Libertades democráticas
4/12/2025
Otro caso de gatillo fácil en Córdoba
Las declaraciones del ministro de Seguridad Quinteros apuntan a justificar el crimen policial.
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Foto: eldocetv
El pasado martes 2 de diciembre, en horas de la noche, un policía mató de un disparo en el pecho a una persona que, según la versión oficial, estaba robándole a un repartidor. El hecho ocurrió en el barrio Teodoro Fels de la ciudad de Córdoba, cuando la víctima y un acompañante fueron interceptados por efectivos que, luego de dar la voz de alto, le dispararon al pecho de un hombre de 33 años, que murió en el lugar. El fiscal Horacio Vázquez, que está a cargo de la investigación, hasta el momento no tomó ninguna decisión respecto a la situación del policía que disparó.
Horas después, el ministro de Seguridad de la provincia realizó declaraciones sobre lo sucedido, afirmando en La Voz del Interior que la víctima fatal tenía “frondosos antecedentes delictivos, ha purgado una condena”, y justificó el disparo en el pecho diciendo: “imagínese una persona que estaba trabajando de delivery lo apunten con un arma en la cabeza”. Sin decir ni una sola palabra de que el accionar del efectivo está totalmente por fuera de todo marco legal, dado que en Argentina no existe pena de muerte.
Además, cuando todavía estaba fresca la sangre de la víctima, desde diferentes medios de comunicación puntualizaron en el robo, omitiendo realizar referencia sobre que la policía, si hubiese querido reducir al supuesto ladrón, podría haber actuado de otra manera. Este homicidio se suma a los ya numerosos antecedentes de crímenes cometidos por las fuerzas de (in)seguridad en la provincia y es una evidencia de la bestialidad con la que opera el aparato policial.
Vale recordar que, días atrás, esta misma policía mató a golpes a Samuel Tobárez en la localidad de Parque Siquiman y son innumerables las muertes por gatillo fácil y abuso policial. En lo que va del año alrededor de 15 policías fueron imputados por violencia de género, homicidios y narcotráfico.
Este caso no es aislado, sino que responde a una política de Estado. Resulta que el gobierno de Córdoba refuerza su alineamiento con Milei y Bullrich, lo que va en sintonía con profundizar las políticas represivas y reforzar a un aparato cada vez más descompuesto, en este sentido ha incrementado la inversión para la policía, mientras los hospitales y las escuelas se caen a pedazos.
Así las cosas, el fortalecimiento del aparato represivo no tiene como objetivo atacar el delito, más bien se trata de una política que busca imponer la agenda antiobrera de Milei y sus colaboradores. En este sentido, los trabajadores debemos organizarnos contra el gobierno de narcos, coimeros y estafadores y rechazar la represión y las reformas que atentan contras nuestras condiciones de vida. Es necesario una intervención independiente, en esa orientación, el Partido Obrero impulsa asambleas para construir la fuerza que pueda ir por la huelga general que derrote las políticas reaccionarias de quienes gobiernan.




