Ayer por la tarde el Tribunal Oral en lo Criminal Numero 7 de San Martin absolvió a Higui, quien estaba acusada por haberse defendido de un intento de violación, matando a uno de los hombres que intentó abusar de ella. Higui Fue detenida durante 8 meses en el penal de Magdalena hasta el 13 de junio de 2017, luego fue juzgada por “homicidio simple” durante 4 audiencias con casi 30 testigos en contra.

Higui es una mujer trabajadora, pobre y lesbiana, que sufrió durante años el hostigamiento por este grupo de varones, lesboodiantes, que cuentan con absoluta protección por parte del personal policial y judicial. El caso de Higui refleja la responsabilidad del Estado en la promoción de los prejuicios más retrógrados contra la población LGTBI. Un Estado que no sólo desampara a la víctima, sino que la criminaliza en lo que pretende ser un mensaje aleccionador sobre toda la comunidad LGTBI.

La misma justicia que mantuvo a Higui todavía procesada es la misma que condenó a Marian Gómez, a Luz y a muchxs más, en un intento de disciplinar a la población LGBT+ de la clase obrera: cuando la iglesia, los medios de comunicación y demás aparatos de prejuicios no son suficientes para invisibilizar y ocultar las expresiones que escapan de la cisheteronorma, son la policía, la justicia y demás resortes del Estado los que entran en acción para reprimir a las diversidades sexuales y de género

La lucha por su absolución la llevamos adelante, desde el primer día, de la mano de las organizaciones de mujeres y diversidades, llevando su bandera como una de las luchas principales del movimiento. En la última jornada del Día internacional de las mujeres trabajadoras se realizaron concentraciones y movilizaciones en todo el país. En el Congreso, fue Higui quien abrió el acto de la asamblea independiente, producto de la coordinación de importantes asambleas independientes realizadas previamente en Parque Centenario. Luego de ser apresada, fue liberada en 2017 gracias a la movilización popular que adquirió un carácter nacional. La libertad y su absolución la hemos conquistado gracias a la intensa movilización nacional y el método del frente único entre las organizaciones de mujeres y diversidades.

Luchar sirve. Esta victoria refuerza el camino de la movilización popular contra el Estado clerical, ajustador y antiderechos. La precarización laboral, el desempleo, la falta de acceso a la vivienda, a la salud y a la educación de la población LGBT+ son la otra cara de la moneda que el gobierno “Gay Friendly” de Alberto Fernández y las “mujeres gobernando” del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad, se niegan a mostrar. El ajuste pactado con el Fondo Monetario Internacional plantea un golpe al conjunto de las mayorías populares, que necesariamente repercutirá doblemente sobre las diversidades sexuales y de género y las mujeres.  Vamos por el cupo laboral trans, por Educación Sexual Integral, por la separación de la iglesia y el Estado, contra el ajuste y el acuerdo con el FMI, y por todas las reivindicaciones del movimiento de mujeres y diversidades.