LGBTI
30/12/2024
Marra utiliza a la comunidad trans como chivo expiatorio para vaciar la salud pública
Dice que "no hay razón alguna para que el Estado deba darle hormonas gratis a los transexuales".
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Cuestionó un reclamo por faltante de medicamentos en hospitales.
Frente al faltante de medicación en los hospitales públicos para los tratamientos hormonales contemplados en la Ley de Identidad de Género, el legislador de La Libertad Avanza Ramiro Marra – desconociendo la legislación vigente- salió a justificar el vaciamiento diciendo que «no hay razón alguna para que el Estado deba darle hormonas gratis a los transexuales». Fiel a la costumbre de este gobierno de apelar a argumentos discriminatorios para encubrir un ajuste hacia el conjunto de pueblo.
Con este discurso transodiante busca ganar a la opinión pública a la idea de que es por culpa de los recursos estatales que insume la comunidad trans que no habría plata para suplir el resto de las necesidades populares, y, de ese modo, reunir apoyo social para atacar los derechos de las diversidades. Lo cierto es que el gobierno viene retaceando la compra de insumos necesarios para la hormonización -como espironolactona y estradiol en gel-, al mismo tiempo que aplica un recorte sideral sobre las jubilaciones y partidas sociales.
A su vez, explota la discriminación que sufre este colectivo para pavimentar un ataque más general a la salud pública. Del mismo modo que el gobierno se vale de la xenofobia enraizada en la sociedad para blandir el arancelamiento de la salud y educación en el caso de los inmigrantes, como trampolín hacia la privatización total. Por si algún distraído todavía piensa que el desfinanciamiento estatal se circunscribe a los tratamientos de modificación corporal hormonal, le decimos que también abarca a los del VIH, las coberturas de Pami, los medicamentos oncológicos, etc.
Este tipo de discursos pronunciados desde el poder político son una incitación directa a que proliferen los crímenes motivados por discriminación por orientación sexual, expresión e identidad de género, los cuales vienen escalando: se contabilizaron 60 en los primeros seis meses del 2024, según el Observatorio Nacional de Crímenes de Odio. Al igual que las declaraciones del ministro de Justicia, Mariano Cúneo Libarona, sobre que «Nosotros rechazamos la diversidad de identidades sexuales que no se alinean con la biología: son inventos subjetivos». Finalmente, el gobierno se empeña en fomentar esta ideología reaccionaria a los fines de establecer divisiones en el seno de los explotados, funcionales a sus planes de miseria generalizada.
La política de desabastecimiento que lleva adelante el gobierno está generando interrupciones y demoras en la hormonización de aquellas personas trans que quieren adecuar su imagen corporal a la de su identidad de género autopercibida, negándoles el ejercicio de este derecho fundamental, o bien, empujándolas al peligro de la automedicación. Recordemos que se trata de una población sumamente empobrecida que difícilmente pueda acceder a dicho tratamiento en ámbito de la medicina privada. La crueldad de La Libertad Avanza hacia el colectivo TTNB se completa con el despido de cien personas trans en el Estado entre enero y abril de 2024, pisoteando la ley de cupo laboral.
Camila Sosa Villada escribe en su novela Las Malas que «las travestis trepan cada noche desde ese infierno del que nadie escribe, para devolver la primavera al mundo». Solo observando su trayectoria de lucha en Argentina y el aporte que han hecho al movimiento popular podemos confirmar la justeza de esa frase. Quizá haya llegado el momento de retribuirles y acompañarlas en una pelea a fondo por, nada menos, que su derecho a habitar en este mundo. Una existencia incompatible con la continuidad de estos fascistas en el gobierno.