Masivos acampes en las universidades norteamericanas en apoyo a Palestina

Cobertura especial de Prensa Obrera.

Las banderas palestinas flamean en un campus universitario

Las universidades norteamericanas se encuentran convulsionadas por una ola de campamentos estudiantiles en solidaridad con el pueblo palestino. El reclamo consiste en que las casas de estudios corten los lazos financieros con Israel y desinviertan en aquellas compañías que son cómplices de la operación genocida en curso en la Franja de Gaza.

El movimiento comenzó la semana pasada en la Universidad de Columbia. El jueves 18, alrededor de 100 estudiantes que protestaban en apoyo a Palestina, en la sede de Nueva York, fueron detenidos. La indignación que generó este hecho desató una cascada de acampes, que en estos momentos supera la decena. Al movimiento se están empezando a sumar los profesores.

El gobierno y las autoridades universitarias responden con represión, vallados en los campus, apertura de causas judiciales, suspensión y expulsión de alumnos. Por eso, uno de los reclamos consiste en el fin de esta persecución. A su vez, tanto la Casa Blanca como el gobierno de Tel Aviv intentan desprestigiar las protestas. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, calificó a los manifestantes como “turbas antisemitas”, recurriendo al viejo ardid del sionismo que equipara cualquier crítica a su accionar con el nazismo. Como parte de estos intentos de quebrar la lucha estudiantil, el titular de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, se hizo presente en uno de los campus de Columbia para atacar desde allí mismo a los estudiantes en conferencia de prensa, pero fue abucheado. A su vez, algunos donantes están retirando fondos a las universidades como mecanismo de presión. Es el caso de Robert Kraft, exalumno de Columbia y dueño de los New England Patriots, equipo de fútbol americano (El País, 24/4).

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El contexto en que se producen los acampes es el de una escalada de los ataques sionistas e imperialistas en Medio Oriente. Esta misma semana, el Senado estadounidense aprobó un desembolso de 26.400 millones de dólares para Israel (de los cuales, en teoría, un porcentaje menor es para ayuda humanitaria a Gaza), como parte de un megapaquete de auxilio militar que incluye también a Ucrania y Taiwán. El gobierno israelí, que viene de atacar Irán la semana pasada, intensificó estos días los bombardeos en el sur del Líbano y prepara una invasión de Rafah, en la Franja de Gaza, donde se concentran alrededor de un millón de desplazados.

Tenemos que seguir el ejemplo de los estudiantes norteamericanos, redoblando la movilización contra el genocidio y por un inmediato cese al fuego. Fuera las tropas israelíes de Gaza.