LGBTI

1/5/2021

transfemicidios

En 15 días, 5 crímenes de odio

El Estado es responsable.

En la primera quincena de abril se registraron al menos cinco ataques de odio a travestis y mujeres trans en el país dejando como saldo las muertes de Micaela Catán en Santiago del Estero, Victoria Nievas en Tucumán y Josefina Cruceño en Mendoza, y serios daños físicos a Yeni Méndez en Jujuy y Gilda Acosta en Tierra del Fuego. Esto sin considerar los llamados transfemicidios y travesticidios sociales, es decir, las muertes por causas evitables que elevarían estas cifras a 23 muertes de travestis y mujeres trans y dos varones trans.

Transfemicidios y travesticidios: un genocidio silencioso y federal

Micaela Catán, activista trans de 27 años, murió asesinada por su pareja en la localidad de Santa Rosa de Lima, Santiago del Estero, días después de que él la prendiera fuego. El transfemicidio de Micaela estuvo mediado por una historia de violencias hacia ella y las mujeres de su familia; tanto su madre como su hermana habían sufrido violencia de género por parte de sus parejas y, en el caso de Micaela, había sufrido golpizas por parte del victimario. En esta provincia profundamente clerical y sumida en la pobreza -según los últimos índices oficiales, la pobreza se eleva a casi el 40% y la indigencia roza el 5%, resultado de la gestión zamorista de los últimos 10 años, y de los sucesivos gobiernos pejotistas- los femicidios, travesticidios y transfemicidios son moneda corriente.

Josefina Cruceño, oriunda de Mendoza, fue encontrada el 12 de abril sin vida luego de estar desaparecida por 14 días. La versión oficial desde el Estado no es un cuento nuevo, afirman que Josefina se ahogó producto de un suicidio, aludiendo que no encontraron signos de violencia en su cuerpo. Sin embargo, dejan de lado el hecho de que fue encontrada desnuda de la cintura para abajo, y que la necropsia resultó en que había estado al menos 5 días muerta al momento de los primeros peritajes. Josefina fue encontrada por un vecino que llamó al 911, frente a la inacción total de la policía en realizar su búsqueda. En la provincia del radical Cornejo, los transtravesticidios no son nada nuevo. Tan solo en septiembre del año pasado el pueblo mendocino se concentró para pedir justicia por Melody Barreras, mujer trans asesinada por un efectivo de la policía provincial.

Victoria Nievas fue asesinada el 18 de abril en su casa por su expareja. “Vicky” de 33 años había cortado con el hombre debido a la violencia que ejercía dentro del vínculo. La víctima acudió a la policía para denunciar las situaciones violentas, pero no fueron tomadas en cuenta. El hecho sucedió en Aguilares, Tucumán, la provincia “provida” gobernada por Manzur donde el clero tiene una notable influencia y obligan a niñas de once años a parir.

Yeni Méndez fue atacada en San Pedro, Jujuy, a machetazos por un hombre en la calle el pasado 11 de abril. La ambulancia del Same tardó más de dos horas en hacerse presente, y ante la falta de cirujanos en el hospital más cercano, Yeni tuvo que ser trasladada del hospital Paterson a la ciudad capital para ser asistida, como producto del colapso en el sistema sanitario por la pandemia y el vaciamiento en el sistema de salud provincial profundizado por el gobierno de Morales, gobernador de Juntos por el Cambio. Hoy se reclama que el caso sea abordado como un intento de travesticidio, por la brutalidad del ataque. Distintas activistas denunciaron la maldita “tradición” de los travesticidios en las provincias del NOA; tan solo en el 2019 se perpetraron 30 travesticidios en la región.

