Juventud

15/12/2021

Beca Progresar: migajas para les estudiantes, fortuna para el FMI

Entre educación y FMI, el gobierno ya eligió.

Esta semana el presidente Alberto Fernández anunció junto a Fernanda Raverta, directora ejecutiva de la Anses, Jaime Perczyk, ministro de Educación nacional, y Máximo Kirchner, la ampliación de las Becas Progresar. Desde ahora, les estudiantes de 16 y 17 años podrán tener acceso a la beca.

En su discurso, Alberto Fernández se llenó la boca hablando de la educación. Afirmó que “la educación es un tema central y no un gasto” y que “una sociedad injusta el Estado debe garantizar que todos tienen que partir desde un mismo punto”. Sin embargo, las frases rimbombantes del presidente no se condicen con la realidad de les estudiantes ni tampoco con la medida en cuestión. Por empezar, la beca Progresar debiese ser universal, es decir, para todo estudiante que la necesite.

Por otro lado, hay que discutir el monto de la Progresar y su impacto real en la permanencia o no de les estudiantes en el sistema educativo. El monto de la Progresar para quienes están haciendo el secundario y tienen, por lo menos, 16 años es de $3.600 mensuales más un bono de conectividad de $1.000. Para les universitarios (hasta 24 años salvo que tengas hijes, ahí se extiende hasta los 35 años) el monto oscila entre los $3.600 hasta los $4.600.

Es notable que para el gobierno nacional $3.600 o $4.600 sean suficiente para que les estudiantes continúen sus estudios. Entre transporte, fotocopias, material de estudio, alimentación y Wi Fi, les estudiantes gastan muchísimo más que esa cifra. Más si tenemos en cuenta que la inflación proyectada por el Banco Central para el 2022 es del 52,1% y la expectativa de devaluación para numerosos economistas es de, por lo menos, un 47%. Con índices de esta magnitud, la Progresar debería ascender, al menos, a $15 mil y desde ese piso empezar a hablar. Pero en la Argentina del FMI las prioridades están invertidas: migajas para la educación y fortuna para pagar deuda y acordar con el Fondo.

El presupuesto de Guzmán contempla para la universidad un “aumento” del 26% respecto al 2021. Está incluso por debajo de la inflación proyectada por él mismo (33%) pero más de 26 puntos debajo de la calculada por el Banco Central. Respecto al presupuesto destinado a la Progresar la caída de cara al año que viene es aún mas pronunciada: hablamos de 45% (!) menos que el año pasado.

El cuadro de prioridades del gobierno se completa cuando miramos el presupuesto destinado a pagar intereses de deuda externa. Allí el monto porcentual aumenta un 64%, lo que significa un total de $948.604 millones. Mientras tanto, la partida para la Progresar es de $38 millones. Ahora sí podemos ver con mayor claridad las prioridades del gobierno nacional.

El recorte efectivo de la Progresar intenta ser maquillado por el gobierno haciendo uso de partidas subejecutadas durante este año. Lo cierto es que el presupuesto diseñado por el FMI bajo la pluma de Guzmán no admite un aumento real de la Progresar y de la partida presupuestaria destinada a educación. Por el contrario, serán blancos de ataques sistemáticos.

La muy posible vuelta a clases presenciales el año que viene pondrá a flor de piel el ajustazo educativo en materia de infraestructura, de salarios docentes, de becas y también de oferta académica. La juventud debe poner la guardia en alto y prepararse para una pelea a fondo contra el régimen del FMI del que el Frente de Todos y Juntos por el Cambio son parte.

Preparemos una gran campaña por el aumento de la Progresar a $15 mil mensuales y su universalización. Y por el conjunto de reivindicaciones educativas, las cuales tienen como elemento central una lucha decidida contra el acuerdo con el FMI.

Las corrientes ligadas al peronismo son incapaces de llevar esta pelea adelante, pues su estrategia política es ajustar y contener. La izquierda y los sectores independientes tenemos un enorme desafío por delante que es poner en pie un enorme movimiento estudiantil que pelee por estas reivindicaciones y por expulsar al Fondo.