“A mi hermano lo mató la policía. Que conste que lo mató la policía. No tuvo un paro cardíaco, están todos mintiendo. Mi hermano tiene una herida en la cabeza. Le partieron la cabeza de un garrotazo o de un balazo”. Juan Domingo Rigueiro, hermano menor de César, había ido con él a la cancha a ver el partido de Gimnasia contra Boca, dos de los equipos que están en los primeros cinco puestos de la Liga Profesional de Fútbol. “Era una noche ideal. Era una fiesta el bosque, como siempre”. Hasta que la Bonaerense, esa maldita policía, inició otra acción criminal.

César Rigueiro tenía 57 años. Falleció por la noche del jueves 6 de octubre de 2022, que a partir de ahora se recordará en La Plata como el día de otra masacre policial. La versión oficial, por boca del propio ministro de Seguridad, Sergio Berni, fue que murió a causa de un paro cardíaco cuando era trasladado en ambulancia al hospital. Al día siguiente, su hermano contó la realidad de los hechos. Hechos que, agreguemos desde ahora, dejaron más de cien heridos.

“Mi hermano tenía un parche en la cabeza. Le partieron la cabeza, por eso se desvaneció. Cuando los médicos lo quisieron auxiliar los reprimieron y salieron corriendo. Es más, le tiraron de yapa le tiraron dos gases lacrimógenos para que termine de morir”. Y repite una vez más: “A mi hermano me lo mató la policía”; pero agrega: “Berni, te lo digo en la cara, a mi hermano lo mató tu policía”.

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“Lo único que hizo fue huir, porque nos estábamos muriendo ahí adentro. Nosotros fuimos a vivir una fiesta y ahora estamos acá llorando a mi hermano. Quiero que se haga justicia”, sigue su relato Juan Domingo ante la prensa. También ratificó la versión de los testigos, que narran que mientras le hacían RCP a César la policía seguía tirándole gases. “Mataron a una persona que fue con su nieto y su familia a ver un partido de fútbol. No hubo exceso de venta de entradas, lo que hubo es un mal accionar de la policía. Se tienen que hacer cargo. Acá estamos solo los amigos. No se hizo presente nadie del gobierno. Nadie vino a darnos un peso. La única que vino es la gente de Gimnasia, los vecinos”.

Sus declaraciones alcanzan para dimensionar lo ocurrido en el bosque platense, que derivó en la suspensión del partido Gimnasia-Boca a menos de 10 minutos de iniciado. Punto por punto, desmiente por el entero la versión oficial. Claro que ya sobraban los registros, desde los videos subidos a las redes sociales por hinchas del Lobo, que muestran cómo arrojaban gases por abajo de los portones hacia adentro de las tribunas, impidiendo la desconcentración; hasta el del camarógrafo de TyC Sports, que filmó cómo la Bonaerense le disparó a quemarropa, luego de televisar a una columna completa tirando en forma sostenida contra la gente que intentaba alejarse del estadio por el Paseo del Bosque. La Policía Científica de la Federal recolectó más de 400 cartuchos de escopeta en las inmediaciones.

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Con toda claridad, el país entero puede ver el carácter criminal de la maldita Bonaerense, hoy comandada por Sergio Berni. Uno que suma así otra página a su prontuario como ministro, ya nutrido por la desaparición forzada seguida de muerte de Facundo Castro o la brutal represión a las familias sin techo de Guernica. Es la misma Bonaerense que en la misma ciudad de las diagonales venía de hostigar a la familia de “Lito” Costilla, cuando pintaba un mural al cumplirse dos años de su asesinato por efectivos de la Policía Local, del intendente macrista Julio Garro.

Por eso, para terminar con las masacres no alcanza con la separación del jefe del operativo, Juan Gorbarán. Menos todavía con la pretensión de cargar las tintas sobre Gimnasia, con la clausura del Bosque o sanciones al club. Con ello Berni solo quiere cortar el hilo de responsabilidades antes de que lo alcance a él. Contra esta maniobra el diputado Guillermo Kane, del Partido Obrero en el Frente de Izquierda, reclamó que el ministro de Seguridad comparezca en la Legislatura por lo sucedido. La responsabilidad política por este crimen es extensiva a Kicillof, que sigue ratificando a Berni en su cargo. Para romper con este intento de encubrimiento, que busca que una vez más reine la impunidad, es necesario ganar las calles y movilizarse masivamente a la Casa de Gobierno para exigir justicia. Hay que enfrentar esta política de Estado, que días antes se expresaba en una nueva represión a la comunidad mapuche de Villa Mascardi en Río Negro, continuando la línea de Patricia Bullrich que se cobró la vida de Rafael Nahuel,

“Que todas la hinchadas de todos los clubes se unan y que se haga justicia. Que no pase más esto en ninguna cancha”. Hacemos nuestras estas palabras de Juan Domingo Rigueiro. El pueblo tripero, hoy, es el pueblo argentino. Terminemos con esto.

¡Fuera Berni!

El represor sistemático Sergio Berni no puede seguir un minuto más al frente del Ministerio de Seguridad. La policía bonaerense, siempre represor y criminal, con él tiene permiso para matar. Anoche lo hizo, de vuelta. Marchemos el miércoles a La Plata. Fuera Berni ya!

— Guillermo Kane (@guillekane) October 7, 2022

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