Internacionales
28/1/2025
Reunión internacionalista lanza conferencia contra la guerra imperialista en Europa y un plan de acción
Se realizó en forma online, con referentes de 17 países
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La solidaridad con el PO, en una movilización en Italia
Este sábado 25 se realizó una reunión virtual internacionalista convocada por el Partido Obrero (Argentina), la Tendencia Internacionalista Revolucionaria (TIR, de Italia), la corriente Nueva Corriente de Izquierda para la Liberación Comunista (NAR, de Grecia) y el Partido Socialista de los Trabajadores (SEP, de Turquía), con la participación del MLPD de Alemania, UFCLP de Estados Unidos, OKDE de Grecia, Iniciativa Roja/Acción Roja (Serbia-Croacia), Amanecer Rojo del Norte de Macedonia, GAR de México, Agrupación Vilcapaza de Perú, Fuerza 18 de Octubre de Chile, Comunistas de Cuba, Tribuna Classista de Brasil y La Fragua de Uruguay. Además, participaron como observadores el SWP del Reino Unido y el Partido de los Trabajadores de Francia.
Esta reunión fue precedida por un llamamiento de las organizaciones convocantes, titulado “Por un reagrupamiento de internacionalistas contra la guerra imperialista”, que aborda los nuevos acontecimientos de la situación mundial, como la caída del régimen de Al-Assad en Siria y el triunfo de Donald Trump en Estados Unidos.
Las intervenciones
En la apertura de la reunión, Guillermo Kane (dirigente del Partido Obrero) planteó que el gobierno de Trump expresa un intento de revertir la decadencia del imperialismo norteamericano que llevará a un recrudecimiento de las confrontaciones interimperialistas, de la guerra y de los ataques contra los pueblos y la propia clase trabajadora estadounidense. Kane inscribió esta segunda administración del magnate como parte de una nueva ola de gobiernos derechistas (Meloni, Milei, etc.) y llamó a enfrentarlos con una política de independencia de clase, rechazando la orientación de frente popular y colaboración política con un ala de la burguesía. Al mismo tiempo, planteó la necesidad de avanzar en un reagrupamiento de los internacionalistas, frente a la deserción de gran parte de las organizaciones que se reivindican de la izquierda revolucionaria, pero que han apoyado a la Otan o a la Rusia de Putin en la guerra de Ucrania y otros conflictos recientes. Las propuestas de un foro antirrepresivo mundial, una conferencia contra la guerra imperialista y dos jornadas de movilización, una contra la guerra imperialista en Ucrania en su tercer aniversario, y otra contra las redadas de inmigrantes y deportaciones en masa del gobierno Trump, fueron hechas para no solo debatir un planteo internacionalista, sino avanzar en un polo de acción común.
El desenlace de la guerra en Siria volvió a mostrar la divisoria de aguas que atraviesa a la izquierda mundial. Los mismos sectores que apoyan al bando ucraniano en nombre de una supuesta lucha de liberación nacional contra Rusia son los que han saludado la caída de Al-Assad como una presunta victoria popular, soslayando que el proceso está tutelado por el imperialismo y Turquía. En tanto, otras corrientes salieron a reivindicar al régimen sirio depuesto, pese a que ha actuado como un verdugo de su pueblo y representante político de la clase capitalista local durante décadas. El mérito del documento que mencionamos al comienzo de este artículo es que establece una línea de independencia política, cuestionando a los dos bloques en disputa.
El orador del SEP de Turquía mencionó que Estados Unidos sigue siendo la principal potencia imperialista, pero su poder está debilitándose. Consideró, a la vez, que China es una potencia imperialista de segundo orden y los BRICS no son una alternativa antiimperialista a la Casa Blanca. Llamó a rechazar los ataques imperialistas contra Irán y Yemen, donde se buscaría un cambio de régimen como en Siria, pero a la vez desestimó que el islamismo pueda ser un aliado de lucha. Cuestionó también el “expansionismo subimperialista” de Erdogan y postuló un movimiento internacional contra la guerra. Sostuvo que reina hoy una gran confusión en la izquierda, especialmente la occidental, que no ha estado a la altura de las circunstancias, compartiendo posiciones con el imperialismo respecto a la cuestión de la guerra en el este europeo.
