Movilicémonos por la absolución de Arakaki y Ruiz en todo el país

El fallo vergonzoso del juez Javier Feliciano Ríos contra César y Daniel, donde los condenan a tres años y cuatro meses y tres años de prisión efectiva respectivamente, ha generado el repudio generalizado de todos los luchadores del país. Al mismo tiempo, se destaca el silencio sepulcral sobre este fallo del kirchnerismo y todas sus colectoras. La única fuerza política que intervino en las elecciones nacionales que se pronunció y realizó una fuerte campaña por la absolución de César y Daniel fue el Frente de Izquierda y los Trabajadores-Unidad. La importante elección realizada por el FIT-U es un espaldarazo a esta lucha y, al mismo tiempo, un mandato de lucha para llevar hasta las últimas consecuencias esta pelea clave para todos los trabajadores.

Desde las páginas de Prensa Obrera caracterizamos con antelación al fallo, que la imputación y el propio juicio constituía una persecución en regla a quienes se habían movilizado masivamente el 14 y 18 de diciembre de 2017 contra la reforma jubilatoria macrista, como primer paso para ir por una reforma laboral para liquidar los convenios colectivos y las conquistas de todos los trabajadores del país. El fallo confirma con creces esta comprensión ya que en el transcurso de todo el juicio la fiscalía no logró probar ninguna de las acusaciones a los compañeros. La imputación de “intimidación pública” está basada en la presunción que tanto César como Daniel “intimidaron” a los centenares de miles que se movilizaron ese día. Un verdadero absurdo, más aún, cuando no existió un solo manifestante que señalara haber sido “intimidado”. Al contrario, los testigos que formaron parte de esa jornada denunciaron los atropellos policiales y la represión. En el caso de las “lesiones en agresión”, no solo las imágenes muestran que César no fue responsable de las lesiones, sino que el propio policía agredido se retiró del juicio en su inicio como querellante frente a esta evidencia. Lo mismo sucede con la imputación de “atentado a la autoridad”, donde miles de manifestantes se defendieron de la avanzada represiva que apuntaba a desalojar la Plaza de los dos Congresos para que los diputados avanzaran en la votación con las inmediaciones vacías. Este repudio masivo a la ley de saqueo jubilatorio y a la represión se volvió a colocar por la noche con cacerolazos en centenares de esquinas de Capital y Gran Buenos Aires.

El avance de la condena a pesar de todas estas evidencias conforma un fallo netamente persecutorio, donde se intenta amedrentar a todos aquellos que consideran necesario movilizarse frente a los atropellos de los gobiernos de turno. El silencio cómplice del kirchnerismo coincide con sus pretensiones, avanzar en un acuerdo con el FMI que implique un brutal ajuste al conjunto del pueblo trabajador y avanzar en una reforma laboral de superexplotación en regla en todo el movimiento obrero. El acuerdo “Toyota” de entrega del convenio colectivo es la punta del iceberg de la política oficial en concurso con la burocracia sindical de todos los pelajes.

Todos por la absolución

La causa por la absolución de César y Daniel se inscribe en el centro de la situación política nacional. Las inconsistencias legales del fallo son completamente claras y se coloca en otro estrato del Poder Judicial la exigencia inmediata del rechazo a este fallo infame. Ahora será la Cámara de Casación Penal la que tendrá que pronunciarse sobre el fallo. La movilización y el pronunciamiento de miles y miles de trabajadores y luchadores a lo largo y a lo ancho del país será clave para arrancarle al Poder Judicial la absolución de los compañeros. En lo que queda del año redoblemos la movilización para conquistar nuevas adhesiones a esta lucha, que es la lucha por la defensa del derecho a movilización y de rechazo a los planes del gobierno, el FMI y todos sus cómplices.

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