Gilda Acosta es una mujer travesti que trabaja como peluquera en Río Grande, Tierra del Fuego. El 6 de abril fue citada por una clienta para realizar un trabajo en su domicilio. Cuando entró al domicilio, fue atacada por ella y un hombre a cuchillazos. Sin embargo, la Justicia imputó a los agresores por los delitos de “intento de robo y lesiones leves”, aunque Gilda los denunció por intento de homicidio. Manifestes salieron a denunciar esto, exigiendo que se juzgue a los agresores por intento de travesticidio. El caso de Gilda refleja, una vez más, los peligros a los que están expuestas las personas TTNB dentro del circuito del trabajo no registrado. En Tierra del Fuego, provincia gobernada por Gustavo Melella, del Frente de Todos, el Estado hace bandera de ser el primer gobernador abiertamente homosexual, y de ser una gestión comprometida contra la violencia de género, alineándose con el discurso del gobierno nacional, pero en los hechos demuestra ser papel mojado.

Argentina, país de los crímenes de odio

Los cinco casos mencionados tienen en común que las víctimas no llegaban siquiera a la edad de 35 años, expectativa de vida para las personas travestis y trans en Argentina. También demuestran que en la política de desprotección a las mujeres, travestis y a la población LGBTTINB+ no hay grieta: ni el gobierno nacional ni la oposición patronal pueden resolver las problemáticas de fondo que dejan como saldo cifras altísimas de violencia y muertes.

En el 2020 se registraron 152 crímenes motivados por odio a la identidad de género o sexualidad, 84% de los cuales fueron perpetrados hacia mujeres trans y travestis. A esta cifra hay que sumarle las decenas de muertes no registradas, ya sea porque el registro usualmente es llevado adelante por organizaciones y observatorios que recopilan datos de casos levantados por los medios, porque no son denunciados o por el incumplimiento de registración de las personas con su género autopercibido cuando denuncian o son atendidas en el sistema de salud.

Solo en enero y febrero de este año se contabilizaron más de 69 femicidios, transfemicidios y travesticidios, una muerte cada 21 horas. El aumento de los crímenes hacia las personas trans y travestis se inscribe en este contexto, en el marco de una creciente crisis económica y social, que expone a los sectores más vulnerables a las peores violencias. El desempleo, el circuito del trabajo informal, la falta de acceso al sistema de salud y la prostitución como única salida para muchísimas personas del colectivo TTNB (aproximadamente el 85%), generan una situación de total desprotección.

Redoblemos la movilización contra el régimen de los crímenes de odio y el hambre

Los últimos 50 días el país se ha encontrado profundamente movilizado por la desaparición de Tehuel de la Torre, joven trans de San Vicente. En la lucha por su aparición con vida, se ha denunciado la violencia que sufren las personas TTNB de la clase obrera, producto de la falta de políticas estatales de asistencia. El programa Acompañar, el Potenciar Trabajo y el último anuncio del gobierno nacional de la creación de un Consejo Federal para la Prevención y el Abordaje de de Femicidios, Travesticidios y Transfemicidios, en los hechos han sido políticas low cost para tapar el sol con la mano: no se pueden resolver estas problemáticas de fondo en un país gobernado por los ejecutores de las políticas del Fondo Monetario Internacional.

Es por esto que desde la Agrupación 1969 llamamos a todo el activismo a redoblar la movilización contra los crímenes de odio, por la aparición con vida de Tehuel de la Torre, por justicia por Micaela, Victoria Josefina, Yeni y Gilda, y por el cumplimiento real de todas las normativas que hemos sabido arrancarle al Estado, principalmente la Ley de Identidad de Género y el Decreto de cupo laboral travesti trans.

Debemos dotarnos de instancias de organización independiente de todos los partidos del régimen que han gobernado todos estos años a costa de la pauperización de las vidas de miles de personas travestis, trans, no binaries, y de les trabajadores en general, es fundamental. Como primer parada de lucha, invitamos a todes a participar del Congreso Nacional del Plenario de Trabajadoras, para intercambiar, y resolver un plan de lucha nacional contra todos estos atropellos.

Si no nos organizamos, nos siguen matando.

Justicia por Micaela, Josefina, Vicky, Yeni y Gilda. El Estado es responsable.