Alex Callinicos, del SWP del Reino Unido, sección de la IST -International Socialist Tendency- planteó que el efecto inmediato de la asunción de Trump es la desorganización del imperialismo occidental, poniendo en crisis el bloque imperialista “liberal” tradicional del gobierno Biden. Un ejemplo es la tentativa del magnate de anexión de Groenlandia, cuyo administrador –Dinamarca- participa de la Otan. Planteó que las prioridades del momento son el combate de la ultraderecha y la construcción de un movimiento global de solidaridad con Palestina.
Roberto Luzzi, de la TIR de Italia, llamó a pensar en cómo avanzar en las iniciativas que se han coordinado en los últimos meses. En tal sentido, destacó la importancia de trabajar hacia una nueva reunión internacional presencial. Consideró que Palestina es un punto muy importante, pero también la guerra de Ucrania, donde el imperialismo europeo está muy involucrado. Llamó a conformar un campo proletario contra todas las formas de campismo.
Panos Xoplidis, del NAR de Grecia, planteó que estamos ante un nuevo período de guerras, como lo muestran los conflictos de Ucrania y Siria, y el genocidio en Gaza, que son miniaturas de una guerra mundial. Dijo que la etapa se caracteriza por un retroceso de Estados Unidos frente a China, lo que es un factor de inestabilidad global, y sostuvo que la estrategia de Estados Unidos consiste en avanzar contra Rusia y China. También expresó su apoyo a la resistencia palestina y relató la actividad del NAR en el movimiento de solidaridad en Grecia.
Jan del MLPD de Alemania (Partido Marxista-Leninista) expresó su solidaridad con todos los afectados por la represión estatal. Planteó que no pueden descartarse acciones unitarias con fuerzas burguesas democráticas para prevenir una dictadura fascista. Al respecto, fundamentó que mucha gente en Alemania está bajo la influencia de esas organizaciones; que el mismo 25 hubo marchas contra la AfD (fuerza neonazi) y el MLPD había participado en ellas, con una perspectiva socialista.
Con respecto a China, consideró que se trata de un país imperialista, quizás no tan fuerte como Estados Unidos, pero que la confrontación central se da entre ambos. Informó que el MLPD forma parte de un frente único antiimperialista contra el fascismo y la guerra, muy amplio, que no está limitado a una corriente ideológica y está preparando una reunión para septiembre. En febrero, abundó, habrá acciones en Alemania contra la guerra en Ucrania en la previsión de que el próximo gobierno electo probablemente mantendrá los acuerdos preexistentes de financiar al bando de Zelensky y la Otan.
Frank García Hernández de Comunistas de Cuba planteó sumar al documento el efecto del nuevo gobierno de Trump como amenaza contra Cuba. Por otra parte, propuso incorporar también la defensa de la comunidad LGTBI como sector que, junto a los inmigrantes, es objeto de ataques de los Trump y Milei.
Diego Hernández, del GAR de México, se refirió a la cuestión del frente popular, señalando que es un error pensar que un partido o gobierno reformista vaya a conducir mecánicamente a un gobierno fascista, y que los revolucionarios tienen que prestar atención a la forma en que la clase obrera aprecia esos movimientos, desarrollando un trabajo pedagógico para mostrar sus límites.
Steve Zelter, de UFCLP (Comité de Frente Unico por un Partido Laborista) de Estados Unidos, consideró –por Trump- que hay un ascenso de un gobierno fascista que es el resultado de una crisis del imperialismo yanqui, que debe cambiar su forma de organización y se vuelve más aventurero. Los ataques a los migrantes y a la clase obrera escalarán –dijo- y por eso es necesario un frente único. Advirtió sobre la posibilidad de una ley marcial, o autogolpe, lo que plantearía la necesidad de comités de autodefensa y acciones internacionales unitarias contra el fascismo. Y que la clase obrera debe liderar esa lucha.
