Internacionales
31/10/2025
Huelga del metal en Cataluña: la clase obrera enfrenta a la patronal y desnuda el rol antiobrero del PSOE
Masivo paro de 48 horas.
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El paro expresó un hartazgo acumulado tras años de pérdida salarial
Miles de trabajadores del metal en Cataluña protagonizaron esta semana un paro masivo de 48 horas convocado por CCOO y UGT frente al bloqueo patronal en la negociación del convenio colectivo. La medida paralizó zonas industriales de Barcelona y su área metropolitana, con cortes en autopistas, concentraciones en polígonos fabriles y una amplia adhesión en talleres, fábricas y empresas del sector.
La patronal Unión Patronal Metalúrgica (UPM) mantiene una posición intransigente: pretende imponer aumentos salariales por debajo de la inflación, conservar las cláusulas de absorción, que anulan las subas reales, y avanzar en mayores niveles de flexibilidad y subcontratación. En definitiva, busca descargar la crisis sobre las espaldas obreras.
Una respuesta a la ofensiva patronal
La huelga expresa un hartazgo acumulado tras años de pérdida salarial, precarización y desidia patronal y estatal. En un sector clave para la economía catalana, donde la inflación golpea de lleno y el costo de vida se dispara, los trabajadores comienzan a tomar la iniciativa.
Este clima de bronca se profundiza cuando se cumple un año de la DANA que azotó la región, dejando más de un centenar de víctimas. El presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, aprovechó el aniversario para decretar un día de luto “en memoria” de los fallecidos, mientras el PP y el PSOE, responsables directos de la catástrofe, siguen garantizando el modelo capitalista de especulación y saqueo ambiental que multiplicó los daños. Los mismos gobiernos que hoy piden “diálogo social” a los obreros son los que permiten que se construya sobre cauces y zonas inundables para beneficio de los empresarios del turismo y la construcción.
El conflicto del metal se inscribe, por lo tanto, en una crisis estructural donde la lógica del lucro capitalista no solo destruye salarios, sino también vidas humanas en pos de mantener la productividad de las empresas más importantes de España. La respuesta obrera se vuelve así una lucha por el salario y, al mismo tiempo, por la defensa de las condiciones más elementales de existencia. La acción directa de los metalúrgicos catalanes se suma a una serie de luchas obreras que recorren el continente: en Francia contra los recortes jubilatorios, en Alemania por las condiciones en la industria automotriz y en Gran Bretaña por los salarios públicos.
El papel del PSOE: un obstáculo, no una salida
En este marco, el PSOE, al frente del gobierno español y socio de la Generalitat catalana, confirma una vez más su rol de agente del capital. Mientras habla de “diálogo social”, en los hechos respalda los topes salariales y las reformas laborales que consolidan la precariedad. Su política de concertación con la patronal y las direcciones burocráticas de CCOO y UGT busca preservar la “paz social” a costa del salario y las condiciones de vida obreras.
La huelga del metal en Cataluña confirma la fuerza latente del movimiento obrero europeo y plantea una tarea estratégica de primer orden: los trabajadores deben ponerse al frente de sus sindicatos, desplazar a las burocracias pactistas y recuperar las centrales para la lucha de clases. No se trata solo de pelear por un convenio o un salario, sino de reorganizar el movimiento obrero sobre nuevas bases, independientes del Estado y de las patronales. Solo la organización, a través de asambleas y comités de fábrica, puede quebrar el freno que imponen las direcciones conciliadoras y abrir paso a un movimiento combativo y consciente de sus propios intereses.
La tarea que se plantea hoy en Cataluña y en toda Europa, es desarrollar una dirección política propia, que una las luchas obreras y populares bajo un programa de emancipación socialista.
Una salida de los trabajadores, por los trabajadores y para los trabajadores.




