Movimiento piquetero
14/11/2025
La reforma laboral también es enemiga de changueros, desocupados, monotributistas y precarizados

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Corresponsal.
La reforma laboral es también enemiga de los desocupados que changuean, cartonean, tienen un laburo en negro o, en el mejor de los casos, son obligados a ser monotributistas.
Por varios motivos. Porque la reforma propone hacer trabajar más a los que tienen trabajo, sea por mayor jornada, por menos descansos y vacaciones o por mayor explotación y productividad en sus trabajos. Por otro lado propone hacer gratis o insignificante el despido. A esto sumemos la elevación de la edad jubilatoria a 70 años que pretenden en la reforma previsional. Son todos factores que crean más desocupación y por lo tanto mayor competencia para conseguir el sustento para quienes ya estamos desocupados.
Esto ya ocurrió con las reformas laborales de la dictadura, la de los años ’90 que llevó los desocupados al 18% de la población activa y con la Ley Banelco de De la Rúa que terminó en el desastre del 2001/2002 con millones de trabajadores que fueron a la calle, sin trabajo. Y, bien mirado, está ocurriendo ahora con la Ley Bases de Milei y con la recesión que nos castiga con este gobierno.
Pero nos dicen que los “privilegios” de los que trabajan en blanco y tienen al menos un convenio colectivo y una obra social, aguinaldo y vacaciones, son el motivo que impide crear empleo. O sea que con menos derechos habría más empleo. Sin embargo, los tres gremios con más trabajo en negro son los que menos derechos tienen: empleo doméstico, trabajo rural y construcción.
Mienten. Solo pretenden una mayor explotación de los que trabajan para ampliar el beneficio capitalista y patronal. Esto, a su turno, deprime el mercado interno. Lo que crea trabajo es la reactivación económica, la obra pública, la construcción de viviendas, la apertura de industrias, el movimiento comercial, todo lo contrario de lo que ocurre ahora.
Los salarios de hambre que ganan la abrumadora mayoría de los trabajadores deprimen el mercado interno y como consecuencia hay despidos y menos trabajo para todos. Incluso para los desocupados que changueamos.
Desde el movimiento piquetero combativo rechazamos todo esto, nos asociamos al reclamo de mejores salarios, a luchas como la del Garrahan, no solo porque allí se atienden nuestros hijos, sino también porque con mejores salarios y movimiento económico habrá más puestos genuinos de trabajo por los que luchamos. Lo mismo que un plan de obras públicas y de un millón de viviendas populares para crear puestos de trabajo. Milei es cero obra pública y cero vivienda.
Ellos proponen llevar los que están en blanco a la situación de los que están en negro. Y es mentira que eso termina con el trabajo en negro, porque las patronales negreras de La Salada o del puerto de Mar del Plata, o de la construcción, o del campo, facturan en negro para evadir impuestos y de allí pagan los salarios en negro.
Igual viene un debate. ¿Qué hacemos con cartoneros, monotributistas y precarizados? Luchamos por su convenio, por el pase a planta. Un cartonero trabaja para la industria del papel que gana fortunas. El barrendero con un plan debería ser municipal. El tercerizado tiene que pasar al convenio principal de la actividad. Y así de corrido.
Tampoco podemos aceptar que no haya más “impuestos al trabajo”, el verso para terminar con las obras sociales y con la jubilación. Es el esclavismo. Nos quieren volver al siglo diecinueve en el siglo veintiuno. Vamos contra la reforma laboral junto a toda la clase obrera. Vamos por puestos genuinos de trabajo. Por un salario equivalente a la canasta familiar. Por el reparto de las horas de trabajo disponibles entre todos. Vamos por la unidad de ocupados y desocupados. Paro activo y plan de lucha hasta la huelga general para derrotar a Milei.




