Los reclamos piqueteros se hicieron escuchar desde Ushuaia a la Quiaca

Balance de la gran jornada nacional que impulsó el Frente de Lucha Piquetero el pasado 28 de enero.

Fotos Ojo Obrero Fotografía de Santa Fe, Chaco, Entre Ríos y Mar Del Plata

La movilización de decenas de miles de piqueteros el pasado 28 de enero, que recorrió literalmente el país de Ushuaia a la Quiaca, irrumpió en la modorra del verano con enorme fuerza para colocar los reclamos del movimiento piquetero. Estos, lejos de resolverse, se han profundizado al calor del ajuste que el gobierno de los Fernández llevan adelante desde el inicio mismo de su mandato. La sumisión a la política que exige el FMI y la burguesía criolla por parte del llamado Frente de Todos ha quedado claro desde un inicio, cuando congeló la fórmula jubilatoria antes de la pandemia y encaminó su gobierno hacia un acuerdo con las acreedores de la deuda externa.

La jornada del 28 fue extraordinaria en su extensión y en la participación de miles de desocupados, en su mayoría jóvenes. Por primera vez la extensión llegó a 20 provincias, e incluyó nuevos núcleos del Polo Obrero y de otras organizaciones sociales del Frente de Lucha Piquetero. Se incorporaron provincias como el caso de Formosa, que estaba en fase 1 de cuarentena y en un estado de sitio del gobierno de Gildo Insfrán contra la población. Se destacó también en la jornada en Chaco, donde hubo cortes en 10 rutas y ciudades, se incluyeron a los compañeros de los pueblos originarios y sumaron al reclamo por la falta de agua potable en el medio de las altas temperaturas del verano. En el sur, hubo movidas y movilizaciones en Chubut, Tierra del Fuego y Santa Cruz, en esta última cortando la ruta 3 que es central en el transporte de la provincia y con un acampe frente a YPF que aún continúa con extrabajadores que reclaman trabajo genuino en la petrolera.

Esta enorme movilización es la respuesta a una política criminal del gobierno nacional, acompañado de los gobiernos provinciales y de la capital, que aplican un ajuste brutal contra la población con la eliminación del IFE, presupuestos a la baja provinciales, mientras los que tienen la suerte de tener un programa social perciben ingresos muy por debajo del costo de vida que crece al ritmo de la inflación. Un ajuste en regla al servicio del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, que el gobierno considera prioridad frente a los reclamos populares más elementales como es el de la entrega de comida para los comedores populares. En ese sentido, las organizaciones denunciamos que los alimentos para los comedores populares son de bajísima calidad y de un valor nutricional pésimo, y que hace dos meses han dejado de asistir a la totalidad de ellos argumentando problemas logísticos. En el sur del país la situación es aún peor, porque los comedores no reciben alimentos ¡desde hace 3 o hasta 6 meses! Esto en medio de una recesión y un aumento extraordinario de la desocupación.

Esta primera medida del año ha tenido una altísima participación de todos los barrios populares, que ven cómo sus ingresos se pulverizan al calor de una inflación galopante que en diciembre se llevó el 4% de los ingresos de los trabajadores, y que en el rubro alimentos es más pronunciada, lo que empuja a la pobreza a millones de personas.

El gobierno nacional y el ministro Daniel Arroyo, por su lado, han ratificado la continuidad de su política tanto en el terreno social como en el económico. Seguramente los bancos se habrán sentido satisfechos por esas declaraciones, pero en las barriadas populares la desilusión con el gobierno nac&pop va dando paso a la bronca popular, por ahora contenida por la burocracia sindical y los grupos piqueteros cooptados por el gobierno, que juegan un enorme papel de contención. Pero de a poco empieza a resquebrajarse ese corset, más tarde o más temprano se romperá ese dique porque el gobierno nacional, las burocracias y los movimientos sociales cooptados como el Triunvirato no pueden dar ninguna respuesta a los más elementales reclamos de la población trabajadora. Que el salario promedio esté por debajo de la canasta de pobreza. la jubilación mínima en niveles de indigencia y programas sociales más bajos aún, muestra que la situación social es un polvorín que puede estallar en cualquier momento.

