Familiares y amigos de Lucas González, el joven asesinado por efectivos de la Policía de la Ciudad en Barracas, se concentraron este lunes en Tribunales en reclamo de justicia.

Lucas y tres amigos volvían en un auto de una práctica deportiva en el club Barracas Central, el miércoles pasado, cuando fueron interceptados por agentes de civil que se desplazaban en un vehículo no oficial y que empezaron a perseguirlos. El jugador que hacía las inferiores en el equipo rojo y blanco recibió dos balazos que le quitaron la vida, en tanto sus amigos fueron detenidos y hostigados. Para tratar de justificar la cacería contra los jóvenes desarmados, los oficiales arguyeron que estos estaban en “actitud sospechosa” y que uno de ellos había mostrado un arma de fuego, todo lo cual se reveló falso. El tío de uno de los jóvenes añadió que a los chicos les plantaron un arma de juguete. Desde su creación, la Policía de la Ciudad acumula 121 denuncias de gatillo fácil.

“Esta era el arma de mi hijo”, dijo Cintia López en el acto, mientras mostraba los botines de Lucas, para desmentir las versiones policiales. También tomaron la palabra amigos de Lucas y familiares de los chicos que viajaban con él. En la actividad participaron familiares de víctimas de otros casos de violencia policial. La concentración tuvo una tónica fuertemente crítica de las fuerzas policiales.

El abogado de la familia de Lucas, Gregorio Dalbón, conocido por ser el letrado de la vicepresidenta Cristina Kirchner, fue a contramano de esta tendencia. Paró a los jóvenes que cantaban contra la institución policial, tratando de restringir el asunto a los efectivos que asesinaron a Lucas. Sin embargo, la abrumadora cantidad de casos de gatillo fácil, la tortura en las comisarías y las cárceles, y el propio involucramiento policial en el delito, muestra que el problema es precisamente la institución. En San Clemente del Tuyú, se acaba de conocer otro de estos casos: un hombre de 35 años fue asesinado a golpes en una comisaría.

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El intento de restringir el crimen de Lucas a un grupo de ‘malos policías’ apunta a evitar un cuestionamiento general del aparato represivo.El abogado es consciente que en el cuadro de descontento por la situación social, los asesinatos y abusos de las fuerzas policiales pueden ser un disparador para una mayor intervención popular poniendo en jaque a todo el régimen político. Es clave tanto para Juntos por el Cambio como para el Frente de Todos mantener disciplinadas a las barriadas, en medio del ajuste y un crecimiento de la pobreza. Dalbón sale al rescate de la policía (y del gobierno) de Axel Kicillof y de Horacio Rodríguez Larreta, por eso cuestionó intervenciones políticas que apuntaban a la responsabilidad del Gobierno de la Ciudad en el accionar policial.

El gatillo fácil y la tortura de la Policía de la Ciudad, la Bonaerense y todas las fuerzas de seguridad plantea la lucha por justicia para las víctimas, la apertura de los libros de las comisarías, y el desmantelamiento del aparato represivo.