Libertades democráticas
29/3/2025
Rolando Figueroa equipa a las fuerzas especiales represivas de la policía provincial
Refuerza al grupo especial Uespo, que actuó en Arroyito cuando fusilaron al compañero Carlos Fuentealba.
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Al estilo Bullrich.
En un acto junto al ministro de Seguridad de Neuquén, el gobernador Rolando Figueroa entregó equipos al grupo especial Uespo de la policía provincial, para enfrentar “situaciones de riesgo”. Se trata del tristemente célebre equipo que actuó en Arroyito cuando fusilaron al compañero Carlos Fuentealba.
El monto destinado a tal fin supera los $ 1.100 millones, que contrasta con el ajuste que sufren comedores y merenderos barriales.
Resulta toda una definición que el gobierno haga un acto de equipamiento de su brazo represor a escasos días del 24 de marzo y a horas de dos fechas que recuerdan dos actuaciones represivas contra huelgas de Aten: en 2006 cuando una patota integrada por punteros del MPN, policías y buchones de la Uocra desalojó el piquete sobre la planta de YPF en Plaza Huincul; y el 4 de abril de 2007 cuando se produjo el fusilamiento de Carlos Fuentealba por parte de esta misma policía que ahora es equipada con sofisticadas armas, municiones y cascos.
El ministro de Seguridad lo dijo sin eufemismos: “modernizar a la Policía y hacer ahorros, evitando gastos superfluos para que los fondos vayan donde deben ir… nuestra tarea es brindar las mejores herramientas y equipamiento ” (LMN 28/3).

Continúa la motosierra en 2025
Mientras se destina al aparato represivo un monto equivalente a la construcción de varias aulas, o que serviría para incrementar las partidas de refrigerio de las escuelas, el gobernador acaba de anunciar que en lo que resta del año se implementará un recorte del 12% en los gastos corrientes.
Toda una definición, porque se trata de los gastos que presupuesta el Estado para atender la educación y salud, las obras públicas, la ayuda social, etc, gastos que de ninguna manera son “superfluos” y que deben incrementarse, no recortarse.
El gobernador no incluyó entre los recortes otros egresos, como los montos destinados a pagar la deuda dolarizada y sus intereses usurarios. Esa deuda está garantizada con los ingresos del fisco provincial (regalías, coparticipación nacional), por lo que los acreedores buitres tienen asegurado cobrar hasta el último centavo de dólar.
Una garantía que no tienen los vecinos de las barriadas para obtener aunque sea una comida diaria en los comedores, o las mujeres sometidas a situaciones de violencia o que las proteja de sus agresores.
Menos aún incluye recortar las eximiciones impositivas o subsidios destinados al empresariado local y a las multinacionales que operan en la provincia. Es la fiel expresión del papel de los gobiernos que administran el Estado por cuenta y orden de la clase capitalista.
Esto es lo que impulsa la militarización de las fuerzas policiales locales. Que esta militarización sea para combatir mejor al narcomenudeo es un cuento chino. Cada vez que desarman un kiosco narco se abren varios otros, pero además cada vez que se desmantela una banda importante queda en evidencia que se trata de una caída en desgracia o una vendetta de bandas rivales.
Lo muestra el caso del decomiso hace unos meses de 780 kilogramos en cocaína valuados en U$S15 millones en la pequeña localidad neuquina de Caviahue, próxima a la frontera con Chile, que ni mosqueó a la policía neuquina. A pesar que como informan los medios la banda “planeaba cruzar la droga a Chile en un convoy de camionetas, tras reunirse en un complejo de cabañas de Caviahue, para seguir luego por un paso fronterizo. Una curiosa empresa porteña, una ganadera en los papeles, había pagado su estadía en el complejo, con un depósito de 680 mil pesos” (Infobae 8/7/2024).
Quienes conocen Caviahue saben que semejante movimiento en la pequeña localidad es imposible que pase desapercibido.
Queda entonces claro a quienes están destinadas las armas, municiones y equipos que ha recibido la Uespo.

