La baja de la edad de imputabilidad es una política de Estado de toda la clase capitalista

El Congreso de la Ley Bases no va a parar la "ley Bukele" contra la juventud.

Cárcel argentina.

El envío de un proyecto de ley al Congreso para bajar la edad de punibilidad penal hasta los 13 años cuenta con la complicidad de todos los partidos de la “democracia”. La ley, que promueven Patricia Bullrich y Mariano Cúneo Libarona, ministros de Seguridad y de Justicia de Milei respectivamente, va más lejos que otras intentonas reaccionarias del pasado. Esto vale para el gobierno de Macri, que quiso bajar la edad a los 15 años, y para Cristina Kirchner y su fallido Régimen Penal Juvenil, que imponía penas desde los 14 años de edad. Para justificarse, CFK afirmó en la campaña presidencial del 2011 que los chicos de 14 y 16 años “no son los mismos que en su época” y que le resultaba lógico “adecuar” el régimen penal juvenil a las edades de “hoy”. Una argumentación clasemediera y miserable.

El engendro “libertario” supera incluso al decreto ley de la dictadura -que trascendió a todos los gobiernos capitalistas desde 1980 en adelante. Este decreto, que imputaba a los menores desde los 14 años sin garantías procesales, solo sufrió una modificación en los primeros años del alfonsinismo cuando se elevó la edad mínima de condena a los 16 años sin ser nunca derogado. Sobre este andamiaje de reforzamiento del aparato represivo se construyeron los distintos proyectos de baja de la edad de imputabilidad y punibilidad.

La ley “Bukele” de Milei habilita la cárcel común para los menores que delincan con penas de hasta 20 años a cumplir en pabellones “diferenciados” pero dentro de los establecimientos carcelarios para adultos y bajo su mismo régimen. A esta violación de los derechos humanos y de la Convención de los Derechos del Niño, los Cúneo Libarona de Milei y los Berni del peronismo la llaman “reinserción social”. Una mentira flagrante cuando las cárceles -especialmente en la provincia de Buenos Aires- están marcadas por el hacinamiento y son una escuela del delito. Es la podrida y corrupta Bonaerense la que manda a los menores a delinquir en provecho propio y la que está asociada al narcotráfico y a la trata.

No estamos frente a una prevención del delito -que requiere atacar las desigualdades sociales propias del régimen capitalista- sino de una política represiva de Estado y de disciplinamiento de la juventud, en particular de aquella que vive en los barrios más postergados donde la pobreza infantil y juvenil es del 60%. Es el gobierno de Milei el que le da vía libre a la recaudación ilegal millonaria de fondos mediante el blanqueo de capitales y de dinero sucio.

Disparan contra la juventud

Martín Llaryora -el gobernador cordobés que apoyó la Ley Bases- viene reclamando que se imputen a los menores con responsabilidad penal y penas efectivas de reclusión. Es lo que sostiene toda la “oposición amigable” y los amigos de Miguel Ángel Pichetto que piden la vuelta del excandidato a vicepresidente de Macri al redil del peronismo. El personal político que agita la baja de la edad de imputabilidad es el mismo que ampara al ladrón de Milei. Pichetto fue el operador político del Régimen Penal Juvenil de Cristina votado en Senadores en el 2009. Un caso grotesco es el de Guillermo Moreno, que hace de celestino para sumar a un frente contra Milei a Pichetto, y también a Victoria Villarruel, la vicepresidenta y defensora de genocidas.

La represión estatal conecta la baja de la edad de imputabilidad con el gatillo fácil en las barriadas, la prepotencia y los abusos policiales contra los jóvenes y el indulto a los crímenes de la dictadura.

En el 2013, Martín Insaurralde, entonces primer candidato a diputado nacional por el Frente para la Victoria, reflotó el Régimen Penal Juvenil de CFK que había perdido estado parlamentario en el 2011 e hizo campaña electoral con la baja de la edad de imputabilidad a los 14 años. Una adaptación a la demagogia derechista a pesar de la bajísima tasa de delitos violentos en esa franja etaria. Ya bajo el macrismo hubo una embestida de Patricia Bullrich, ministra de Seguridad de Mauricio Macri, para que el Congreso aprobara una ley penal que disminuyera la edad de responsabilidad penal a los 15 años. Esta avanzada chocó con la movilización popular, que la hundió como hundió al macrismo.

Como se señaló Pichetto, jefe de la bancada de senadores del peronismo, intentaba negociar con el gobierno para retomar el Régimen Penal Juvenil que penaba a los menores a partir de los 14 años y que nunca llegó a la Cámara de Diputados. El “crecimiento” del delito juvenil, que invoca el gobierno de Milei y antes los otros gobiernos capitalistas, choca con las estadísticas que reflejan una caída del 4% al 2% del delito juvenil en todo el país, la mayoría de estos delitos menores. También los despojos del radicalismo y del PRO exigen como Milei “aplicar penas de adulto” a quienes delincan, condenando a los menores al infierno carcelario.

