

https://prensaobrera.com/internacionales/masiva-huelga-en-francia-contra-la-ofensiva-de-macron-contra-las-jubilaciones