El titular del Departamento de Estado norteamericano, Antony Blinken, se reunió este jueves 29 con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, como parte de una nueva visita a la región. Según las agencias de prensa, los temas abordados fueron la tregua en curso (y su posible extensión), la liberación de rehenes y el futuro de Gaza.

Netanyahu le expresó a Blinken “nuestro agradecimiento por su apoyo desde el principio: en la guerra de la eliminación de Hamas han sido muy, muy útiles”. En efecto, la Casa Blanca, pese a las hipócritas advertencias sobre el respeto de la vida de “civiles”, respalda la ofensiva criminal de Israel contra el pueblo palestino. Desde el 7 de octubre, proporcionó bombas inteligentes y reforzó su despliegue militar en Medio Oriente. En la Franja, según un artículo del insospechado New York Times, se lanzan bombas estadounidenses de 900 kilos sobre barrios residenciales. Las organizaciones judías antisionistas de los Estados Unidos y las grandes movilizaciones populares denuncian la complicidad de su gobierno con la masacre en curso.

Como parte de su viaje, Blinken se reunió también con el titular de la Autoridad Palestina, Mahmmoud Abbas. Una de las variantes que interesa a la Casa Blanca es que, derrota de Hamas mediante, el enclave quede bajo control administrativo de esa entidad política.

Pero a Washington le preocupa también la posibilidad de un estallido popular en Cisjordania, donde las fuerzas israelíes y las bandas de colonos asesinaron a más de 200 personas desde el 7 de octubre. Este jueves, hubo una nueva redada con tropas y excavadoras en Tulkarem. Netanyahu y su ministro de seguridad, Itamar Ben Gvir (del ultraderechista Poder Judío) ratificaron la entrega de armas a las bandas que azotan a los agricultores palestinos, quemando sus cultivos y pertenencias, mientras avanza la confiscación territorial. Por su parte, Netanyahu participó el miércoles 29 del acto de fundación de una nueva colonia en las proximidades de Gaza.

La tregua entre Israel y las organizaciones armadas palestinas, que, con la mediación de Qatar, se extendió un día más y llegará por lo menos hasta este viernes, ha incluido el intercambio de 97 rehenes (73 israelíes y 24 extranjeros) por 200 presos palestinos, el cese de los bombardeos y el ingreso de camiones con ayuda humanitaria, aunque sobre este último punto hay denuncias de grandes incumplimientos. Netanyahu asegura que las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) reemprenderán la ofensiva.

El accionar genocida del Estado de Israel ya dejó más de 15 mil muertos y más de un millón de desplazados, que se aglomeran en condiciones de completa precariedad en el sur del enclave. Los ataques incluyen a hospitales, escuelas y centros de refugiados. El bloqueo israelí dejó a la región sin agua, medicinas y al borde de la hambruna. La falta de combustibles afecta los generadores eléctricos de los hospitales y obliga a la población a comer alimentos crudos, o bien a improvisar la construcción de hornos de barro.

Hay que detener este genocidio.

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