Se conoció recientemente un proyecto de diputados radicales alineados con Lousteau que considera a los jóvenes de entre 14 y 16 años plena y penalmente responsables de sus actos con “condenas no mayores a 10 años”. Una barbaridad. Mientras esto sucede ya hay una derecha fascista que clama para que se castigue con la cárcel y aún la prisión perpetua a los niños a partir de los 10 años de edad, como ocurre en Inglaterra y los EE.UU. Ningún estudio avala que la baja de la edad de imputabilidad -como tampoco la pena de muerte o los encierros de por vida- disminuyan la criminalidad. Por el contrario, aniquilan psicológica y físicamente a los individuos. El régimen capitalista es violencia, miseria y represión contra la juventud y la clase obrera.

Peronismo a la baja

En reuniones de las CTAs de los “Trabajadores” y “Autónoma”, las direcciones kicillofistas y peronistas anunciaron la reactivación de la campaña No a la Baja, sin fijarle fecha a una movilización a pesar de que “la ley Bukele” de Milei empezó a tratarse en las comisiones del Congreso. Estas burocracias sindicales se empeñan en separar al peronismo y a Kicillof de esta política represiva contra la juventud hambreada. Puro relato y encubrimiento. La “resistencia” del gobernador bonaerense Axel Kicillof se limita a pedir un “debate serio” en el Congreso, no sin antes aclarar que discutir la baja de la edad de responsabilidad penal es totalmente “válido”.

Que el Congreso “discuta” es no solo una forma de patear la pelota afuera sino también un camino de derrota y desmovilización. Kicillof repite lo que hizo con el Rigi y bajo el gobierno de los Fernández con la “renegociación” de la deuda externa y el acuerdo con el FMI. Los resultados están a la vista; no se trata de que el Congreso de la Ley Bases discuta, vote o disfrace el engendro reaccionario sino de enfrentar la ley Bullrich-Cúneo Libarona para que fracase y sea derrotada desde el vamos. “Qué discuta el Congreso” es someter al movimiento democrático y juvenil al hecho consumado de la trenza burguesa.

Uno de los más rabiosos promotores de la baja de la edad para encarcelar a los menores es otro reconocido derechista, Sergio Berni. El represor de Guernica fue secretario de Seguridad de Cristina y el ministro de Seguridad de Kicillof durante todo el primer mandato de Axel. Berni dijo tiempo atrás coincidir con Bullrich en lo que hace a la imputación de los menores y recientemente insistió en que “resulta inexplicable” que todavía se siga discutiendo este tema. Las coincidencias se extienden a la defensa de la doctrina Chocobar de gatillo fácil. El “nacional y popular” jamás desmintió ni reprendió a Berni, por el contrario lo avaló. Incluso Ricardo Quintela, el gobernador de Unión por la Patria de La Rioja y aliado de Kicillof, que rechazó la baja de la punibilidad a los 13 años, declaró que hay que discutir un nuevo Régimen Penal Juvenil, es decir limar sus aristas más brutales, la vieja cantinela.

En campaña electoral, Sergio Massa defendió, al igual que todos los candidatos patronales, la penalización con cárcel a los menores desde los 14 años, reflejando la orientación general del peronismo. No ha habido elección en la que el camaleónico candidato no haya hecho campaña a favor de la baja de la edad de imputabilidad y el endurecimiento de las penas. La agenda de “relanzamiento” del massismo vuelve a la carga con este tema. A pesar de las evidencias, Juan Grabois insiste en que llegado el caso volvería a votar a los Sergio Massa, los Alberto Fernández y los Daniel Scioli. La larga historia que lleva a esta ley represiva de Milei remite al propio Néstor Kirchner. Un viejo video publicado por La Política Online (LPO) recoge un discurso del “pingüino” defendiendo la reducción de la edad mínima de imputabilidad plena. El kirchnerismo no resiste un archivo.

Rodear al Congreso

Las asambleas de trabajadores y de jóvenes del Partido Obrero son un canal de organización para movilizar contra la “ley Bukele”. La lucha por la derrota de esta avanzada represiva es de interés de la juventud y todos los luchadores democráticos. Abajo la ley que criminaliza a los menores. El estado es responsable de la miseria popular y de la inseguridad ciudadana.

Llamamos a preparar una gran concentración frente al Congreso como parte de un plan de lucha y movilización que debe llegar a cada barrio, secundaria y facultad para derrotar esta tentativa represiva.

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