Este jueves se cumplía el cuarto día consecutivo de movilizaciones y piquetes en Ecuador ante la inflación creciente y el aumento del costo de vida. La medida fue lanzada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie) y se han ido plegando sectores del movimiento obrero y estudiantil.

En Quito, por ejemplo, trabajadores del Hospital Eugenio Espejo protestaron en las puertas de su nosocomio debido a la falta de personal y de insumos. Los maestros también se suman a las protestas en el interior. Estudiantes de la Universidad de Cuenca realizaron sentadas. Para el 22, en tanto, está prevista una movilización del Frente Unitario de Trabajadores.

Los cortes abarcan tanto la Amazonia ecuatoriana como las provincias del centro del país.

El gobierno del banquero Guillermo Lasso montó un enorme despliegue represivo.  Leónidas Iza, máximo dirigente de la Conaie, fue detenido el martes en la provincia de Cotopaxi, y solo liberado casi un día más tarde, tras una gran movilización indígena a la fiscalía y pronunciamientos de repudio nacionales e internacionales. Aun así, todavía hay cerca de treinta manifestantes detenidos.

El pliego de reclamos incluye una reducción del precio de los combustibles y una moratoria en la extensión de la frontera minero-petrolera, que tiene un impacto ambiental dañino para las comunidades del interior.

Lasso, quien viene de reunirse con Joe Biden en la Cumbre de las Américas para discutir una mayor cooperación en defensa, encabeza un gobierno ajustador cuya meta es cumplir el acuerdo suscripto por el gobierno anterior de Lenín Moreno con el Fondo Monetario Internacional.

Un grupo de alcaldes y sectores de la iglesia alientan una negociación entre el gobierno y los convocantes de las protestas. La represión y el “diálogo” son dos recursos típicos del régimen para tratar de desactivar la irrupción popular.

La suba del precio de los alimentos y los combustibles a nivel global está desatando manifestaciones y revueltas en distintas partes del mundo, como se vio ya en Albania, Sudán o Sri Lanka. Los bloqueos en Ecuador, que ya vivió un levantamiento popular en 2019 contra la supresión de los subsidios en los combustibles, se inscriben en este escenario.

Por un plan de lucha en el camino de la huelga general para derrotar al gobierno reaccionario de Lasso.