Libertades democráticas
2/11/2024
Neuquén
Las “palizas” que usan como prácticas de tortura en U32 de Zapala
El accionar encubridor del poder judicial.
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Denuncian métodos brutales de tortura.
El pasado miércoles 21 de agosto, en horas de la noche, integrantes del servicio penitenciario de la U32 de Zapala bajo la guardia del oficial Leiva llevaron adelante prácticas de violencia física y psicológica contra personas privadas de su libertad, al estilo de los cometidos en centros clandestinos de detención durante la última dictadura militar.
Adam Matías Quiñiñir, estudiante del CEPI N° 1 y víctima de esta situación, denunció en fiscalía local el accionar del servicio penitenciario con una solicitud de atención médica. Entre los hechos denunciados se detallan dos momentos en los cuales se realizan los actos de “paliza” esposado y encapuchado con su misma ropa.
El primero sucede en el patio trasero de la unidad, en medio de la nieve, recibiendo golpes de puño, rodillazos en cabeza, pisotazos y golpes en la cien con borregos reglamentarios, sumado a los insultos y tormentos psicológicos.
El segundo se desarrolla en una sala de aislamiento conocido como “el triangulito”, donde además de los golpes se suman saltos sobre tobillos de la víctima, ocurridos delante del oficial de turno a cargo de la guardia, el oficial de seguridad interna de unidad y el agente a cargo de enfermería, todos supervisores del desarrollo del accionar represivo que viola los derechos humanos y se encuentran penados por los artículos 144 bis, 144 ter del Código Penal y el propio Régimen Policial de la Provincia.
A casi dos meses de lo ocurrido, el pasado martes 29 de octubre, la Unidad Pública Fiscal, realiza un primer intento de archivar la causa argumentando no tener elementos concretos para formular un delito. Afirma que hay denuncias cruzadas, porque los agentes del servicio penitenciario intentan atribuir lo sucedido a un “ataque de ira, gritos y autolesiones”, incluso consignando información falsa en documentos oficiales.
A esto se debe sumar, la no asignación de un defensor/ra que represente a la víctima y la aplicación de sanciones internas a fin de castigar el acto de denunciar, perdiendo de esta manera sus salidas extraordinarias (de acercamiento familiar), mientras que los agresores siguen sin siquiera una imputación o sumario interno.
Según la fiscalía es el segundo caso denunciado en la U32. Según bancos de datos de Argentina, tres de cada cada denuncias realizadas por familiares y sujetos privados de la libertad están relacionadas con las “palizas” como método de tortura más utilizada por los servicios penitenciarios, muchas veces seguidas de muerte como en el caso de Pelozo, Iturri, ocurrido en 2008 en la U-9 de la provincia.
Estás prácticas cada vez más frecuentes son producto de una política represiva que sostiene desde hace años el gobierno del MPN, actualmente por el gobernador Rolando Figueroa. Son los métodos del aliado predilecto de Milei, que promueve el ajuste brutal, acuerdos salariales de miseria y la persecución a los movimientos sociales.
La tortura sistemática en los servicios penitenciarios se sostiene porque desde arriba de la alienta y se la encubre, porque se cuenta con la supervisión “médica” que le da el visto bueno, y con operadores judiciales que garantizan la impunidad.
Reclamamos justicia para las víctimas del sistema penitenciario. Los gobiernos son responsables de las muertes y las torturas.