Crece la organización y lucha piquetera al calor de la crisis

El Frente de Lucha Piquetero expresa un salto en la conciencia de los desocupados.

Willy Monea / Ojo Obrero fotografía

El movimiento piquetero asiste a un proceso de organización, desarrollo y acción en pleno ascenso, lo que ha quedado retratado en jornadas masivas como la del 18 de febrero (con 100.000 desocupados en todo el país) y el reciente Plenario Nacional Piquetero del 26 de febrero, que discutió un programa y resolvió un plan de lucha contra el ajuste y la carestía.

Pasando revista al ajuste macrista y la continuidad de las políticas antiobreras bajo el gobierno de Alberto Fernández, el Frente de Lucha Piquetero (FLP) -que nuclea a las organizaciones de desocupados independientes del Estado- formuló su programa, reclamando trabajo genuino, seguro al desocupado igual a la canasta básica, alimentos, tierra y vivienda y políticas de Estado contra los femicidios, entre sus principales reivindicaciones.

La promesa del gobierno de priorizar a los más pobres ha sido incumplida, dejando un saldo de otros 2 millones de nuevos pobres. El gobierno antepone el acuerdo con el FMI a la agenda de reclamos populares. Allí se inscriben los límites y, luego, la eliminación del IFE, la pérdida de empleo, la falta de alimentos e insumos sanitarios, los programas congelados y un salario mínimo que corre detrás de la inflación.

La suba de los alimentos y bienes de consumo masivo golpean principalmente a las familias más pobres, y se suma a la presión de los alquileres (62% de aumento en 2020), servicios y gastos necesarios para vivir.

Las “dificultades” de la contención oficial

El documento aprobado por las organizaciones piqueteras caracteriza un proceso de contención de las denominadas “organizaciones sociales” vinculadas con el actual gobierno, que ya bajo el macrismo renegaron de salir a las calles contra el hambre. Ahora, con Fernández, encuentran dificultades para justificar su pasividad, lo que ha dado lugar a algunas acciones parciales y aisladas, y a desprendimientos de grupos alineados con esta política.

El documento aprobado por las organizaciones piqueteras caracteriza un proceso de contención de las denominadas “organizaciones sociales” vinculadas con el actual gobierno, que ya bajo el macrismo renegaron de salir a las calles contra el hambre. Ahora, con Fernández, encuentran dificultades para justificar su pasividad, lo que ha dado lugar a algunas acciones parciales y aisladas. El Triunvirato Cayetano (CTEP, Somos-Barrios de Pie y CCC) se integró directamente al Estado y enfoca su atención en el reconocimiento oficial del gobierno del pseudosindicato Utep.

El FLP, que nunca ha abandonado la calle, ha mostrado un gran desarrollo sobre la base de agrupar a nuevos miles de desocupados y de absorber a compañeros y compañeras que se alejan de las filas de las organizaciones oficialistas ante la falta de iniciativa de estas y las presiones punteriles a las que son sometidos.

Frente único contra el pacto social y el ajuste

El programa votado en el Parque Lezama ya tuvo una primera acción el pasado 4 de marzo, con una contundente jornada nacional en el centro porteño, que se dirigió al Ministerio de Trabajo en reclamo de aumento del salario mínimo (hoy en 21.600 pesos) del cual dependen los programas sociales de 10.800.

Cuando el gobierno blanquea sus intención de convertir a los desocupados y los programas sociales en mano de obra barata para deprimir salarios de convenio, el movimiento piquetero rechaza la superexplotación bajo el mote de la “Economía Popular” y refuerza el frente único de acción para derrotar el ajuste fondomonetarista.

En estos días se está discutiendo una acción con distintas organizaciones por fuera del FLP, que podría convertirse en la más numerosa y contundente bajo el gobierno de Alberto Fernández y que expresa un canal de lucha contra el pacto social del gobierno con la burocracia sindical y organizaciones sociales afines.

El crecimiento del movimiento piquetero independiente se encuentra signado por la crisis social y económica que golpea al país, agravada por las políticas antiobreras del gobierno de Alberto Fernández. Desde el FLP ya han señalado que, de consumarse el acuerdo con el FMI, esto implicará mayores penurias para el pueblo trabajador, con recortes en el presupuesto público -como ya ocurre- y más garantías para el capital financiero en detrimento de los trabajadores.

Estos meses serán decisivos para oponerle al ajuste de Fernández y el FMI el programa resuelto por el Plenario Nacional Piquetero, con despliegue masivo en las calles y una extensión del fantasma piquetero que ya recorre todo el país.