ESTADO ESPAÑOL

Las universidades catalanas paran por Pablo Hasél y contra la represión

Medida de fuerza estudiantil por la libertad del rapero y los detenidos en las movilizaciones.

El Sindicato de Estudiantes de los Países Catalanes (SEPC) lanzó este viernes una huelga para reclamar la libertad de Pablo Hasél y de aquellos manifestantes que fueron detenidos estos días en las movilizaciones que repudiaron el encarcelamiento del rapero.

Hasél fue capturado esta semana por los Mossos de Esquadra, la policía catalana, en la Universidad de Lleida, donde resistía su arresto junto a un grupo de estudiantes, y trasladado al penal de Ponent. Fue condenado a nueve meses de prisión por injurias a la Corona y las instituciones del Estado, debido a una serie de tuits y una canción en que critica a las fuerzas de seguridad y los negocios de la monarquía con Arabia Saudita.

Como parte de la jornada huelguística, cientos de alumnos se movilizaron por el centro de Barcelona. También fue tomado el rectorado de la Universidad homónima. Reclaman un pronunciamiento firme de las autoridades de las casas de estudio en favor de la amnistía del rapero y de los encarcelados por participar del proceso soberanista de 2017. Y se pronuncian por la independencia de Cataluña.

En las movilizaciones del martes y el miércoles las fuerzas de seguridad reprimieron duramente. En Barcelona, una manifestante perdió un ojo debido a un disparo de bala de foam, que a diferencia de las balas de goma, es un arma de precisión, que puede ser direccionada sobre la víctima. En Tarragona, un móvil de la Guardia Urbana atropelló a un manifestante.

Los huelguistas universitarios exigen la prohibición de los proyectiles de foam y acusan a la Generalitat, el gobierno catalán, de actuar como “brazo autonómico represor”.

Mientras tanto, el presidente Pedro Sánchez salió a avalar la represión y condenar las manifestaciones.

El encarcelamiento de Hasél ha puesto de relieve la intensa persecución a la que son sometidos los artistas en el Estado español. Un pronunciamiento firmado por más de 200 de ellos señala que “la persecución a raperos, tuiteros, periodistas, así como otros representantes de la cultura y el arte, por intentar ejercer su derecho a la libertad de expresión se ha convertido en una constante”. De hecho, desde 1995, unos 150 artistas han sido condenados por delitos de opinión (Público, 10/2).