Un nuevo condenado por el crimen de Lucas González

Víctima de gatillo fácil en 2021.

Lucas González.

En la mañana del viernes 25 de octubre se dictó una nueva sentencia por el crimen de Lucas González. En esta ocasión por el delito de ocultamiento de pruebas y plantación de elementos ajenos a la escena del crimen. 

El acusado y condenado es Facundo “Cachorro” Torres, exagente de la policía de la Ciudad de Buenos Aires. Fue encontrado culpable de “Encubrimiento agravado por la condición de funcionario público, por ser el delito precedente especialmente grave”. De este modo, los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional número 29 contextualizaron el crimen del joven como un hecho enmarcado en un “Contexto de violencia institucional”. 

El asesinato del jugador de las inferiores del Club Barracas Central sucedió en el mismo barrio del sur de CABA, el domingo 17 de noviembre de 2021, a pocos metros del lugar de entrenamiento, cuando un grupo de policías de la brigada sexta de la división Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 tirotearon el coche en el cual se transportaba Lucas y sus amigos. Balacera sin aviso de alto por parte de las fuerzas de seguridad que culminó a escasos metros de la esquina de avenida Iriarte y Vélez Sarsfield. Uno de los balazos terminó alojado en el cráneo del chico, provocándole su deceso horas más tarde en el Hospital El Cruce de Florencio Varela. 

El primer juicio culminó con la prisión perpetua para tres oficiales, y penas de entre cuatro y ocho años a otros seis efectivos de la misma fuerza represiva local. 

La participación de Torres tratando de modificar la escena del crimen es clara. Videos muestran cómo se va del lugar, y, pocos minutos más tarde, regresa para plantar en el auto acribillado un revolver de juguete, con el fin de hacer pasar el hecho como un enfrentamiento y no una masacre. El efectivo policial terminó cayendo porque otro integrante de la comisaría se quebró e informó cómo se “alardeaba contando cómo había colocado la falsa arma”.   

El tribunal no ha tomado parte en su condena del delito de privación ilegítima de la libertad que sufrió Lucas en sus últimas horas de vida. En el hospital estuvo custodiado por la misma fuerza policial asesina, tratándolo como un delincuente.  

Por otro lado, el veredicto establece la separación del policía por el término de diez años. Al ser un agente joven, el Estado goza de la libertad de reintegrarlo a la fuerza. Por qué no lo haría, si Luis Chocobar, oficial de la policía municipal de Avellaneda quien en 2017 asesinó por la espalda a Pablo Kukoc (al igual de Lucas González, de 18 años), siguió trabajando en tareas administrativas. 

Minutos después de la sentencia, en una sala abarrotada de familiares y amigos cantando “Yo sabía, yo sabía, que a Lucas, lo mató la policía”, Héctor, padre del joven asesinado en Barracas, en conversación con los periodistas, marcado por la angustia y la emoción, expresó que “Cerramos esta lucha de tres años desde el asesinato de Lucas con una buena justicia (…) Estamos agradecidos con toda esta gente porque siempre nos acompañó y nos dio las fuerzas para seguir adelante. Han pasado tres años, hoy Lucas tendría 20, pero vive en sus amigos. Los vemos crecer y vemos que Lucas sigue estando con ellos”.

Tanto los dos juicios efectuados como las condenas dictaminadas son resultados de la enorme movilización del círculo cercano de la víctima, acompañados de vecinos, trabajadores y organizaciones de derechos humanos y políticas del barrio. La lucha por justicia contó con movilizaciones, piquetes en la esquina del crimen, actos y festivales. 

A pocas semanas de conmemorarse un nuevo aniversario de este terrible suceso de gatillo fácil, la lucha por el juicio y castigo a los responsables políticos sigue siendo un capítulo pendiente. Comenzando por Eugenio Burzaco, para aquel entonces ministro de Seguridad y Justicia de la Ciudad de Buenos Aires. Como así también del jefe de Gobierno de ese momento, Horacio Rodríguez Larreta. Ambos integrantes de Juntos por el Cambio (Pro). Tampoco se olvida el silencio cómplice que jugó el Ejecutivo nacional, encabezado por Alberto Fernández, Sergio Massa y Cristina Fernández de Kirchner (PJ). 

Lucas González es uno de las cientos de casos de pibes y piba reprimidos, maltratados y asesinados por las fuerzas represivas del Estado. Es urgente seguir ganando las calles contra el gatillo fácil. Por el total desmantelamiento del aparato represivo. Cárcel a todos los responsables de la masacre de Barracas. 

¡Lucas González, presente, ahora y siempre!

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