La crisis venezolana expone a la izquierda democratizante

Hace falta una izquierda con claridad estratégica y personalidad política.

La crisis venezolana ha puesto al descubierto, nuevamente, la inconsistencia de la izquierda, incluso de aquella que se reivindica revolucionaria y trotskista, para levantar una posición independiente en momentos donde arrecian tendencias “democráticas” alentadas por la derecha y el imperialismo contra gobiernos reaccionarios. Los agrupamientos venezolanos alineados con los partidos integrantes del Frente de Izquierda de la Argentina, a excepción del Partido Obrero, se encuentran levantando una posición tributaria a la política y los candidatos de la oposición proimperialista. Lo mismo vale para el Nuevo MAS y el PSTU.

No se trata, claro está, de brindar ningún tipo de apoyo a la dictadura de Maduro, sino de denunciar el conjunto del proceso político-electoral, signado por un pacto entre el gobierno, la oposición y el imperialismo de espaldas a los trabajadores y el pueblo venezolanos. El Acuerdo de Barbados fue, justamente, la constatación del carácter antidemocrático de todo el proceso eleccionario, fuertemente condicionado por las sanciones y bloqueos del imperialismo, en acuerdo con la oposición, contra Venezuela, por un lado, y por las proscripciones del gobierno a distintas candidaturas, tanto de derecha como de izquierda, y las restricciones al derecho a voto de millones de venezolanos, por el otro.

Posicionamientos

Que la izquierda se ha parado en el campo de la oposición proimperialista es harto evidente. El PSL, la fuerza alineada con Izquierda Socialista, le recrimina a María Corina Machado y Edmundo González que “no llamaron a profundizar la movilización” y que “en los meses previos a las elecciones le hicieron creer a la gente que solo votando se podría derrotar al gobierno, nunca advirtieron sobre el fraude”. Llaman a “darle continuidad a la protesta popular” y a mantenerse “en las calles organizando la movilización”. Sus consignas del momento son “¡No al fraude! ¡Ante el fraude, movilización popular!” (Declaración del PSL 30/7). Por su parte, Marea Socialista, alineada con el MST, señala que “a partir del reclamo con el que sale hoy el pueblo a la calle por las libertades democráticas y el respeto a su voto, sigamos acumulando fuerzas en la lucha por nuestros derechos, con unidad, conciencia e independencia de clase” (Declaración de Marea Socialista 30/7).

La LTS, vinculada al PTS, señala: “Somos solidarios con las movilizaciones y comprendemos plenamente la rabia expresada con la demanda de que se cumpla la voluntad expresada por la mayoría del pueblo en los votos. Exigimos que cese el fraude, que el gobierno dé acceso como debe ser a todos los datos, actas y vías de auditoría” (Declaración de la LTS 30/7). El Nuevo MAS plantea “apoyamos la movilización popular que ha estallado en las calles, que de momento parece ser independiente pero que posiblemente o sea reprimida completamente por Maduro (cosa que rechazamos) o cooptada por la extrema derecha de Machado” (Declaración SoB 30/7), y la UCT (PSTU) plantea “¡No al fraude electoral! ¡Abajo la dictadura de Maduro! ¡Todo el apoyo a las movilizaciones!” (Declaración UCT 30/7).

Proimperialismo

Como se ve, toda la izquierda ha salido a respaldar o a mostrarse “solidaria” con las movilizaciones impulsadas por Corina Machado o con aquellas que han surgido espontáneamente. El PSL (IS) y la UCT (PSTU) van incluso más allá y plantean profundizar las movilizaciones. ¡Pero las movilizaciones levantan como programa excluyente la caída de Maduro y el reconocimiento del triunfo de González Urrutia, es decir, el reconocimiento del candidato del imperialismo! Por eso, en tanto apoyan y se solidarizan con las movilizaciones, la delimitación con Corina Machado y Gonzales Urrutia no es más que un saludo a la bandera. Es evidente que respetar el derecho de un pueblo a manifestarse y repudiar la represión estatal o paraestatal nada tiene que ver con apoyar o ser solidarios con esas movilizaciones, que bregan por un planteo reaccionario y proimperialista.

El PSL (IS) y Marea Socialista (MST) han logrado algo que sin dudas debe ser reconocido como una verdadera proeza literaria: redactar sus respectivas declaraciones sobre Venezuela eludiendo denunciar la injerencia directa y descarada de los yanquis de la mano de la oposición en el proceso electoral y evitando siquiera mencionar la palabra “imperialismo”. ¿Cómo se puede redactar, siquiera un párrafo, destinado a analizar el proceso venezolano sin incorporar al análisis el papel del imperialismo norteamericano? Dejando de lado que se trata de una verdadera hazaña, lo que importa señalar es que semejante omisión desarma por completo a esa izquierda para dar cuenta de los choques y conflictos que efectivamente están en juego en el proceso venezolano, y, en consecuencia, queda inhabilitada para postularse como dirección política de los trabajadores.  

