Este martes 29, pasadas las 18 horas, la Marcha de la Gorra copó las calles de Córdoba por decimosexta vez; los familiares y amigos de víctimas de la represión estatal, junto a organizaciones políticas y sociales, denunciaron a la yuta verduga y los gobiernos ajustadores. La movilización culminó en el centro del poder político provincial, donde están la legislatura y Casa de Gobierno.

Durante la concentración se realizó la clásica pegatina en Colón y Gral. Paz, para luego dar paso a esta importante convocatoria en unidad y con independencia política, que contó con una acción artística al finalizar. Las calles del centro cordobés fueron tomadas enfrentando los proyectos del gobierno del PJ provincial y la derecha, que quieren criminalizar la protesta social.

Entre algunos ejes que se leyeron en el documento se planteó la denuncia del ajuste al servicio del FMI; además de reivindicar la lucha piquetera y de los trabajadores ocupados, que enfrentan a los gobiernos. Tampoco faltó el planteo estratégico del desmantelamiento del aparato represivo, para terminar con la policía asesina.

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La juventud piquetera del Partido Obrero puso en pie una importante columna que apuntó a los responsables políticos de la represión. La movilización fue precedida con agitaciones en los barrios, con volantes y asambleas, convocando a les pibes a sumarse.

El Polo Obrero y su organización juvenil protagonizaron asambleas y medidas de lucha en barrios y en escuelas, proponiendo una salida a los problemas de las barriadas y contra el reforzamiento del aparato represivo. En este sentido se vieron acciones de lucha como en Barrio Argüello, que incluyeron marchas y tomas de colegio.

El problema de los robos no se resuelve con más policías sino con la satisfacción integral de las demandas populares, teniendo en cuenta que la inseguridad viene desde arriba y tiene en las fuerzas del Estado una participación en toda una cadena delictiva, como el narcotráfico, el robo de autos y la trata. En función de esa lectura es el planteo del desmantelamiento de un aparato represivo descompuesto, que actúa reprimiendo la protesta y persiguiendo a lxs pibxs  de los barrios.

La marcha fue una tribuna para denunciar el hostigamiento y la represión estatal; vale señalar que el día anterior un pibe fue detenido saliendo de la reunión organizativa de la movilización. Un ejemplo claro del Estado y los gobiernos sosteniendo su política contra quienes se organizan para luchar.

La unidad en la calle es la clave para derrotar estas políticas, desde la criminalización de la protesta hasta el ajuste. Además, es el camino para conquistar justicia por todxs lxs pibxs que nos arrebató el gatillo fácil.

Seguimos luchando para terminar con este régimen de hambre y miseria, gritando en las calles, como hace 16 años, “gatillo fácil nunca más, el Estado es responsable”.