Irrumpió el reclamo contra la impunidad del Ejército por el crimen de Pablo Córdoba

Gran festival y apoyo masivo de la comunidad al pedido de justicia.

13 años de lucha contra la impunidad.

El pasado 12 de julio en el 111º aniversario de la ciudad de Zapala se realizó un acto. Mientras el Ejército presentaba la formación frente a los mandatarios, entre ellos el intendente Carlos Koopman y el gobernador Rolando Figueroa, el padre del joven soldado voluntario asesinado dentro del Grupo de Artillería 16 irrumpió en medio de la calle con imágenes de su hijo, reclamando “esta gente está manchada con la sangre de mi hijo, porque me lo mataron en el cuartel y ustedes no pueden seguir así como que nada”.

Gran parte del público presente en el acto aplaudió al padre cuando increpó al gobernador, en plena calle. Una señal que la población empieza a manifestar su hartazgo con la impunidad, porque ha llegado a la conclusión que estamos ante la impunidad del Ejército Argentino y del encubrimiento que prima sobre el mismo.

Otro dato no menos significativo es que algunos medios periodísticos locales se negaron a transmitir el acto, como manifestación de disconformidad con el protagonismo que el Ejército tendría en el mismo.
Por donde se lo mire, el acto ha sido una de las manifestaciones más importantes de rechazo a todo lo actuado hasta el momento.

Hace un mes a iniciativa del Partido Obrero y el Polo Obrero se convocó a un festival que organizamos junto con la familia del soldado para el día del aniversario. Tuvimos que sortear el boicot del municipio que negó salas para la realización del mismo en un lugar cerrado (en el marco de un crudo invierno) y también la exintendenta de Zapala y actual ministra de Educación, Soledad Martínez, instruyó para negar el uso de alguna escuela. Por lo tanto el festival finalmente se realizó en el Centro Cultural Claudia Falcone.

La presencia de numerosos artistas locales, de feriantes y numeroso público, hizo que el festival se constituyera en un nuevo impulso por la causa, lo cual alentó mucho a la familia. También se juntaron muchos alimentos destinados a las ollas y comedores del Polo Obrero y otras organizaciones sociales.

Un año de lucha sin cesar

Hace 13 meses encontraron muerto dentro del regimiento de Zapala al soldado Pablo Córdoba, con dos tiros en la cabeza.

En su discurso el gobernador afirmó estar convencido de que el Ejército está pidiendo justicia. Es un escándalo lo que afirma, sabiendo que desde el primer momento todo el operativo que rodeó la causa estuvo lleno de mentiras y encubrimiento de parte de la cúpula del Ejército y del Juzgado Federal.

¿Acaso no sabe el gobernador que se trasladaron a todos los militares, oficiales y suboficiales, que estaban la madrugada en que murió Pablo Córdoba y que fueron trasladados a regimientos ubicados en distintas provincias del país?

La excusa del gobernador sobre la existencia de alguna “manzana podrida” es parte de la maniobra de encubrimiento en la responsabilidad de los altos mandos militares, Es un capítulo más de la actuación del juez federal de la causa, Hugo Greca, que ha sido desde el primer momento la de encubrir las responsabilidades de los mandos del regimiento y las de quien o quienes hayan asesinado al soldado.
El discurso de Rolando Figueroa fue un verdadero bochorno. De punta a punta.

A pesar de las abrumadoras pruebas y del resultado de la autopsia, el juez federal se aferra a su teoría descabellada que se trató de un suicidio o a lo sumo de inducción al suicidio. La intencionalidad del juez es evidente: encubrir las responsabilidades de la cúpula del regimiento y en todo caso atribuirle alguna acción delictiva a un soldado o de un rango menor, tal y como se cerró el caso Carrasco hace 30 años atrás. El maltrato a la familia del soldado Pablo Córdoba de parte del juez ha sido denunciada reiteradamente.

Con lo que afirma el bochornoso discurso de Figueroa, trata de desligar toda la responsabilidad que el Ejército Argentino le pesa sobre esta causa, como hace 30 años atrás con la misma manera de operar de la justicia.

La lucha de la familia y el apoyo de la comunidad, ha puesto al desnudo este atropello judicial y ha conquistado luego de cinco meses que se cambie la caratula de suicidio a homicidio.

Tardaron menos en armar causas para perseguir a luchadores y allanar comedores populares que en afirmar que Pablo Córdoba había sido asesinado dentro del Ejército.

No es solo una manzana podrida, es toda la institución militar: la “manzana podrida” que encubre el Estado, el gobierno y su justicia.

Seguiremos en las calles y manteniendo la memoria activa de Pablo Córdoba hasta que se haga justicia.

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