Internacionales
23/11/2024
Italia: paro general el 29 de noviembre y marcha sobre Roma el 30
Seguir
Movilización contra la guerra imperialista (imagen de archivo)
Crece en Italia un clima de agitación entre trabajadores y sectores populares. Esto se ha ido manifestando en una serie de movilizaciones impulsadas contra el Decreto 1660 (una especie de “protocolo Bullrich” que fija sanciones penales y represivas crecientes contra los piquetes, bloqueos, manifestaciones, etc.), contra el apoyo del gobierno de Giorgia Meloni a los genocidas sionistas del pueblo palestino, por diversos reclamos sindicales, etc.
Para el sábado 30 de noviembre fue convocada por diversas organizaciones de jóvenes palestinos residentes en Italia y la Red Libre de Lucha (en destacado lugar los compañeros de la Tendencia Internacional Revolucionaria –TIR-, de Iskra, etc.) una jornada nacional de movilización sobre Roma para enfrentar la política de apoyo al genocidio de Netanyahu, reclamando el cese de envío de armas y cualquier tipo de ayuda al gobierno asesino sionista y la anulación del decreto regimentador y represivo.
Para el viernes 29 de noviembre también se había ido convocando a diversas jornadas de paro y movilización por organizaciones sindicales de base por sus reivindicaciones.
Es en este marco de creciente agitación que las centrales sindicales CGIL y UIL han terminado convocando a una jornada de paro de 8 horas para el viernes 29.
La burocracia de la CGIL ha sufrido un desaire en las negociaciones que había entablado con el gobierno en torno al presupuesto público y los reclamos de aumentos salariales. Los ministros de Meloni habían propuesto aumentos salariales del 6% frente a una inflación que ronda el 17%. Acuerdos a la baja, mantienen paralizadas diversas negociaciones paritarias salariales. En materia presupuestaria hay ajustes contra las condiciones de vida de las masas trabajadoras (salud, educación, etc.), mientras sube el presupuesto militar para seguir sosteniendo el apoyo del gobierno a la política guerrerista de la Otan en Ucrania y en Gaza.
El secretario general de la CGIL, Maurizio Landini, salió despechado de la reunión de más de 5 horas que mantuvo con Meloni y declaró airado: “Llegó el momento de una verdadera revuelta social”, convocando al paro general del 29 de noviembre. Pero al día siguiente, Landini ya estaba diciendo que estaba dispuesto a levantarlo si el gobierno derechista de Meloni lo convocaba a un “verdadero diálogo”.
Los compañeros italianos de la TIR, Iskra, sectores del sindicalismo combativo y de bases (SI Cobas, etc.) y diversas organizaciones han tomado la convocatoria en sus manos. Denuncian a la burocracia de la CGIL que ha permitido con su pasividad cómplice que las patronales se envalentonen y que el gobierno avance en su plan reaccionario y guerrerista, bajo el lema “Dios, patria y familia”.
Al mismo tiempo, negros nubarrones se dibujan sobre el panorama económico-social, porque todo indica que avanza la recesión y la crisis capitalista: en Alemania, la Volkswagen cierra tres grandes plantas, despedirá alrededor de 20 mil trabajadores automotrices y plantea una reducción salarial del 10%; las tendencias recesivas avanzan en toda la Unión Europea; Trump ha anunciado que cuando asuma el gobierno, aumentará los aranceles (20%) para las importaciones europeas entreviendo una guerra comercial; etc. El paro general de 8 horas decretado por la burocracia de Landini responde a todo este cuadro general (incluyendo la representación de sectores de la burguesía industrial que piden subsidios, etc.). Pero no tiene un programa definido: no plantea un monto de aumento salarial, ni el rechazo a los despidos, ni el fin de las medidas de precarización laboral, etc. Ni tampoco anuncia medidas de continuidad en un plan de lucha de los trabajadores.
La TIR e Iskra han lanzado un llamamiento:
29 y 30 de noviembre: movilicemos, bloqueemos, hagamos huelga, ¡hagamos oír nuestra voz!
Parar las guerras imperialistas, el genocidio, el DDL 1660, el gobierno Meloni, los salarios de hambre y las muertes en el trabajo.
Por la unificación de la resistencia de clase y anticolonial en el mundo, junto a la resistencia palestina.