Córdoba: liberan a policía acusado de gatillo fácil

El agente asesinó a Emiliano Sosa, trabajador de reparto de 23 años de edad.

Foto: Pedro Castillo, La Voz

En la mañana del 27 de agosto, un policía de civil asesinó a Emiliano Sosa, joven de 23 años, de un disparo en la cabeza. Era trabajador de reparto. La versión oficial dice que fue la reacción tras un supuesto robo. En realidad, es un nuevo caso de gatillo fácil en Córdoba.

El asesinato sucedió en Costanera Norte, a la altura del Puente 15 y Menéndez Pidal, a una cuadra del lugar donde vivía Emiliano. El dato importa remarcarlo puesto que es inverosímil que la víctima se haya lanzado a robar a metros de su residencia.

Luego del crimen, la guardia de infantería reprimió a familiares de la víctima y tres personas quedaron detenidas.  La bronca creció cuando se escucharon testimonios de vecinos que indicaban que Emiliano no tenía armas. El diario La Voz del Interior consultó a la fiscal interviniente, Liliana Copello, si se encontró un arma en el lugar, y ella no lo aseguró: “hay algo ahí sí, estamos trabajando, falta hacer un rastrillaje, faltan hacer tareas”. Pasan las horas, y la versión oficial queda más cuestionada. Se montó un amplio operativo, pero no se encontró ninguna pistola o revolver.

La fiscal liberó al policía detenido Martín Vallejos. La justicia en un primer momento tomó la versión policial y detuvo al agente por ‘‘exceso en la legítima defensa’’. Pero hoy está imputado por ‘‘homicidio agravado por el uso de arma de fuego’’. Es decir que se estaría desbaratando la versión del robo y del arma de fuego en manos de Emiliano. El crimen se produjo el mismo día en que se desarrolló la 7ma marcha nacional contra el gatillo fácil.

Así las cosas, la policía de Córdoba vuelve a ser autora de un homicidio, se monta un operativo que no aclara las circunstancias de lo sucedido, y para peor se reprime a familiares de la víctima, una más a manos de la represión estatal.

El gobierno de Juan Schiaretti sigue con la política de reforzar al aparato represivo, de criminalizar la protesta y a la juventud de las barriadas. La consecuencia es el gatillo fácil, el abuso y una serie de delitos que tiene a los uniformados como autores y al gobierno y la justicia como cómplices y encubridores. El año pasado se llevó la vida de Blas, Joaquín, Franco, Gastón, Alejandro, Antonio, Nano, Agustín, hoy la de Emiliano. Basta de gatillo fácil, basta de represión estatal. La movilización realizada en la tarde del 27 de agosto fue una respuesta popular a una política represiva.

Justicia para todas las víctimas de la represión estatal, gatillo fácil nunca más. Con esas consignas, entre otras, la lucha continuará hasta terminar con la impunidad de un aparato represivo descompuesto.