El Frente de Lucha Piquetero se ha colocado nuevamente en la calle enfrentando a otro gobierno ajustador, que como el de Macri, el de los Kirchner, los de las últimas décadas, priorizan los compromisos con los acreedores internacionales y los subsidios a la burguesía, postergando a la mayoría popular y condenando al país económica y socialmente.

Por eso este frente único piquetero suma nuevas organizaciones que rompen con el inmovilismo y el seguidismo al nacionalismo burgués, como ocurre con el caso de una nueva organización que se incorpora a la lucha abierta contra el gobierno: se trata del Frente de la Resistencia, un desprendimiento del Frente Popular Darío Santillán que participó de la movilización del 28 y se incorporó a la mesa nacional del Frente de Lucha, mostrando una vez más que este es un canal independiente, de lucha clasista e inclaudicable por los reclamos de los desocupados.

Perspectivas

Es indudable que los trabajadores necesitamos enfrentar esta política de ajuste proimperialista y de defensa de los intereses de la clase capitalista de conjunto, que tiene una continuidad con el gobierno de Macri a pesar de la alharaca antimacrista, porque son pagadores de la deuda que adquirió el gobierno del PRO y perpetuadores de una política de ataque a los jubilados, de paritarias a la baja y de ajuste contra las masas para hacerles pagar la crisis que han provocado los capitalistas.

El Frente de Lucha Piquetero ha tenido una evolución desde el inicio de sus acciones unitarias bajo el gobierno de Macri, que se manifiesta en su programa, en sus declaraciones y en sus tres plenarios nacionales que enfrentaron en soledad al gobierno anterior, contra la política de bloqueo del Triunvirato y de la burocracia de la CGT y las CTAs que jugaron toda su fuerza a favor del gobierno de los Fernández y hoy trastabillan en los gremios, en los barrios, sin en poder explicar el derrotero de un gobierno que se muestra propatronal y proimperialista.

La perspectiva que ha planteado este Frente de su constitución y la realidad social que destruye el trabajo, la producción y el desarrollo nacional, pone a la orden del día la necesidad de impulsar la realización de un nuevo plenario nacional piquetero, que convoque a los sectores conscientes y honestos del movimiento de desocupados a romper con la sumisión al gobierno nacional, y que impulse un programa y un planteo político general para poner en la calle un plan de lucha por las reivindicaciones inmediatas: por un seguro al parado equivalente a la canasta familiar y el trabajo genuino como reivindicaciones centrales.

Este plenario nacional, cuya convocatoria comenzará a discutir el Frente de Lucha Piquetero la semana que viene, tendrá también el desafío de convocar a los sectores del movimiento obrero que rompen con la burocracia sindical, como el Plenario del Sindicalismo Combativo y otros sectores, para unir en un plan de acción común a ocupados y desocupados con reclamos comunes, con el objetivo de impulsar en toda la clase obrera plenarios de base, asambleas, movilizaciones, piquetes, en el camino de un paro nacional y un plan de lucha. Es un rumbo imprescindibles para el conjunto de la clase obrera, para derrotar las políticas del gobierno ajustador e imponer las reivindicaciones del movimiento obrero ocupado y desocupado.

Se abre en ese sentido una oportunidad para convocar a las masas oprimidas a un canal de lucha que debe ir madurando, con la acción directa en las calles en perspectiva hacia la huelga general. El movimiento piquetero, como lo ha hecho históricamente, nuevamente se ha puesto a la cabeza de esa tarea que vamos a llevar adelante sin más demoras y con la convicción de que el único camino que tenemos los trabajadores es nuestra organización independiente de los partidos burgueses, de la burocracia sindical y de los llamados movimientos sociales, que son en realidad un factor de contención y un elemento clave del pacto social que el gobierno tiene como objetivo para contener a las masas y la bronca popular.