Pero quizá más peligrosa aún sea la posición de la LTS (PTS), que a pesar de reconocer y subrayar la injerencia directa del imperialismo en el campo de la oposición patronal venezolana, mantiene intacta su “solidaridad” con las movilizaciones que durante el lunes posterior a las elecciones salieron a reclamar la renuncia de Maduro y el reconocimiento de Gonzalez Urrutia como nuevo presidente. Con esta posición, el PTS ha terminado por darle la razón, en forma vergonzante y retroactiva, a Izquierda Socialista y su apoyo a la resistencia siria en la guerra civil. Recordemos que la insurrección popular contra la dictadura de Bashar al Assad fue parte de la zaga de rebeliones populares en el norte de África y Medio Oriente que tomaron el nombre de Primavera Árabe. Pero lo que comenzó como una rebelión con reivindicaciones sociales y políticas contra una dictadura mutó a una guerra civil, donde las grandes potencias mundiales y regionales mantuvieron una injerencia directa en los distintos campos en pugna. Izquierda Socialista apoyó abiertamente a la “resistencia siria”, sin importarle los intereses imperialistas que actuaban y operaban detrás de ella. Con su posición en Venezuela, y antes con su defensa de una “resistencia independiente” en la guerra en Ucrania -que no es más que colocarse como la extrema izquierda del campo otanista-, el PTS encara un revisionismo de tipo reaccionario.

La exigencia dirigida al gobierno de Maduro de que “publicite las actas” es la confirmación de una asimilación al régimen de parte del PTS y de toda esta izquierda. Por supuesto que el pueblo tiene derecho a conocer los resultados de las elecciones, pero ese derecho está precedido por el derecho del pueblo a votar sin los condicionamientos políticos que el imperialismo y la oposición ejercen de la mano del bloqueo y las sanciones económicas. El reclamo de las actas es, efectivamente, la fruta envenenada con la que Lula, Petro, AMLO y Cristina Fernández, con el concurso del imperialismo yanqui, pretenden cercar a la dictadura de Maduro, sea para pactar las condiciones de su continuidad sea para abrirle paso a un gobierno de la oposición. Con el reclamo unilateral de la publicidad de las actas, la izquierda se suma al circo “democrático” con el que la centroizquierda latinoamericana tributa al imperialismo. Así, la izquierda revela su carácter democratizante. Es decir, muestra su tendencia a quedar entrampada en la lógica “dictadura versus democracia”, que interesadamente instalan el imperialismo y la derecha, abstrayéndose de los intereses que efectivamente se encuentran en pugna y del carácter fraudulento de todo el proceso electoral. ¿Cómo pueden ser democráticas unas elecciones, por más actas que se muestren, donde el pueblo padece las consecuencias de las sanciones que el imperialismo pactó con la oposición, donde Maduro proscribe candidatos de la derecha y de la izquierda y donde millones de migrantes venezolanos no han tenido derecho a votar?

Como se ve, el planteo político de una izquierda obrera y socialista debe partir de denunciar y rechazar todo el proceso electoral y defender la estructuración independiente de los trabajadores en oposición a las dos variantes reaccionarias en pugna. Como señala el comunicado del PO, es necesario rechazar “la represión y el fraude, las maniobras de golpes y autogolpes y todo tipo de sanciones económicas e injerencia imperialista. La defensa de la cuestión nacional, crucial para Venezuela, no pasa por defender al gobierno de Maduro, sino por la puesta en pie de un verdadero plan económico en manos de un gobierno de los trabajadores que utilice los recursos energéticos como palanca para la industrialización del país. La consigna del momento es la organización independiente de los trabajadores”.

Balance

La izquierda, a su modo y a su escala, ha contribuido a que los trabajadores y el pueblo venezolano queden presos de una polarización reaccionaria. Es preciso recordar que algunas de las fuerzas que hoy se encuentran en el campo “democrático” del imperialismo fueron en el pasado fervientes defensoras de la experiencia chavista. Es el caso del PSL (IS), y de Marea Socialista (MST), que incluso hasta el día de hoy continúa reivindicando la “revolución bolivariana”. Esta misma izquierda levantó la consigna “Fuera Maduro” en 2019, cuando arreciaba el golpe de Guaidó, y “Fuera Dilma” en 2016, cuando la derecha y el imperialismo cocinaban el impeachment brasileño. Su actual compromiso con las movilizaciones que reclaman la caída de Maduro y la asunción de González Urrutia encuentra un hilo conductor con su apoyo a la “rebelión agraria” en Argentina en 2008, su integración a la “resistencia siria” en el marco de la guerra civil, su reivindicación del Euromaidán en 2014 y su apoyo al campo de la Otan en la guerra en Ucrania.

Como se ve, las oscilaciones entre el seguidismo al nacionalismo burgués y el seguidismo al golpismo proimperialista en Venezuela son la consecuencia de una desorientación estratégica, dictada por presiones patronales de uno u otro campo. Sin embargo, de lo que se trata, es de librar una lucha a brazo partido por la independencia política de los trabajadores. Para eso, hace falta una izquierda con claridad estratégica y con personalidad política.

El Partido Obrero ante la situación de Venezuela
prensaobrera.com
Lunes negro: ¿a qué se debe el colapso de las bolsas?
prensaobrera.com