Fuegos de octubre: el mes arranca con varias huelgas en el Reino Unido

Movilización de los ferroviarios

El clima de “unidad nacional” tras la muerte de Isabel II duró poco en Reino Unido. Las medidas de fuerza se han reanudado y para este sábado 1° de octubre están previstos varios paros simultáneos y movilizaciones en todo el país ante el alza en el costo de vida.

Tres sindicatos ferroviarios (RMT, los maquinistas de Aslef y el TSSA) cesarán labores en el comienzo del fin de semana, como parte de un conflicto ya bastante extendido por mejoras salariales. El mismo día, los carteros de la CWU también paran por el salario, luego de resolver 19 jornadas de paro para los meses de octubre y noviembre. En los puertos de Felixstowe y de Liverpool hay medidas de fuerza en curso. A su vez, son numerosos los sindicatos que están en proceso de consulta a sus afiliados para entrar en huelga. Y en Amazon y las plataformas petrolíferas del Mar del Norte hubo importantes medidas de fuerza, algunas oficiales y otras no oficiales.

Las manifestaciones del 1° son impulsadas por la plataforma Enough is Enough (basta es basta), que nuclea distintos sectores sindicales y reclama aumentos salariales, el fin de la pobreza alimentaria y frenar los aumentos de las tarifas energéticas -el nuevo gobierno se vio obligado a suavizar los incrementos que iban a regir desde mañana.

La nueva ola de huelgas coincide con el desarrollo de la conferencia del Partido Conservador, que se extenderá hasta el 5 de octubre. Hace pocas semanas, la conservadora Liz Truss asumió como primer ministro en reemplazo de Boris Johnson, que debió dejar su lugar debido a la crisis económica y a los escándalos que sacudieron su administración.

Truss, sin embargo, ha debutado con el pie izquierdo, porque la libra cayó a su nivel más bajo con respecto al dólar desde 1972. El plan anunciado por su ministro Kwasi Kwarteng, conocido como el “minipresupuesto”, que instituye recortes de impuestos por 45 mil millones de libras que favorece a los grandes capitalistas, divide a la propia clase dominante. Para la primer ministro, fomentará las inversiones y el crecimiento económico, mientras que otros afirman que, en el cuadro de déficit del Reino, será contraproducente.

La caída de la libra agrava los problemas del Reino Unido, que tiene un enorme déficit comercial. Las importaciones (incluyendo el gas y el petróleo) se encarecerán, lo que puede atizar una inflación que ya está en niveles récord en décadas (casi 10% interanual en agosto). Y crecerá también la deuda en moneda extranjera. Otro punto a tener en cuenta es que la suba de tasas de la Fed presiona al resto de los bancos del mundo, que si no siguen el mismo curso se arriesgan a un éxodo de capitales. El Banco de Inglaterra sopesa un incremento que tendría graves consecuencias para los deudores hipotecarios. Mientras tanto, para calmar a los mercados, el gobierno salió a hacer compras en el mercado de deuda.

El carácter del nuevo gobierno llevó a periodistas de la BBC a preguntarle incisivamente a Truss si se trataba de un “Hood Robin” que roba a los pobres para darle a los ricos. La nueva administración no solo prepara medidas económicas antipopulares sino que tiene en carpeta leyes para restringir la actividad de los sindicatos.

En este marco, se plantea la cuestión de un paro general, que las centrales sindicales -ligadas al laborismo- rehuyen. El Partido Laborista realizaba por estos días su propia conferencia partidaria. Su líder, Keir Starmer, tuvo que dar un apoyo formal a las huelgas, pero algunos referentes gremiales le han pasado la factura de que no se lo ve jamás en la línea de los piquetes. El titular del Labour fue uno de los que rindió tributo a la reina ante su fallecimiento.

En su lucha contra el gobierno conservador, los trabajadores deberán superar también este escollo político.