Dominique Ferré, del Partido de los Trabajadores de Francia y de la CORCI, caracterizó que hay una única guerra imperialista global, que incluye los procesos de Ucrania, Africa, etc., y que en los países imperialistas es un deber de los trabajadores luchar contra sus gobiernos. Esta política, sin embargo, es opuesta a la de los principales partidos de izquierda de Europa Occidental respecto a Ucrania, ya que la mayoría de sus dirigentes han votado en los parlamentos los presupuestos de guerra, a la par que el Partido Comunista ruso apoyaba en Moscú la economía de guerra de Putin. La lucha por una internacional obrera es contradictoria –dijo- con el apoyo a los gobiernos de la guerra. Sostuvo que China no es todavía un país capitalista o imperialista, ya que el 80% de su economía está basada en la economía estatal. Defender a la clase obrera china implica rechazar las amenazas imperialistas de Trump –añadió.
Pietro Basso, dirigente de la TIR de Italia, subrayó, entre otros conceptos, que el regreso de Trump al poder y su belicoso proyecto de “Make America Great Again” se dan en un cuadro no de florecimiento sino de decadencia del imperialismo yanqui, lo que configura uno de sus límites. Al mismo tiempo, advirtió que en Europa las experiencias de seguidismo a la burguesía “democrática”, hechas en nombre de la lucha contra el fascismo, tuvieron resultados negativos para los trabajadores.
También tomaron la palabra compañeros de Chile y Perú, que hicieron, respectivamente, aportes sobre el carácter represivo y antipopular de los gobiernos de Gabriel Boric y Dina Boluarte. Por su parte, un compañero del OKDE de Grecia destacó en su intervención la importancia de entender al imperialismo como un sistema internacional, y no como una mera suma de atributos que distinguirían a una nación en particular.
Cierre y resoluciones
Como cierre de la jornada, Pablo Heller (dirigente nacional del PO-Argentina) saludó el debate y valoró, al mismo tiempo, las coincidencias alcanzadas. “Hay un punto de vista común –que rescata el documento- y es que no estamos ante una suma de conflictos locales sino que cada uno de los mismos es un eslabón de una tendencia a una guerra mundial”, dijo.
Insistió en que la asunción de Trump implica un reforzamiento del período de guerras y el documento tiene el mérito de marcar una línea de independencia de clase frente a los procesos de Ucrania y Sira.
Con respecto a la lucha contra la ultraderecha, diferenció lo que puede ser una convergencia en las calles con sectores reformistas de un frente político con sectores de la burguesía, que terminaría enchalecando a la clase trabajadora y favoreciendo a la propia derecha.
Rescató, a su vez, que la diferencia de análisis sobre el desarrollo social y económico en Rusia y China no debía oscurecer una importante ubicación política en común de los presentes en el debate, es decir, la oposición total a la Otan y EEUU, rechazando al mismo tiempo el alineamiento con Rusia, China y los BRICS bajo la mentira de querer presentar a estos regímenes opresivos como un campo “progresivo” o “antiimperialista”.
En relación a las resoluciones, se acordó una jornada internacional contra la guerra imperialista para la semana del 24 de febrero (nuevo aniversario del inicio de la guerra en Ucrania) y un foro internacional contra la represión y la persecución contra los luchadores y la izquierda, tentativamente en abril. En el caso de Argentina, esta avanzada se ve en las causas judiciales contra el Polo Obrero, la diputada Vanina Biasi y el militante del Partido Obrero, César Arakaki –condenado judicialmente por participar de una manifestación contra la reforma jubilatoria, en 2017. También se aprobó la realización de un día internacional de acciones (el 7 y 8 de febrero) en solidaridad con los migrantes ante los ataques de Trump, una iniciativa que partió del UFCLP de Estados Unidos. Se acordó, asimismo, la introducción de algunas enmiendas al documento presentado para consideración de la reunión, a raíz de los señalamientos de las organizaciones invitadas.
Por último, se resolvió avanzar, en el curso de 2025, hacia una conferencia de organizaciones internacionalistas contra la guerra (en mayo o junio) presencial con sede en Europa.
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