En su último periódico, en efecto, Lutte Ouvrière señala que “las centrales sindicales han jugado un rol fundamental en este movimiento. Ha sido su política, su decisión de llamar a las manifestaciones sucesivas, anunciadas con anterioridad, lo que ha permitido que el movimiento se desarrolle”. El periódico concluye que los sindicatos (la burocracia) “han ganado una nueva popularidad, un crédito renovado”, y que ahora está por verse “qué van a hacer con él”. LO ha convertido su perspectiva conservadora y anti-catastrofista de la bancarrota del capital en un planteo reaccionario de apoyo a la burocracia de los sindicatos. El surgimiento de situaciones pre-revolucionarias no remedia los límites democratizantes de la llamada, en Francia, “extrema izquierda”.