El pasado jueves tuvo lugar un nuevo episodio de la lucha por la absolución de César Arakaki, militante del Partido Obrero, en un festival realizado en Plaza de Mayo al que concurrieron mil personas. Es que el fiscal de la causa ha rechazado reconocer la prescripción de la acción penal del delito agravado de desobediencia por el cual fue condenado César. La Justicia quiere enviarlo a la cárcel por haberse movilizado en rechazo al robo que Mauricio Macri y el Partido Justicialista perpetraron contra los jubilados en diciembre de 2017.

El aparato judicial viene maniobrando. Anteriormente, la Cámara de Casación Penal, al confirmar la sentencia, declaró la nulidad del monto de la pena tras no considerar los atenuantes del caso y fijó que se determine un nuevo monto. El Tribunal N° 3 confirmó la pena de 3 años y 4 meses de prisión efectiva. Asimismo, fue rechazado un recurso extraordinario con el argumento de que el momento oportuno para interponerlo es cuando esté integrado con el nuevo monto de la condena.

César no solo es militante, sino también actor y padre. Y en ese festival se subió al escenario para llevar adelante su obra de teatro llamada “Tintorero”, que fue escrita por Iván Moschner. En ella repasa su vida, mostrando las heridas que dejaron las guerras imperialistas en su familia. Es la historia de un hombre que juega con su hijita en el tiempo en que tarda en prepararse un arroz. La obra de César cautivó a las mil personas que presenciaron el festival. “Enseñó historias. Arrancó sonrisas, consternación, aplausos y cantos”, señala Julián Morcillo en un artículo publicado en Prensa Obrera.

“Tintorero” fue precedida por un recital de música. El grupo de rock Las Manos de Filippi abrió el espectáculo con la canción “Ballenas”, un pronunciamiento contra la criminalización de la protesta social. Luego tocó Willy Bronca, un joven que critica la realidad fusionando rap, folklore, jazz y trap. Cantó a capela y denunció los crímenes de la democracia argentina, reclamando justicia por Walter Nadal, Luis Espinosa, Santiago Maldonado, Jorge Julio López y por los pibes de San Miguel del Monte.

Por otro lado, Eduardo Penello, de la organización Apel, subió al escenario junto a una delegación de abogados y organismos de derechos humanos (Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, Serpaj, Correpi, Encuentro “Cachito” Furman, Apel y Ceprodh) y explicó la situación de la causa contra Arakaki.

Del festival participaron diputados y legisladores del Frente de Izquierda Unidad, entre ellos Gabriel Solano, Romina Del Plá, Vanina Biasi, Nicolás Del Caño y Juan Carlos Giordano. También se hicieron presentes compañeros luchadores del Polo Obrero. Y dirigentes sindicales como Néstor Rojas, de la CTA Autónoma, y Horacio Roca, de la dirección de la Asociación Argentina de Actores, así como delegaciones del Sutna, AGD, Ademys y la Junta Interna del Garrahan.

César, al igual que muchos otros activistas, es una persona que dedica buena parte de su vida a militar en defensa de los intereses de los trabajadores. Como socialista, interviene en política junto a sus compañeros y compañeras con el objetivo de agrupar a la mayor parte de la clase obrera en la lucha por terminar con la opresión y la explotación. Su participación en las masivas marchas contra la reforma previsional de Macri fue una expresión de todo esto. Es que ese zarpazo significó un retroceso en las condiciones de vida de los jubilados en particular y de los trabajadores en general.

La lucha en defensa del derecho de los trabajadores a protestar cobrará una importancia mayor en la etapa política que se viene. Es que por la envergadura de la ofensiva que los capitalistas se aprestan a llevar adelante contra la clase obrera, los gobiernos reforzarán sus rasgos represivos y la persecución contra quienes la enfrenten.

El derecho de los trabajadores a protestar es el más importante, porque además es un instrumento para conquistar otros. El gobierno de Milei busca ir hacia una democracia más represiva para hacer pasar su plan motosierra antiobrero. Reforcemos la pelea por la absolución de César y los cientos de procesados por luchar y contra todo intento de descargar la crisis capitalista sobre las espaldas de los trabajadores.

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