Brutal represión en La Plata: fuera Berni y la Bonaerense de Kicillof

La carta blanca con la que actúa la Bonaerense es una política de Estado de toda la burguesía.

Berni y los gases de la Bonaerense en "acción"

La represión a mansalva en La Plata retrata a un régimen de impunidad que tiene como cabeza al gobernador Axel Kicillof y a Sergio Berni como su brazo ejecutor. Las filmaciones de la brutalidad policiaca en acción y los relatos de los hinchas de Gimnasia buscando desesperadamente a sus hijos y nietos entre los gases, dan cuenta del operativo criminal que le costó la vida al hincha y exfutbolista César “Lolo” Regueiro y que provocó cientos de heridos. Hay posteos que denuncian las agresiones contra un bombero voluntario que intentaba hacer RCP a Regueiro mientras la Bonaerense seguía tirándole para impedir las maniobras de resucitación.

El accionar de las “fuerzas e seguridad” delata a un cuerpo policial entrenado para la guerra contra los trabajadores y a la juventud. El relato cotidiano del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, achacando los “desbordes” habituales a la falta de “preparación” de la policía, es puro encubrimiento para justificar a un cuerpo que dispone de casi 100.000 efectivos en la provincia de Buenos Aires y es responsable de brutales represiones, gatillo fácil y violencia estatal. El mismo jueves, y antes del partido Gimnasia-Boca, una gran movilización de familiares de Lito Costilla, el Partido y el Polo Obrero, víctimas de la violencia policial y organizaciones de izquierda, marcharon en La Plata para exigir justicia por el crimen del joven repartidor asesinado por la policía de Julio Garro, el intendente del PRO de la ciudad capital bonaerense, y para que se vaya el encubridor Sergio Berni, ministro de “seguridad” de los ” nacionales y populares” cristinistas.

Nuevamente debe ser la movilización popular la que gane la calle para echar a Berni y su maldita policía. El relato tramposo de la falta de capacitación y de los desbordes puntuales choca con la impunidad de todo el aparato represivo. También el jueves 6, y en horas de la mañana, efectivos del Servicio Penitenciario (SPB) tirotearon a un detenido -que había ido a rendir exámenes y de quien se dice que habría intentado fugarse- en la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional de La Plata. A los tiros y con los estudiantes de por medio, la balacera provocada por el SPB no terminó en otra tragedia de milagro. El Servicio Penitenciario depende del Ministerio de Justicia; confirmando la responsabilidad de todo el gobierno provincial en la política de gatillo fácil y represión que compromete directamente al gobernador.

La carta blanca con la que actúa la Bonaerense es una política de Estado de toda la burguesía. Por eso el ensañamiento sobre los periodistas que cubrían las arremetidas de la policía disparando dentro y fuera de la cancha para tapar lo que estaba ocurriendo y que hacían de la entrada o salida de la cancha una verdadera ratonera. La bestialidad asesina tuvo como blanco a las familias con niños que habían ido a ver el partido y fue, por sobre todo, un acto de intimidación y despliegue de fuerza contra el pueblo. Una vez más está claro que hay que desmantelar a la Bonaerense lumpencriminal y delictiva de Berni y Kicillof.

El comportamiento de la “maldita policía” tiene la bendición oficial del cristinista o excristisnista Sergio Berni, ministro estrella de Axel Kicillof. El susodicho es un viejo conocedor de los negocios de la familia Kirchner desde los tiempos de Santa Cruz, provincia donde Berni inició su carrera política. Sin duda, y con la venia de la vicepresidenta , el “Kici” salió a bancar al represor de Guernica, limitando la responsabilidad por los “graves incidentes” al jefe del operativo asignado al partido Gimnasia Boca. Otra vez la prioridad es preservar a Berni en el gabinete.

En la previa al partido Gimnasia-Boca, el Patricio Bullrich de Kicillof había tratado de criminales y terroristas a las mujeres mapuches detenidas en el salvaje desalojo manu militari en Villa Mascardi, atizando el clima bélico para lo que vendría por la noche en el bosque platense. Las declaraciones de Berni son una provocación abierta al tratar de muerte natural el crimen del hincha de 57 años, gaseado en el piso mientras buscaba desesperadamente a su nieto, uno de los tantos chicos extraviados en medio de la represión.

Otro tanto ocurre con su pretensión por eludir toda responsabilidad por lo ocurrido mientras carga contra los “violentos” que “agredieron” al personal policial. A lo Berni, las víctimas de la represión son los victimarios y la policía de la provincia de Buenos Aires no habría hecho más que defenderse. Ningún video avala esta desvergonzada justificación de la Bonaerense. Lejos de irse, Sergio Berni quiere hacer de esta represión brutal la excusa para un reforzamiento y “capacitación” del aparato represivo (mayores partidas) cuando se trate el presupuesto 2023 e la Legislatura

Que se trata de una cuestión de Estado y que involucra al peronismo pero también a la oposición derechista de Juntos por el Cambio lo revela además la nula intervención del intendente amarillo Julio Garro dejando hacer a Berni en La Plata como si fuese territorio liberado. El complaciente Garro no mandó una sola ambulancia para rescatar a los cientos de hinchas desesperados que vagaban golpeados y asfixiados por los gases en las inmediaciones del estadio mientras la Bonaerense cazaba a balazos de goma a quien encontrase en su camino. También la intendencia de Julio Garro es responsable.

Los Macri, las Bullrich y los Espert que piden bala contra las ocupaciones de tierras y los conflictos obreros avivan el fuego represivo que engorda a la Bonaerense y corre a la derecha al kirchnerismo fondomonetarista. La locuaz Patricia Bullrich se llamó hasta el momento a silencio lo mismo que la banda de los liberfachos y otros provocadores. Las críticas se centran en la falta de seguridad y esquivan a la Bonaerense.

A medida que se va conociendo más información, aparece con fuerza la relación entre la salvaje represión a los hinchas con la aplicación de un “vuelto” al nuevo jefe policial de la Departamental La Plata. Esta hipótesis involucra al aparato de la Bonaerense y su cúpula con un operativo premeditado para pudrírsela al recién asumido como parte de una disputa mafiosa por los negocios ilícitos de la Bonaerense.

La investigación debe extenderse a las denuncias hechas contra el personal policial que “monitoreaba” la seguridad dentro de la cancha de Gimnasia y que según el club habría informado a la “Voz del Estadio” que las puertas estaban abiertas para salir, información falsa que acentuó el pánico de los que intentaban escapar de los gases y el peligro de avalanchas masivas. Aunque no está probada la sobreventa de cinco mil entradas, como rápidamente tiró Berni, una investigación independiente debe esclarecer esta cuestión que se repite en los espectáculos, así como las puertas selladas del estadio Gimnasia.

El Partido Obrero promueve una gran movilización de los familiares de las víctimas de la represión policial por Justicia para “Lolo” Regueiro y castigo a los culpables. Fuera Berni ya. Desmantelamiento de la maldita policía. Kicillof y su gobierno son responsables. Los centros de estudiantes, y en particular el de Humanidades, deben sumarse para echar a Berni y su maldita policía.