Por un 1° de mayo de lucha obrera, socialista e internacionalista

Declaración de Atrabol (Agrupación de Trabajadores Bolivianos, residentes en Argentina).

Agrupación de Trabajadores Bolivianos - Atrabol

El 1° de mayo es una jornada internacional de lucha de los trabajadores. En Bolivia y en todo el mundo las organizaciones obreras debieran llamar a movilizarse frente a los poderes políticos reclamando por nuestros derechos y proclamando su independencia política y organizativa, proclamando que luchan por gobiernos de trabajadores para acabar con la explotación del hombre por el hombre. Pero la Central Obrera (COB) está enfeudada en el apoyo al gobierno de Luis Arce Catacorra, que afirma buscar la “unidad nacional” con la clase patronal. Esto va contra la independencia política de los trabajadores: unidad con los explotadores nativos y extranjeros o unidad de obreros, trabajadores y campesinos.

En muchos aspectos la política del presidente Arce es continuidad de la que llevó adelante el gobierno golpista de Jeanine Añez. Tradicionalmente para el 1° de Mayo se anunciaba el aumento de los salarios mínimo y básico nacionales, que debían ser superiores a la inflación. El año pasado el gobierno golpista congeló todo anuncio de aumento por la crisis de la pandemia del Covid. Los trabajadores eran los que pagaban la crisis con un congelamiento salarial. Y este año, Arce Catacorra… también hizo lo mismo. Ha anunciado que el incremento para el salario mínimo será de 0,67%. Y para los salarios básicos del…. ¡0%! Mantiene claramente una política antiobrera. Las patronales se oponen a todo incremento salarial: han anunciado que por cada punto que aumenten los salarios habrá 10 mil despidos. ¡Un chantaje extorsivo!

Las patronales y el gobierno afirman que este congelamiento de salarios es por el bien de los trabajadores, para que no se produzca un “descalabro” económico y “garantizar la estabilidad laboral”. Pero en el 2020 -con 0% de aumento salarial- hubo pérdida de 400 mil puestos de trabajo. La desocupación alcanzó a fin de año a casi el 9%.

El año pasado, decía Añez que se congelaban los salarios porque había recesión. Este año que, según afirman, habrá reactivación… tampoco hay aumento. ¡Siempre sopa!

Encima, dirigentes de la central empresaria nos “consuelan” (en realidad nos cargan) diciendo que solo el 20% de los trabajadores son formales; todos los demás están en negro, son “cuentapropistas”, etc. Lo cual coloca al rojo vivo el problema de la superexplotación y de la informalidad laboral que beneficia a la clase patronal.

¿Y la COB qué hace frente a esta situación? Había pedido un 5% de aumento, recibiendo muchas críticas por lo limitado de su “reclamo”. Pero… le dieron 0%. Un dirigente de los fabriles dijo que esto era un insulto a los trabajadores.

El gobierno tiene entretenida a la dirección de la COB en un sinfín de comisiones donde charlan sobre los problemas de las patronales de las pequeñas y medianas empresas, etc. Esto se llama “participacionismo”. La COB y los sindicatos deben romper con su subordinación al gobierno: los sindicatos han sido creados para defender los intereses de los obreros. Y para ello deben ser independientes de los gobiernos de turno. Es necesario convocar a asambleas en todas las empresas y sindicatos para que los trabajadores voten su repudio al congelamiento salarial, cuáles son sus reivindicaciones y un plan de lucha para imponerlas.

Argentina

En la Argentina, los trabajadores tenemos problemas similares con el gobierno de Alberto Fernández. Aquí el salario mínimo ha sido aumentado en un 35% (en cuotas a lo largo de un año). Pero el costo de vida subió un 59%. Y la CGT argentina firmó su aceptación. Los trabajadores volvemos a ser el “pato de la boda”. Por eso Atrabol se ha movilizado con el Polo Obrero y otras organizaciones, marchando sobre el Ministerio de Trabajo, reclamando un salario mínimo de 60 mil pesos.

En materia de lucha contra la pandemia, la situación también es dramática: el sistema hospitalario está colapsado, no hay camas en terapia, vacunas, ni médicos y enfermería en la cantidad necesaria. La muerte de médicos bolivianos en esta pandemia tiene el deshonor de ser la segunda más alta de Latinoamérica. Es urgente un plan de emergencia: nacionalización total del sistema hospitalario privado, contratación urgente y pase a planta permanente del personal sanitario, triplicación del presupuesto de salud, bajo gestión del personal de salud.
Trabajadores bolivianos y trabajadores argentinos: una misma clase social.

Debemos unir nuestras luchas con la de todos nuestros hermanos latinoamericanos contra los mismos enemigos: el FMI, el imperialismo, las burguesías cipayas, los gobiernos y partidos que pretenden descargar la crisis sobre los trabajadores. Por eso apoyamos la convocatoria a una conferencia de la izquierda y el movimiento obrero combativo de Latinoamérica. Los trabajadores bolivianos en Argentina participaremos este 1° de Mayo, junto al Polo Obrero, en el acto unitario del Frente de Izquierda. Sumate.