Asamblea de Villas por la Urbanización Real se movilizará a la legislatura el 1 de marzo

Un camino de lucha para defender el derecho de los trabajadores y trabajadoras a vivir en la Ciudad.

Cuando Larreta decidió mudar la sede de la Jefatura de Gobierno para apuntalar la especulación inmobiliaria de la zona sur de la ciudad y, de paso, alejarse del centro político del país, olvidó que no sólo estaba trasladando las oficinas gubernamentales, sino que también llevaba con ellas los reclamos y las denuncias de los trabajadores y trabajadoras que habitan la Capital. Y es que los vecinos de Parque Patricios se encontraron el miércoles con un escenario novedoso: casi mil compañeros y compañeras de las villas de la ciudad realizaron una enorme asamblea frente a la jefatura por una urbanización real de sus barrios.


Convocada por la Coordinadora de Villas por la Urbanización Real, la asamblea contó con la presencia de vecinos de la Villa 31 y 31 BIs, del Playón de Chacarita, de la Villa 20, de La Carbonilla, de la 1-11-14, Piletones, Fátima, Ramón Carrillo, Ciudad Oculta, Cildañez, 21-24 y Rodrigo Bueno, entre otros asentamientos, y con la presencia de compañeros del Polo Obrero, del Partido Obrero, vecinos de la Garganta Poderosa, del Hormiguero y más agrupaciones. También se hicieron presentes el legislador del Partido Obrero-FIT Gabriel Solano y llevaron sus saludos los asesores de distintos bloques de la legislatura, como el PJ y el PTS-FIT.


La lucha es ahora


La lucha por la urbanización es una lucha histórica de todos los barrios populares de la ciudad. Sin embargo, el macrismo ha reconvertido el significado de la urbanizacion, colocando la idea de “integrar las villas a la ciudad formal”. Pero esta “ciudad formal” viene acompañada de impuestazos, tarifazos y costos altísimos que los vecinos de las villas no pueden abordar. El caso de la 31 es el más extremo, donde la hipoteca y el endeudamiento eterno son la regla. Se le entrega la tierra a empresas y bancos, mientras que a los vecinos no les garantizan ningún punto de arraigo.


Muchas de las corrientes y organizaciones que intervienen en las villas han puesto expectativa en los canales de diálogo que abrió el gobierno, quien les ha entregado obras para mejorar los barrios simulando que de esa manera “la urbanización la hacemos entre todos”. Sin embargo, a más de un año de la aprobación de las leyes de urbanización del Playón de Chacarita y la Villa 20, podemos afirmar que estas obras no resuelven los graves problemas de infraestructura y que la prioridad del gobierno es la apertura de calles. Mientras terminan las viviendas nuevas – que son escasas y no alcanzan para todos sus habitantes –, las villas se siguen inundando, sin agua, sin cloacas; es decir, sin infraestructura. En el caso de la villa 20, mientras no hay agua en varias manzanas, el Instituto de la Vivienda cobra y endeuda en cuotas a los vecinos que relocaliza en las viviendas nuevas. En la 21-24, el agua que consumen la mayoría de las familias del barrio está contaminada con material fecal.


Con estas denuncias y reclamos, la resolución más importante de la asamblea fue movilizar a todos los barrios a la Legislatura el próximo 1 de marzo, cuando Horacio Rodríguez Larreta pronuncie su discurso de apertura del año legislativo.



Método y programa


La asamblea de villas estuvo precedida por numerosas asambleas en los barrios de la ciudad, impulsadas por activistas y referentes de cada lugar con la perspectiva de unificar la lucha por la vivienda digna y fortalecer la unidad de barrios para que las urbanizaciones no sean un canal de expulsión sino que resuelvan las situaciones de emergencia que viven las familias trabajadoras en las barriadas. En estas asambleas se discutió la situación de cada villa, sus reclamos y se votó un programa y un plan de lucha para rechazar las urbanizaciones truchas del gobierno e impulsar una acción conjunta de los barrios por una urbanización real.


La gran ausencia en estas asambleas fueron la mayoría de los cuerpos de delegados de los barrios, muchos de los cuales han sido cooptados por el gobierno y se encuentran con sus mandatos vencidos. Muchos de los referentes históricos de los barrios, que han luchado durante años por la urbanización, hoy se encuentran defendiendo al gobierno, que les da obras a sus cooperativas a cambio de defender estos procesos. Ante la ausencia de órganos de representación real y democrática para organizar la lucha, los vecinos comenzaron a agruparse alrededor de la Coordinadora de Villas.


A medida que se iban realizando nuevas asambleas, el programa fue recogiendo la experiencia de lucha de cada lugar, hasta darle forma a un detallado programa de reivindicaciones de los barrios de la ciudad elaborado por los vecinos.


Dentro de los puntos que unifican la lucha de esta coordinadora está el derecho al arraigo de los vecinos a sus barrios, es decir le derecho a vivir en la ciudad, la elección inmediata de delegados y representantes, el derecho a la vivienda para propietarios e inquilinos, participación y control vecinal de las obras, obras de infraestructura inmediata, rechazo a la hipoteca y al endeudamiento, construcción de viviendas nuevas para la totalidad de los vecinos afectados por las obras, acceso a la salud y a la educación, garantía de la continuidad laboral de los vecinos, entre otras. 


El repudio a las mafias a las patotas también ocupa un lugar central, ya que tanto en el Playón de Chacarita como en la Villa 31 punteros ligados al gobierno han golpeado a compañeras mientras desenvuelven estas denuncias.


Las tareas de esta coordinadora son inmensas, pero toda una nueva generación de activistas de las barriadas se preparan para defender este derecho. 


Con esta perspectiva nos sumamos a la convocatoria que realizarán los sectores en lucha de la ciudad y la Coordinadora de Villas por la Urbanizacion Real a la movilización del 1 de marzo en la Legislatura para arrancar todas nuestras reivindicaciones.