La catástrofe que se repitió en las últimas semanas y que amenaza con repetirse en los próximos meses no solo tiene que ver con el evidente cambio climático. El ajuste que se viene aplicando a la inversión en obras públicas centrales y la ausencia de planes de viviendas, obliga a que las familias armen su propio plan de “urbanización”, creando un caos urbanístico que además sufre la especulación inmobiliaria sin control.

Por otro lado, la eliminación total del programa Potenciar Trabajo sacó a más de 800.000 trabajadores y trabajadores de la limpieza de sumideros, cordones, cunetas, limpieza de plazas, recolección de ramas y corte de pasto de las banquinas y pastizales de los barrios más pobres, que son los más inundados y afectados.

Ni los municipios, ni las provincias, ni mucho menos la Nación han previsto ninguna medida, ni presupuestaria, ni sanitaria.

En la Ciudad de Buenos Aires el temporal golpeó duramente a las familias. Los barrios de Soldati, la villa 1-11-14, la villa 21-24, la 20 y Barracas fueron de las zonas más afectadas. Los propios vecinos empezaron a organizarse para elevar el reclamo al gobierno de Jorge Macri que brilló por su ausencia los días de temporal y los posteriores, mientras las familias perdían todas sus pertenencias y veían como sus viviendas quedaban destrozadas. Una movilización a la Jefatura de gobierno junto con otra concentración al Instituto de la Vivienda logró que desde el Ministerio de Desarrollo Humano de la Ciudad se distribuyan algunos pocos colchones y frazadas.

La situación en el conurbano bonaerense fue catastrófica e impulsó la organización de los damnificados para recuperar algo de lo perdido.

Manzanares-Luchetti, una localidad de Pilar rodeada de barrios privados y countries, fue una de las más golpeadas por estas inundaciones. Vecinos organizados en el Polo Obrero comenzaron a sacar a las familias y evacuarlas en las casas linderas donde no había llegado el agua, incluyendo el comedor del barrio.

Gracias a la posterior organización en ollas populares y asambleas y con un reclamo dirigido a distintos municipios de la zona norte de la provincia se lograron recuperar ropa, calzado, medicamentos, agua potable y algunas cajas de alimentos en José C. Paz, San Martín, Escobar, Pilar y Tigre. Por otro lado, la intendencia de Pilar empezó los trabajos de limpieza en el barrio con el levantamiento de ramas y basurales a cielo abierto, y el envío de alimentos y kits de limpieza a las familias.

En la zona oeste del conurbano también surgieron acciones reclamando a los municipios algunas respuestas después de la tormenta. En Merlo se hicieron asambleas y ollas populares en el Parque San Martín y un corte en Pontevedra de vecinos autoconvocados. En Moreno las familias damnificadas cortaron la Ruta 25 en la entrada al barrio Gloria y la Ruta 23 a la altura de Villanueva. Un funcionario del municipio se acercó a esta última para tomar los datos de los vecinos y durante el fin de semana se estuvieron distribuyendo colchones, alimentos, chapas y algunos elementos de limpieza. De todas formas, desde la municipalidad de Moreno no dieron ninguna respuesta respecto de las obras inconclusas que son fundamentales para evitar futuras catástrofes.

Las consecuencias son responsabilidad de que los gobiernos año tras año hayan abandonado los barrios populares, reducido los presupuestos en mantenimiento, destruyendo los salarios y desmantelando las estructuras de obras y servicios públicos y ahora con este gobierno, directamente destruyendo y desarticulando lo poco que quedaba de estructura estatal para servicios públicos y saneamiento y hasta de alimentos.

No existe la previsión de atención de la emergencia con depósitos que hagan reservas de colchones, chapas, alimentos, elementos de limpieza y de protección contra el dengue, fumigación, etc.

¡Necesitamos respuestas urgentes! La responsabilidad es de los gobiernos municipales, provinciales y nacional.

https://www.prensaobrera.com/politicas/este-6-abril-veni-a-las-asambleas-abiertas-del-po-para-luchar-contra-milei